El Madrid no acabó una temporada, cerró una era. El Bernabéu, el estadio de los milagros, se ha especializado en llorar sus despedidas a plena lágrima. Te canto una canción porque no tengo nada más», sonó por la megafonía, una estrofa del tema A te, del italiano Lorenzo Jovanotti, el elegido antes de que Carlo Ancelotti apareciera al borde del llanto en mitad del césped. “Ha sido una historia extraordinaria. Nadie puede olvidar los tres goles de Karim [Benzema] al PSG, los dos de Rodrygo al City, el pase de Luka [Modric] al City [se equivocó, fue al Chelsea] ni los dos de Joselu al Bayern. Yo tampoco puedo olvidar cada día que pasé aquí. Ha sido un honor y un placer. Una historia inolvidable”, pronunció el de Reggiolo, el entrenador con más títulos en la historia del club (15), en un estadio en carne viva que evocó, cómo no, las remontadas de las Champions de 2022 y 2024 para despedir a Carletto y Luka Modric.
Hace un año, Chamartín dijo adiós a lo grande a Toni Kroos, una tarde con el nudo en la garganta que continuó ayer cuando el alemán apareció por sorpresa a pie de campo para abrazar a su viejo colega Modric, a quien recibió en la zona de los banquillos en uno de los instantes cumbres de la tarde. Los dos equipos habían despedido al balcánico con un pasillo en el minuto 86 y, de repente, la vuelta del viejo director. Más que nunca, el añorado director.
En el homenaje final, no hubo quien consolara al italiano y al croata, que se arrancó micrófono en mano en mitad del escenario con la misma frase del inicio de su carta del jueves, cuando se supo que su etapa de blanco tenía fecha de caducidad: “Ha llegado el momento que nunca quise”, volvió a confesar un jugador que siempre se rebeló a que le contaran los años (cumple 40 en septiembre). “Ha sido un viaje largo y maravilloso. Hemos ganado mucho estos años, han sido momentos inolvidables, pero el trofeo más importante ha sido el cariño y amor que me habéis dado. No hay palabras”, habló Modric al estadio después de agradecer al presidente, entrenadores y jugadores, y antes de cerrar con su epitafio como merengue: “No llores porque terminó, sonríe porque sucedió”, sentenció. Estas y las de Ancelotti al público fueron las únicas palabras que se escucharon ayer porque se suspendió la rueda de prensa posterior del entrenador y nadie del Madrid salió en zona mixta.
El partido solo le importó a Kylian Mbappé, que logró un doblete que le acerca a la Bota de Oro europea. Para el resto fue un apeadero al tributo a Ancelotti y Modric. El balcánico, el más querido por la grada desde hace años, fue ovacionado durante el partido en cada esquina a la que se acercaba y acabó dando la vuelta al campo acompañado de su familia. Le queda todavía el Mundial de Clubes, pero el Bernabéu se terminó para él. También, por lo que pareció, para Lucas Vázquez, que acaba contrato a la conclusión del nuevo torneo en Estados Unidos, y se abrazó con todos sus compañeros, uno por uno, con todo el estadio en pie, al ser sustituido a falta de un cuarto de hora.
Cuando todo el mundo había llorado lo suyo, Ancelotti cogió a Modric del hombro y ambos se fueron al centro del campo para escuchar la última ovación. Sergio Ramos (más Varane) se marcharon en 2021; Casemiro y Marcelo, en 2022; Benzema, en 2023; Kroos y Nacho, en 2024; y Modric y Ancelotti, en 2025. Los últimos adioses de una era del Madrid que acabó ayer a lágrima tendida. Este lunes, Xabi Alonso.
Comentarios