Si el testimonio del martes de Casandra Ventura, de unas cinco horas, fue tan duro como revelador, hoy la exnovia y primera denunciante de Sean Combs ha vuelto a declarar en los juzgados de Nueva York. El miércoles, Emily Johnson, miembro de la fiscalía que acusa al cantante y empresario de cinco delitos, ha seguido preguntando a Ventura, embarazada de ocho meses y medio, durante otras casi seis horas. El testimonio de la actriz y cantante, que pasó una década al lado de Combs y fue víctima de los abusos de los que se le acusa, es fundamental para conocer el modus operandi de Combs, conocido como Puff Daddy o Diddy.

Ventura ha subido al estrado de la corte de Nueva York sobre las 10 de la mañana, hora local, para hablar ante el juez, los 12 miembros del jurado, el propio Combs y sus familiares, como su madre y algunos de sus hijos —aunque no sus hijas, que acudieron lunes y martes y a ratos se marcharon de la sala tras los duros testimonios—. La fiscal Johnson ha vuelto a preguntarle sobre el incidente, grabado en vídeo, ocurrido en marzo de 2016 en el hotel Intercontinental de Los Ángeles. Ahí estaban en una larga orgía, de las que él le obligaba a practicar —además, ella tenía un estreno importante y quiso complacerle para que no estuviera violento—, y Combs pegó a Ventura en la cara. Ella acabó con el ojo morado y trató de huir por el pasillo del establecimiento; él la persiguió, la tiró al suelo y la arrastró de vuelta a la habitación. Ella ha explicado que ni ahí ni en otros momentos pudo enfrentarse a su entonces pareja: “Aprendí que podía suponer una escalada en la lucha y ser peor para mí”.

Tras la agresión del hotel, cuando ella se marchó, empezó a recibir decenas de mensajes de Combs —que hoy ha escuchado el jurado— pidiéndole que le llamara, constantemente, y chantajeándola emocionalmente: “Llámame, la poli está aquí, vas a abandonarme y dejarme solo”. “Tengo un ojo morado y el labio hinchado. Estás enfermo por pensar que lo que has hecho está bien, por favor, mantente lejos de mí”, contestó ella, que tenía el estreno de una película muy importante, su primer papel protagonista. Ella habló con la policía, pero no les dijo que Combs era el atacante. De hecho, tardó siete años en denunciarle desde ese momento: “No quería herirle, estaban pasando muchas cosas”, ha afirmado, “no estaba preparada”. Al día siguiente, él acudió a su casa, a gritos. Finalmente, un par de días después, acudieron al estreno juntos. Ella tuvo que llevar mucho maquillaje.

Cassie Ventura, Sean Combs

Ventura ha contado que ella era la encargada de contratar a escorts para las orgías y de pagarles, con dinero de Combs. Cuando cumplió 29 años, quiso celebrar su cumpleaños con una fiesta de karaoke con amigos, pero Combs la obligó a hacer uno de esos freak-off, una orgía con drogas y prostitutos. Ella siempre temió que él filtrara las imágenes de esos encuentros (“Era una parte grande de nuestra relación”, ha dicho), que grababa constantemente: “Temí por mi carrera, temí por mi familia. Es horrible, es repugnante; nadie debería hacerle eso a nadie”. Tras esas orgías a las que le obligaba Combs, afirma que se sentía “vacía, asquerosa”: “Vale, hice mi trabajo y ahora voy a seguir con el resto de mi vida”, pensaba ella. “Los mismos sentimientos una y otra vez”.

Además de su papel central en esas orgías donde, ha contado, a menudo la golpeaba, Combs hacía que Ventura acudiera a clubes de sexo. Intentaba convencerla y, si no, la obligaba. Para amortiguar la experiencia, ella tomaba drogas y alcohol. Ha reconocido que tenía una “adicción de ida y vuelta” con los opiáceos. “Me hacían sentir adormilada, por eso confiaba tanto en ellos”, ha dicho, contando que eran “un escape” para ella. Más tarde tuvo que pasar por rehabilitación. Tanto la obligada actividad sexual como el consumo de drogas y alcohol la hacían tener constantemente problemas de salud, infecciones y heridas.

