Cecilia Pérez quiere que el dolor que ha sufrido durante los últimos tres años sirva de algo. Desde que su hija Cecilia Monzón fue asesinada el 21 de mayo de 2022, una herida no cierra en su pecho. “Han sido tres años horribles, luchando con la esperanza de la justicia que no llega”, dice en exclusiva con este diario desde España, donde vive exiliada. El juicio por el feminicidio de la abogada hispano mexicana conmocionó a todo un país y puso en evidencia el maltrato que sufren las víctimas y sus familias cuando se enfrentan a un proceso judicial. En el banquillo de los acusados, el expolítico del PRI Javier López Zavala, presunto autor intelectual del feminicidio y otros dos hombres, de los que se presume, fueron sus cómplices y autores materiales. Contra López Zavala también pesa otra causa judicial, una por violencia familiar, que interpuso la propia Monzón antes de morir.
Siempre en un segundo plano, Cecilia Pérez ha decidido no tirar la toalla pese a tener en contra las estadísticas. Alrededor del 95% de los feminicidios en México quedan en total impunidad y solo una pequeña parte llega ante un juez. “Estos tres años han sido como prolongar la muerte de mi hija”, dice Pérez. “Sientes como si te fueras secando, poco a poco”. También lo compara con “remar a contracorriente” en una tormenta. “Lo fácil hubiera sido irme con las cenizas de mi hija, pero decidimos luchar”, dice su madre.

Pese a todo pronóstico, la familia se mantiene en pie, junta, en un ejemplo de dignidad y entereza por el bien del hijo de Cecilia, bajo el cuidado de su abuela desde que su madre murió. “Es difícil compaginar este dolor mientras tratamos de hacer que mi nieto sea feliz, pero no es sano este silencio”, se lamenta mientras guarda las apariencias. “Es momento de que termine esto y los jueces emitan una condena que dará esperanza a muchas familias en México”, asegura Pérez. “Todos los días hago meditación, todos los días hago oración. Todos los días pienso en el presunto [asesino] y pido por él, por ellos, para que conozcan la bondad y conozcan el bien”, agrega.
Mientras tanto, la violencia feminicida le ha quitado a miles de niños y niñas a sus madres. En un país en el que 10 mujeres son asesinadas cada día, las infancias han quedado relegadas a seguir viviendo los ciclos de violencia por la desatención del Estado. En 2023, un grupo de diputadas locales en Puebla aprobaron una serie de modificaciones a su legislación con el propósito de proteger a los menores. La llamada “ley Monzón” retira la patria potestad a los feminicidas bajo la premisa de que quien mata a una mujer no puede ser un buen padre. En total 11 Estados del país han aprobado este cambio en su legislación.
También reconoce el papel de su hija Helena Monzón en todo el proceso. “La capitana”, como la llama su madre, ha sido el rostro visible de la lucha familiar para que el feminicidio de Cecilia no caiga en el olvido. “Gracias a Helena y su tenacidad no hemos levantado el dedo del renglón. Estoy muy orgullosa de mis hijas, mujeres tenaces, estudiosas y que han abierto caminos de sororidad en México”, dice con una sonrisa.

Desde aquel fatídico día de 2022 la familia Monzón emprendió un camino titánico en los tribunales que aún no termina. Primero para evitar que los supuestos asesinos se libraran de ir a juicio y, después, esquivando todos los obstáculos y tácticas dilatorias que la defensa del expolítico ha lanzado para impedir que la causa avance. “Alargar esto es una agonía y no impartir justicia es cruel”, asegura Pérez y denuncia el maltrato institucional que se ejerce contra las víctimas y sus familias. “La justicia no nos cuida. Cada amparo que le dan a los presuntos asesinos es como si te estuvieran clavando un clavo y otro clavo y otro más… Es horrible“.
Actualmente el juicio por el feminicidio de Cecilia Monzón se encuentra en la fase oral y de presentación de pruebas por parte de la Fiscalía. Por otro lado, está previsto que el próximo 26 de mayo se determine la culpabilidad de López Zavala en el caso por violencia familiar. “Yo pido una condena de 60 años; aunque para mí, son pocos años después de todo el dolor que me han causado”, subraya.
– Y después de que pase todo, ¿qué le gustaría?
Que no hubiera revictimización contra las familias. Que no hubiera tantos niños huérfanos y que no mataran a tantas mujeres. Eso me gustaría.
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