Sus característicos ojos, azules y de gran tamaño, no dieron lugar a dudas. El hombre que el pasado 13 de mayo intentó escapar de la Policía en una motocicleta con el rostro oculto por un casco de pantalla tintada era José Ramón Mora, conocido por haber liderado una red de tráfico de drogas junto a la conocida narcotraficante Ana María Cameno, apodada la reina de la coca, y al que buscaban desde hacía tres meses.
Mora, de 37 años, fue detenido por los agentes del grupo de Fugitivos de la Policía Nacional en el municipio madrileño de Las Rozas, cuando salía de una urbanización. Definido como un “traficante de la vieja escuela”, y con un alto grado de toxicomanía, según coinciden varias fuentes, tenía pendiente un requerimiento judicial desde el pasado febrero, cuando se fugó de la cárcel de Aranjuez. Allí cumplía condena por los delitos de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y quebrantamiento de condena.
Los agentes especializados en seguir el rastro a los prófugos de la justicia estuvieron vigilando un domicilio en municipio madrileño en el que pensaban que podía ocultarse. Durante sus guardias observaron que una persona que coincidía con las características del fugado salía y entraba de un garaje un tanto resguardado. Montaba en una motocicleta de gran cilindrada que sabían que era robada y siempre usaba un casco con pantalla tintada.
Este martes, cuando salió del garaje, le dieron el alto, pero aceleró la motocicleta, relatan fuentes conocedoras del dispositivo. En pocos metros, y tras una corta persecución, lograron alcanzarle y reducirle. Comprobaron que era su objetivo. Aunque llevaba un DNI a nombre de otra persona con la que tenía gran parecido, sus características físicas no daban lugar a dudas de que era Mora. La moto en la que viajaba estaba sustraída, por lo que, a su lista de delitos pendientes por cumplir, ha sumado una nueva causa como presunto responsable de los delitos de hurto, falsedad documental y usurpación de estado civil.
Hace apenas un mes que el Tribunal Supremo hizo firme la condena a 16 años de cárcel para Ana María Cameno. La pena le fue impuesta por la Audiencia Nacional en septiembre de 2022 por liderar una red de distribución y venta de cocaína que en 2014 impulsó operaciones en las que se movieron casi 100 kilos de ese estupefaciente. El Tribunal Supremo desestimó los recursos de Cameno y de otros 11 condenados, a los que confirmó penas de entre cuatro y nueve años de cárcel, por tráfico de drogas y blanqueo de capitales.
Durante el juicio en la Audiencia Nacional, el magistrado presidente del tribunal, José Antonio Mora, acordó la busca y captura del exnovio de Cameno, al que situaban junto a la reina de la coca en los mandos de esta organización. La fiscalía pedía para él 21 años de prisión dentro de esa causa, pero no estuvo presente en el juicio. En 2022, se celebró un juicio aparte y Mora fue condenado a nueve años de cárcel tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía. En la sentencia se tuvo en cuenta una atenuante de confesión tardía y de drogadicción.
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