Quincy Brown, Justin Combs

Los episodios violentos eran frecuentes y sin ningún tipo de control o de motivo. Por ejemplo, Cassie ha recordado una mañana de 2013 en la que, tras dormir con un par de amigos en su apartamento, Combs entró sin permiso y se puso a gritarle y atacarle porque no había hecho la maleta para un viaje. Sus amigos tuvieron que salir a defenderla. “Acabamos pasando del salón al dormitorio, y ellos saltaron sobre su espalda. Me tiró al suelo y me hice daño en la ceja con la esquina de la cama”, ha contado. Él le hizo “un corte bastante importante en el lateral de la ceja”, y uno de sus guardias de seguridad la llevó a un cirujano plástico para que la cosiera. Ella le mandó un mensaje con una foto a Combs: “Para que te acuerdes”. “No quería que se olvidara de lo que hizo”, ha contado Ventura en el estrado, “por lo menos, quería que lo sintiera”. La cicatriz le queda desde entonces.

Otro episodio que ha contado fue en el festival de Cannes, cuando él la echó a patadas de un barco, descalza, temprano por la mañana, porque pensaba que le había robado drogas. “Me fui andando al hotel de su equipo y me quedé en la habitación de alguien”, ha recordado. Después, durante un evento del festival, la miraba con desprecio: “Me agarraba la pierna y me apretaba los muslos todo lo que podía, y yo llevaba un vestido de cuentas, era muy doloroso”. En el vuelo de vuelta, le mostró vídeos de los freak-offs supuestamente borrados, y le dijo que los iba a filtrar y a avergonzarla: “Me sentí atrapada”. Al llegar a Nueva York, fueron a cenar y la obligó a pasar por otro de esos freak-offs. “Cualquier cosa que hiciera que no se enfadara conmigo, que no me amenazara, yo estaba dispuesta a hacerla. No quería sentir miedo nunca más. Y era lo único en lo que me hacía sentir que era buena”.

 “Cualquier cosa que hiciera que no se enfadara conmigo, que no me amenazara, yo estaba dispuesta a hacerla. No quería sentir miedo nunca más. Y [participar en los freak-offs] era lo único en lo que me hacía sentir que era buena”.

Casandra Ventura, en su testimonio en el juicio de Sean Combss

El jurado ha visto más mensajes entre ambos, donde él quería incorporar a más gente a los freak-offs, o donde ella le decía que “nada bueno sale de ellos”. Ella le escribió: “Me tratas como Ike Turner”, en referencia al músico y marido de la cantante Tina Turner, que la maltrataba constantemente. “Abusaba de mí físicamente. Me menospreciaba mucho. Por mucho que yo intentara crecer, me menospreciaba bastante”, ha dicho. “También es la pura vergüenza, por como me trataba delante de otras personas”.

Janice Combs

Tras la pausa del almuerzo para los miembros del jurado, la fiscal ha explicado que este miércoles iban a mostrar imágenes, no vídeos, muy explícitas y por ahora selladas. Ahí, al regresar Ventura al estrado, le ha mostrado una imagen de una mujer, llamada bajo el pseudónimo Mia, y la cantante ha afirmado que fue amiga suya durante tiempo, además de trabajadora de Combs; Ventura ha contado que después de que el personal viera cómo Combs la maltrataba, algunos decidieron abandonar sus empleos. También le han mostrado varias imágenes de los freak-offs donde aparecía la propia Ventura, y ella se ha identificado a sí misma.

Esas imágenes, muchas capturas de pantalla sacadas de vídeos, no se han podido ver en las pantallas de la sala, sino que se las han enseñado tanto a Ventura como a los abogados de la defensa físicamente, dentro de carpetas. También se las han enseñado a los miembros del jurado, que han reaccionado con gestos de espanto.

