“Hace apenas unos meses, en un hermoso campo de Pensilvania, la bala de un asesino me atravesó la oreja. Pero entonces sentí, y ahora creo aún más, que mi vida fue salvada por una razón. Dios me salvó para hacer de Estados Unidos una gran nación”. Esta frase, en el discurso inaugural de Donald Trump, el pasado mes de enero, es una muestra del concepto de carisma mesiánico, un tipo de liderazgo en el que el líder es percibido como un salvador providencial, alguien que encarna la redención de una nación, con una misión trascendental que le coloca por encima de las instituciones y normas establecidas. Este tipo de carisma se basa en la creencia de que el líder posee cualidades extraordinarias, casi sobrenaturales, y es el único capaz de guiar a su comunidad o nación hacia un destino prometido.
Weber (1922) distinguía el carisma como una forma de autoridad basada en la devoción hacia un líder percibido como excepcional. Estaríamos aquí en un caso extremo del carisma personal, en el cual el líder se considera enviado por una fuerza superior y que, según el propio Weber, suele estar asociado a momentos de crisis en los que la población busca una figura fuerte que prometa restaurar el orden, devolver la grandeza perdida o guiar al pueblo hacia un destino superior. También Schmitt, en su libro Teología política, argumentaba que, en tiempos de crisis, el poder soberano tiende a encarnarse en una figura carismática que asume un rol casi mesiánico, decidiendo sobre el “estado de excepción” y situándose por encima de la ley.
Para lograr esta sacralización de su figura, sin embargo, Trump ha necesitado más cosas que la frase en el discurso inaugural. Repasamos 5 elementos a continuación:
1. La existencia de una crisis sin parangón
Para que un líder sea percibido como un salvador, es necesario dibujar el escenario de una crisis de proporciones casi apocalípticas que solo él pueda resolver. En el caso de Trump, el relato de un Estados Unidos en decadencia, asediado por enemigos internos y externos —la corrupción de las élites, la inmigración descontrolada, la globalización desleal—, refuerza la percepción de que su liderazgo no es únicamente necesario, sino providencial.

2. Uso de simbología y mensajes
La sacralización de la figura de Trump se refuerza a través de símbolos y rituales que consolidan su papel mesiánico. Sus actos públicos generan una atmósfera de fervor colectivo. La iconografía en torno a su figura —desde las banderas con su rostro hasta las camisetas con frases mesiánicas a favor de Trump— contribuye a la idea de que su liderazgo trasciende lo meramente político. En los actos de gobierno también se busca fortalecer esta idea. La primera reunión de gabinete comenzó con una oración que fue posteada en redes. El pasado 19 de marzo, en otra imagen icónica, se hizo rodear por 17 pastores evangélicos que oraron por él en el Despacho Oval. Lo hicieron poniendo sus manos sobre el presidente. La estampa se repitió en otro evento el 1 de mayo. Varios de los participantes forman parte de la Oficina de Fe de la Casa Blanca, que fue creada el pasado 17 de febrero. También creó por decreto la Comisión de la Libertad Religiosa.
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3. La legitimidad basada en el deber de salvar el país
Cuando un líder se convierte en objeto de fe, la política deja de ser un espacio de deliberación racional y se transforma en un campo de lealtades absolutas, donde cualquier cuestionamiento es visto como una traición. El ataque sin precedentes a cualquier persona o entidad que dude o ponga trabas a lo que están haciendo como gobierno (aunque sea ilegal) es un buen ejemplo. El Congreso también queda en un segundo plano ante la voluntad del líder, que impone su agenda a través de decretos y no de los procesos legislativos tradicionales. Nada puede detener a Trump porque lo que hace es legítimo y necesario para salvaguardar el futuro.

4. El papel de la comunidad de fieles
Un liderazgo mesiánico no se sostiene solo en la figura del líder, sino en la comunidad que le sigue con fervor. En el caso de Trump, su base de apoyo no le ve únicamente como un político, sino como el último bastión contra las fuerzas que, según su relato, amenazan la esencia de Estados Unidos. La lealtad de estos seguidores es inquebrantable porque sin él, en su visión, el país estará condenado. Se organizan en comunidades, on y offline, muy polarizadas y activas, que se retroalimentan no solo de contenidos a su favor sino, especialmente, de contenidos que atacan a sus adversarios, sea a través de hechos reales o no. Su campaña electoral y ahora la Casa Blanca han estimulado directamente la creación de estos grupos. El último ejemplo es la nueva web del Gobierno que recopila noticias positivas sobre Trump con el estilo de Drudge Report.

5. El sacrificio como prueba de su misión
En los relatos mesiánicos, el sufrimiento del líder se convierte en una validación de su destino. En este sentido, el intento de asesinato de Trump no es solo un evento traumático, sino una confirmación de que es un elegido. En la narrativa de sus seguidores, el ataque no solo refuerza su rol de víctima de las élites y los enemigos internos, sino que le eleva a la categoría de mártir de la nación. Su supervivencia, en este marco, no es casualidad, sino un signo de su propósito divino.
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Para profundizar sobre el tema
Libros:
– Max Weber: Sociología del poder
– Carl Schmitt: Teología política
– Alexander Dorna: El líder carismático
– David O’Connell: God wills it: Presidents and the political use of religion
Artículos:
– Xavier Peytibi: Comunicar en tiempos de hombres fuertes
– D’ Adamo, Beaudoux, Ferrari y Slavinsky: Estilos de liderazgo presidencial: dimensiones y variables para su análisis
– Juan Manuel Castro Carracedo: Cómo la retórica mesiánica de Trump cimenta su liderazgo y apela a la identidad americana
– María Pinho De Oliveira: ¿Sacralización política o mesianismo? Los liderazgos políticos de Néstor Kirchner, Hugo Chávez, Donald Trump y Jair Bolsonaro
– Eric Berger: ‘Standing up for Christian values’: US evangelicals keep the faith with Trump
– Adam Gabbat: ‘False teacher’: Trump’s pick to head the ‘White House faith office’ roils some fellow Christians
– Elizabet Dias y Ruth Graham: White House of Worship: Trump Elevates Christian Prayer and Power
Vídeos:
– Alex Connor: Trump: God’s Chosen President?
– Capturing christianity: This Prophet Predicted in 1983 that God Would One Day Use Trump
– The Bulwark: CHRISTIANITY IN CRISIS: Trump, Politics, and the Future of Faith
Pódcast:
– The Ezra Klein Show: Ross Douthat on Trump, Mysticism and Psychedelics
– David French and Russel Moore: Trump, Faith, and the First 100 Days
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