El Chelsea puso fin al sueño europeo del Betis. Todo pintaba muy bien para el conjunto andaluz, dominador de la final, hasta que Abde se lesionó en el minuto 52. El Betis se derrumbó como un castillo de naipes y, de repente, afloraron sus carencias ante el gigante inglés, que lo destrozó con tantos de Enzo, Jackson, Sancho y Caicedo. Débil en la portería y en las bandas, con Cardoso e Isco fundidos, el equipo andaluz fue un juguete en manos de un Chelsea muy bien dirigido por Palmer. Acabó siendo goleado en una demostración de eficacia del Chelsea, que, de esta forma, se convierte en el primer equipo en lograr la Champions, la Liga Europa, la Recopa y, ahora, la Conference. Duro castigo para un Betis que soñó en un buen primer tiempo con ese ansiado triunfo continental.

1
Adrián, Youssouf Sabaly, Natan, Ricardo Rodríguez (Romain Perraud, min. 45), Marc Bartra, Pablo Fornals (Sergi Altimira, min. 84), Antony, Johnny Cardoso (Giovani Lo Celso, min. 84), Abde Ezzalzouli (Jesús Rodriguez, min. 52), Isco y Cédric Bakambu (Aitor Ruibal, min. 71)
4

Filip Jørgensen, Malo Gusto (Reece James, min. 45), Marc Cucurella, Trevoh Chalobah, Benoît Badiashile (Levi Colwill, min. 61), Moisés Caicedo, Cole Palmer (Marc Guiu, min. 87), Pedro Neto (Jadon Sancho, min. 60), Noni Madueke, Enzo Fernández y Nicolas Jackson (Kiernan Dewsbury-Hall, min. 79)
Goles
1-0 min. 8: Abde. 1-1 min. 64: Enzo Fernández. 1-2 min. 69: Nicolas Jackson. 1-3 min. 82: Jadon Sancho. 1-4 min. 90: Moisés Caicedo
Arbitro Irfan Peljto
Tarjetas amarillas
Benoit Badiashile Mukinayi (min. 54), Cole Palmer (min. 78), Jadon Sancho (min. 84), Antony (min. 87), Romain Perraud (min. 94)
No llegó. Faltó calidad y físico. Los cambios del Chelsea resultaron decisivos, mostrando una profundidad de plantilla que apabulló a los andaluces. De ilusión y ganas, solo, no se vive. Con un gran Palmer, el Chelsea fue el justo ganador del torneo, siendo el mejor equipo a lo largo de todo el desarrollo de la competición. Se rompe, así, la buena racha del fútbol español, cuyos equipos habían ganado todas las finales europeas desde 2001, cuando el Valencia cayó ante el Bayern.
Perdió el Betis a uno de sus magos, Lo Celso, quien, tocado, se quedó en el banquillo. Pellegrini también resolvió la otra duda de su equipo, la de la portería, con la entrada de Adrián. Fran Vieites está recién salido de una lesión y el chileno no quiso correr ningún riesgo. Además, el experimentado técnico gusta de los jugadores veteranos, caso de Adrián, a quien contemplan ya 38 años. Todo lo contrario de este exuberante Chelsea de Maresca, repleto de jugadores jóvenes (el de menor edad media de la Premier), de gran capacidad física. El italiano, que ha jugado la Conference con los suplentes, sí tiró de más titulares en la final. Claro que en defensa sorprendió con la entrada de Gusto, Chalobah y Badiashile. Tres futbolistas que no contaban en ninguna quiniela previa.
Una camiseta de Miki Roqué presidía el vestuario del Betis. El jugador bético, fallecido en 2012, es un referente para la afición y para la entidad. Fue compañero del portero, Adrián, por ejemplo, y un símbolo de resistencia en su pelea contra la enfermedad. Un espíritu del que se quiso contagiar este buen Betis, en deuda particular con el fútbol europeo. Desde el sentimiento y la ilusión, también desde el excelente rendimiento deportivo, el equipo bético intentó desde el principio de la final nivelar en el campo lo que los números desequilibran en la tesorería de ambos. Maresca, atrevido, mandó al lateral Gusto por el medio a generar superioridad. Pero su equipo sufría en la salida de balón. Y el Betis salió valiente, confiado y muy enchufado. La presión alta de los verdiblancos fue demoledora. Resultó que el Chelsea sufría una barbaridad para sacar el balón, el escenario idóneo para la voracidad andaluza. Abde avisó en el minuto cinco y remató con violencia en el nueve para hacer el 1-0. Un buen robo de Fornals fue la base de una gran jugada protagonizada por Isco. El pase del malagueño, después de un amago, lo aprovechó Abde.
Fue en esa banda derecha donde el Betis encontró un filón. Abde, a un gran nivel, percutía una y otra vez para volver loco a Gusto. Hasta Bartra se animó. Después de una buena combinación con Antony, el catalán le pegó a puerta para que Jorgensen salvara al Chelsea. El partido solo se jugaba en una dirección, la bética. El Chelsea, derretido, sufría con el balón, sin salida por dentro, con sus extremos tapados. Solo Palmer, eléctrico, era capaz de crear algo distinto en el equipo inglés. El Betis tuvo el segundo tanto en sus botas. Otro jugadón de Abde, barriendo rivales, acabó en un pase a Cardoso, excelente llegador, que tiró fuera por poco con todo a favor. El balón rozó en un defensa del Chelsea.
A partir del minuto 30 se diluyó el dominio del Betis. El mando fue del Chelsea como también su escasa imaginación para asaltar la defensa que le propuso el conjunto andaluz. Pellegrini, en la banda, intentaba echar hacia delante una y otra vez a sus jugadores, quienes notaron el acoso del los londinenses. Infructuoso, eso sí. El 1-0 lo conservaba el Betis al descanso como un tesoro.
La lesión de Abde fundió al Betis. La vitalidad fue del Chelsea, así como el mando del partido. El balón ya no era de Cardoso ni de Fornals. El encanto bético se perdió a medida que el grupo azul ganaba fuerza con los cambios y el Betis la perdía con los suyos. Jesús y Perraud empeoraron una banda izquierda donde Palmer, listo, olió el peligro. El internacional inglés se inventó dos grandes jugadas para asistir a Enzo Fernández y Jackson, que forjaron la remontada inglesa en cinco minutos de pánico. Dos remates en los que crujieron la defensa y el portero del Betis. Una mala noche la de Jesús, un proyecto de gran futbolista. El Betis se fundió mientras que el Chelsea, más entero, pudo sentenciar al contragolpe.
Sí lo hizo Sancho mientras Altimira y Lo Celso esperaban en la banda. Jesús perdió un balón y Sabaly no pudo cortarlo. El 1-3 y el 1-4 helaron el alma de los 16.000 béticos desplazados hasta Breslavia. Sin aparente demasiado esfuerzo, el Chelsea se había hecho con la Conference para frustración de un Betis cascado y derrotado sin saberse muy bien por qué. Quizás porque mientras Pellegrini tenía que recurrir a Ruibal de delantero y a Jesús en la banda, Maresca tiraba de jugadores como Sancho o Colwill.
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