Además de obligarla a someterse a orgías contra su voluntad, Combs era físicamente violento contra Cassie, como ella misma ha relatado durante su testimonio. Esos ataques empezaron en los primeros años de su relación. La primera vez fue en una cena en la que él empezó a flirtear con otra persona. Alguien vio que Ventura se había dado cuenta, y ella simplemente se encogió de hombros. Pero cuando se montaron en el coche, él le golpeó en la cabeza y la tiró al suelo del automóvil. “Estaba en shock y no comprendía lo que había pasado ni por qué estaba tan enfadado, salvo por lo poco que dijo mientras me golpeaba en el coche”, ha contado. “Me fui a casa y me escondí”.

Cassie Ventura

En otra ocasión, Diddy le pegó tras salir de fiesta en un club de Los Ángeles, al verla hablando con un productor. Ella le golpeó en la cara por respuesta, y él la tiró al suelo y empezó a pegarle más y más, “tan fuerte como puedes pegar a alguien estando así de borracho”. Ella intentó saltar del coche y correr, pero la seguridad de él la alcanzó y la llevó a casa. Cuando se vio en el espejo, no se reconocía: “Todo golpes y sangre, todo hinchado. Estaba horrible”. Tanto fue así que él la mandó a un hotel, de tapadillo, aunque ella no quería. Allí, tuvo miedo de marcharse: “No tenía los recursos necesarios para salir y moverme, para salir y que nadie me detuviera”, ha explicado. “Comprendí las capacidades de Sean, su acceso a las armas y las amenazas que había hecho antes de eso”. Su madre leyó sobre el incidente en una web, pero no aparecía información de la víctima, y sospechó que pudiera ser ella. La llamó, pero ella le negó lo ocurrido, por miedo. “No le conté la verdad a mi madre porque me daba vergüenza, pero también sentía que en ese momento no sabía lo que iba a pasar. No quería poner a mi madre en peligro por saber algo de esa magnitud”. También ha dicho: “No podía herirla así. No puedes justificar eso ante nadie, especialmente, no ante tu madre”.

Ventura ha seguido relatando episodios que dejan clara la naturaleza de su relación, sin mirar a Combs, sentado frente a ella. Una vez fue de fiesta a casa del cantante Prince, pero no se lo contó a Combs, porque sabía que no la dejaría ir y para ella era “una experiencia única en la vida”. Pero cuando llegó, se lo encontró allí, y le vio tan enfadado que echó a correr al hotel donde se alojaba. Él llegó y, aunque había una amiga durmiendo en el sofá, le dio una paliza en el dormitorio, lanzándole incluso maletas, e insultándola duramente.

 “No le conté la verdad a mi madre porque me daba vergüenza, pero también sentía que en ese momento no sabía lo que iba a pasar. No quería poner a mi madre en peligro por saber algo de esa magnitud. No podía herirla así. No puedes justificar eso ante nadie, especialmente, no ante tu madre”.

Casandra Ventura, en su testimonio contra Sean Combs.

Desde el principio la artista supo de las estrategias de Combs. De ahí que en 2011 enviara un correo electrónico tanto a su madre como a un empleado del empresario, advirtiéndoles de que él la había amenazado con filtrar “grabaciones sexuales explícitas” y que pretendía hacerles daño a ella y a su entonces pareja, el rapero Scott Mescudi, conocido como Kid Cudi, pero cuando estaba fuera del país, es decir, por encargo. Ahí, Cassie ha tenido que pedir un pequeño receso. Luego ha contado que intentó hablar con el propio Combs en persona, pero que estaba “iracundo”. “Me habló de unos vídeos que tenía [de freak-offs] y que iba a publicar, y de que nos iba a hacer daño a Scott y a mí”.

Scott "Kid Cudi" Mescudi

En un momento durante su noviazgo con Cudi, Combs le dijo a Ventura que el coche del rapero podría saltar por los aires, y que quería que los amigos de Kid Cudi lo vieran. “Demasiado peligro, demasiada incertidumbre de lo que podía pasar si seguíamos viéndonos”, ha contado ella.En febrero de 2012, efectivamente, el Porsche de Cudi estalló en llamas en hechos en los que Combs es sospechoso, aunque no se ha confirmado nada. Poco después, los tres se vieron para hablar de su relación y Cudi le preguntó por el coche: “¿Qué coche?“, respondió el rapero. Y ahí acabó la reunión.

