Con el pitido final, Aitana Bonmatí rompió a llorar, dio vueltas por el campo, se abrazó a sus compañeras y a miembros del staff y recibió también el cariño de la exazulgrana Mariona Caldentey. Alexia Putellas, en shock, se quedó mirando al infinito. Ewa Pajor, que vino al Barcelona el pasado verano para ganar la Champions, volvió a perder una final, la quinta de su carrera. Permaneció tumbada en el suelo, en la corona del área, durante varios minutos. Claudia Pina prácticamente no llegó a sentarse en el banquillo tras su cambio. Se revolcaba por el suelo por cada acción fallida, gritaba, animaba, corría con las jugadoras que calentaban en la banda e incluso llegó a colocar el balón en un córner para que sus compañeras sacasen rápido. El Barça no encontró soluciones en la final de la Champions de Lisboa frente al Arsenal. Tras el gol de las gunners a 15 minutos del final, no pudo reaccionar, y la decepción se evidenció en todas las piezas de la plantilla. El presidente, Joan Laporta, lloró desconsoladamente, pero la mayor frustración la materializó Aitana, tanto con sus palabras ante los micrófonos como con sus gestos.
La doble Balón de Oro atendió a los medios al borde del llanto, con los ojos vidriosos y la voz temblorosa. “Estoy dolida por todo el trabajo que hemos hecho durante años y años. Por nosotras, por toda la gente que trabaja por nosotras, por toda la gente que se ha desplazado. Me duele”, aseguró la centrocampista. “Me recuerda a la sensación que tenía en Turín. Se han recorrido Europa por nosotras”, añadió. En la final de 2022 en la ciudad italiana contra el Olympique de Lyon, el Barcelona llegaba empoderado tras una temporada perfecta en la que tuvieron pleno de victorias en todas las competiciones locales, y con el mismo número de aficionados desplazados, 15.000, que confiaban plenamente en un triunfo culé. Aquel año, en cambio, el equipo francés dio la sorpresa y venció por 1-3. La decepción fue la misma, o mayor, el sábado en Lisboa. “Hechas polvo. En shock. No hemos sido capaces de hacer nuestro juego. Aprenderemos. Sé que siempre que perdemos salgo y digo esto. Hoy será duro. Ves las gradas y no entiendes cómo ha podido ser”, aseguró Alexia.
En el Estádio José Alvalade, durante la primera parte, ambos equipos tuvieron sus tramos de dominio. “No ha sido un buen partido por nuestra parte”, explicó Pere Romeu, técnico azulgrana. El empuje del Barcelona en la segunda parte no se tradujo en ocasiones claras. A pesar de que las azulgranas lo intentaron, no llegaron con eficacia a la portería rival. La mayor ocasión de peligro fue un larguero de Claudia Pina tras un tiro rebotado. “No hemos hecho la mejor primera parte del mundo, pero hemos salido en la segunda a desplegar nuestro juego”, explicó Aitana. En total, fueron 20 disparos de las culés frente a 8 del Arsenal, y 12 saques de esquina contra dos. “Nos ha faltado marcar goles. Es un partido que va de marcar”, añadió.
La guardameta del Arsenal, Daphne van Domselaar, hizo cinco paradas, pero ninguna muy exigida. Sin embargo, Cata Coll tuvo que hacer dos estiradas de mérito ante los disparos de Alessia Russo y Frida Manuum. No pudo evitar el de Blackstenius. “Cuando mejor estábamos nosotras, cuando dominábamos el partido, han metido ese gol que ha cambiado la dinámica. El partido hoy ha estado en el área rival: no hemos sabido materializar las acciones”, compartió Aitana.

El dominio en la posesión —473 pases frente a 227— del Barça fue inocuo. El equipo dio un paso adelante en los últimos 45 minutos, pero no estuvo acertado a la hora de finalizar las jugadas. “En las acciones exteriores no hemos tenido mucha claridad en cuanto a los centros. Ellas han rechazado varios balones porque se sienten incómodas en esta situación de juego aéreo y no hemos estado muy finas recogiendo estos segundos balones después de los centros. Es uno de los errores que quizá hemos tenido”, explicó el entrenador catalán. Romeu se quedó postrado en el banquillo durante más de diez minutos después de la entrega del trofeo. Era su primera final europea como entrenador, y terminó igual que Lluís Cortés y Jonatan Giráldez en su debut. Al primero se le escapó la orejona en 2019 en Budapest, y el segundo cayó en Turín en 2022.
El técnico no ha conseguido esta temporada igualar el récord de cuatro títulos que firmó el año pasado Giráldez con el Barça. Ha conquistado dos, la Liga y la Supercopa, y se juega el tercero en la final de la Copa de la Reina ante el Atlético el 7 de junio. “Cada uno lo va a juzgar como quiera. Donde se mide el grado competitivo es en cuántos partidos juegas a final de cada temporada. Nosotros hemos llegado a final de la Champions. Repito: autocrítica, no ha sido nuestro mejor partido”, afirmó Romeu sobre la decepción azulgrana y las expectativas de otro póquer de trofeos. “Entrenar al Barça, a un equipo que ha ganado tanto, tiene esta parte de responsabilidad y es normal que la gente pueda juzgar en base a eso”, añadió.
Aitana fue una de las últimas en abandonar el campo, y una de las que más habló ante los medios. Decepcionada, abatida, pero orgullosa del trabajo de este año, quiso lanzar un mensaje de esperanza de cara a la próxima temporada: “Volveremos. Ya lo hemos demostrado otras veces. Ganaremos, perderemos. Pero volveremos. No nos queda otra que seguir y levantarnos. La vida no se acaba con una derrota”.
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