Todo arrancó con un asalto. El empleado de una empresa de paquetería de Málaga denunció que unos desconocidos le habían robado, a punta de pistola, el contenido de dos arcones frigoríficos que tenían como destino Alemania. Fue en noviembre de 2023. Y desde entonces la Policía Nacional ha desarrollado una investigación que ha acabado con el desmantelamiento de dos organizaciones de narcotraficantes: una dedicada a enviar droga oculta en electrodomésticos y otra a robar la mercancía de otras bandas criminales. Hay 10 personas detenidas y se han intervenido 1.700 plantas de marihuana, 600 kilogramos de cogollos y 11 drones de vigilancia. Como ocurre ya en todas las operaciones similares, los agentes también encontraron armas. Esta vez tres, una de ellas de guerra, además de numerosa munición y chalecos antibalas.
El trabajo policial de esta operación, denominada Wilson, se ha desarrollado a través de dos vías paralelas. La primera estuvo centrada en averiguar quién había enviado aquellos frigoríficos, porque sospechaban que lo que llevaban en su interior era alguna sustancia estupefaciente. El primer paso fue comprobar que a qué nombres estaban los portes y pronto se confirmó que eran los de terceras personas a las que habían robado su documentación. Sin su consentimiento, figuraban como autores de numerosos envíos a varios países europeos a través de distintas empresas de paquetería. Uno de ellos pudo ser interceptado con 20 kilos de cogollos de marihuana ocultos en el interior de cuatro termos eléctricos, que habían sido adquiridos días antes en una gran superficie de Málaga. A todos les habían instalado un GPS para tener controlada siempre su ubicación.
Los agentes lograron localizar quiénes eran los responsables de los envíos, que estaban asentados en las localidades de Vélez-Málaga y Torrox, en la comarca de la Axarquía (al este de la provincia de Málaga), además de Cártama, municipio al norte de la capital. Tres personas fueron detenidas y, tras su puesta a disposición judicial, fueron enviados a prisión provisional. En sus domicilios y fincas se hallaron 1.765 plantas de marihuana en distintas fases de crecimiento y 600 kilos de cogollos listos para enviar. También se encontró documentación robada —con la que realizaban los envíos— así como una libreta de contabilidad, dos balizas de GPS y 13.000 euros en efectivo, además de dos vehículos.
Pelucas, máscaras y armas automáticas
La segunda vía de investigación se centró en conocer quién había asaltado al repartidor. Todo apuntaba a que quienes lo habían hecho sabían qué había en el interior de los frigoríficos y, por tanto, la primera hipótesis fue que podría ser una banda dedicada a los vuelcos, es decir, a realizar robos de estupefacientes entre grupos de narcotraficantes. El primer paso fue identificar los vehículos que habían empleado en el atraco y, a partir de ahí, los policías tiraron del hilo para comprobar que tenían razón: el grupo estaba especializado en sustraer grandes cantidades de droga a sus rivales. De hecho, su líder, según la Policía, fue uno de los pioneros de esta actividad en la Costa del Sol y lleva asentado en Málaga desde hace décadas.

Los agentes lograron conocer que la organización tenía previsto realizar un nuevo vuelco en una guardería de hachís en la localidad de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Tenían previsto partir desde Benalmádena, pero mientras preparaban el armamento para este nuevo asalto, tres de ellos fueron sorprendidos y arrestados por la Policía Nacional. En el domicilio donde se encontraban se halló un arma de fuego automática con silenciador, una escopeta, abundante munición, chalecos antibalas, pelucas y bridas, además de una furgoneta lista para ser cargada y máscaras como las utilizadas por el colectivo Anonymous. También documentación que guio hasta otras dos localizaciones donde se hallaron teléfonos y dispositivos de geolocalización.
A partir de todo, al material intervenido, la operación continuó con una nueva fase en la que se realizaron cuatro detenciones más y se realizaron otros cinco registros más en Fuengirola, Mijas y la ciudad de Málaga. En total se han incautado 400 cartuchos —70 de ellos de guerra— y un rifle, además de 11 drones de vigilancia y una impresora 3D que servía para fabricar piezas para estos dispositivos. También placas de matrículas falsas y 35.000 euros en efectivo.
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