El testimonio de Ventura va saltando en fechas, según va preguntándole la fiscal Johnson. Tras la cuestión sobre Cudi, han hablado de una fiesta en Las Vegas en 2015, donde le pegó en un hotel mientras el resto del grupo celebraba en la habitación de al lado: “Me dio puñetazos, patadas, yo intentaba huir y llegué al baño”. La seguridad y el equipo de Combs acabaron entrando en el cuarto para frenarlo, y uno de ellos no pudo evitar llorar al verla. Ella tuvo que quedarse en una casa de Combs, recuperándose, donde también estaba uno de sus hijos. Él le hacía videollamadas y, al verla amoratada e hinchada, la instaba a maquillarse más para que el niño no viera las heridas.

En otra declaración ha contado cómo, durante un viaje al extranjero, él amenazó a esa asistente, Mia, porque no quería darle su teléfono, y la sacó de la cama a rastras, la llevó a la terraza de la habitación y la sacó por la barandilla del balcón. En otra ocasión, Combs le lanzó a una amiga suya muebles del patio. También en una ocasión pegó a una de las mejores amigas de Ventura con una percha en la cabeza.

Sean "Diddy" Combs

Una de las últimas declaraciones de Ventura ha sido para contar cómo después de una cena en Malibú en agosto de 2018 con Combs, tras lo que ella creía que era una larga conversación de cierre de su relación porque ya estaba empezando a salir con su ahora marido, Alex Fine, el músico la llevó a casa. Había estado amable y romántico en la cena, ha explicado, y ha hecho una pausa larga en el estrado: “Y luego me violó en el salón de mi casa”. “Solo recuerdo llorar y decir que no, pero muy rápido”, ha explicado. Ni siquiera sabe si él notó que estaba llorando.

Tras acabar su relación, siguieron manteniendo contacto de manera intermitente. En mensajes de 2019, él la amenazó, afirmando que tenía “muchos iPads llenos de esqueletos”. “¿Quieres que diga yo la verdad? Es mucho más profunda que unos iPads», contestó ella. “Hubo mucho más que freak-offs”, ha dicho este miércoles. “Hubo abusos, pasaron muchas cosas a lo largo de nuestra relación”. No ha podido evitar llorar al hablar de su rehabilitación y de la terapia para superar el trauma, por la que pasó a principios de 2023. Tras grabar un vídeo para otro artista, tuvo pensamientos suicidas: “En ese punto, ya no quería seguir viva. No podía soportar más el dolor en el que estaba, así que intenté salir de casa y meterme entre el tráfico, pero mi marido no me dejó”.

Cassie también ha contado que escribió un libro ese año, para sanar su trauma y para que Combs comprendiera su dolor: “No creo que lo entendiera. No creo que después de todos esos años de pedir perdón y de que reconociera el dolor que me hizo pasar, y yo quería que lo entendiera”, ha dicho. A través de un abogado, le dijo a Combs que podría comprar los derechos por 30 millones de dólares, una cifra casi al azar. Después, uno de sus empleados le dijo que él “no se lo tomó en serio”, y nunca le pagó. Tras su demanda de noviembre de ese año, ha confirmado, por primera vez, que alcanzó un acuerdo extrajudicial con él de 20 millones de dólares. Ahí ha acabado su declaración para la fiscalía.

La declaración de Ventura ha sido tan dura y detallada que la defensa ha tenido que cambiar el paso. No esperaban algo así, tan meticuloso. La defensa ha basado su caso en que Combs y las mujeres con las que tuvo relaciones podían tener prácticas sexuales atípicas, pero consentidas, y que aunque él fuera “malvado” o “un idiota”, como expusieron el primer día, no era un criminal. Ahora, las completas y durísimas respuestas de Casandra Ventura han dejado en evidencia que el acoso, las coerciones y la violencia, física y verbal, eran reales. El jueves serán ellos quienes hagan las preguntas a Casandra Ventura.



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