Bruce Springsteen (New Jersey, 1949) empezó este miércoles en Manchester una nueva gira europea cargando desde el arranque contra Donald Trump. Hace aproximadamente un año Springsteen tuvo que cancelar una serie de conciertos por problemas de salud y, de entrada, esta nueva gira debía llevarlo a las ciudades donde no pudo tocar. Pero desde entonces hasta ahora la situación política ha cambiado radicalmente en Estados Unidos y el autor de Born in the Usa ha decidido que sus shows sean también actos de protesta política. El 21 y el 24 tocará en San Sebastián.

​Desde el arranque en Manchester —con Land of Hope and Dreams— hasta el último bis —su versión de Chimes of Freedom de Bod Dylan—, buena parte del repertorio y las presentaciones de algunas de las canciones fueron críticas explícitas al presidente Trump y alertas sobre la actual deriva de la política norteamericana. Incluso bautizó la gira como Land of Hope and Dreams (La tierra de la esperanza y los sueños), una elegía a los valores de la democracia americana y que en su día cantó en la ceremonia de investidura de Joe Biden como presidente.

​Antes de empezar a cantar, Springsteen dejó clara cuál es su visión de la situación que atraviesa su país. “Mi hogar, el Estados Unidos que amo, el Estados Unidos sobre el que he escrito y que ha sido un faro de esperanza y libertad durante 250 años, está actualmente en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora”. Tras este diagnóstico, expresó su voluntad de que el concierto tuviera también una significación política. “Esta noche, pedimos a todos los que creen en la democracia y en lo mejor de nuestra experiencia estadounidense que se levanten con nosotros, alcen sus voces contra el autoritarismo y dejen que suene la libertad”.

​El compromiso de Springsteen con los candidatos demócratas ha sido una constante. En 2004 fue uno de los impulsores de la gira Vote for change que apoyaba a John Kerry, conoció a Barack Obama durante la campaña electoral de 2008 y estableció amistad con el presidente (grabaron juntos un podcast y Obama asistió a uno de sus conciertos en Barcelona) y en la última campaña electoral apoyó públicamente a Kamala Harris.

Bruce Springsteen y la banda E Street Band, ayer miércoles en Manchester.

​No es casualidad que, tras Land of Hope and Dreams, recuperase una pieza infrecuente en su repertorio: Death To My Hometown. Esa letra sobre quienes devastan su país tiene un verso muy claro: “Envía a los tiranos sin escrúpulos directos al infierno”. A “nuestro amado líder” le dedicó una canción que nunca había tocado en directo: Rainmaker del álbum Letter to You (2020). Es una pieza de imaginario bíblico sobre un pueblo que sufre la sequía y la gente, desesperada, necesita creer en un milagro y el hacedor de lluvia que viene les engaña con falsas promesas. Además de éxitos clásicos, durante el concierto también tocó otras canciones sobre la cruz del sueño americano que es uno de los asuntos centrales de su obra: My Hometown o Youngstown.

​Aunque la había compuesto antes de los atentados del 11-S de 2001, una de las canciones de Springsteen asociadas a ese momento es My City in Ruins. En Manchester la recuperó y, durante la interpretación, sentado en el escenario y con la mano en la frente, dijo que en su país estaban sucediendo cosas raras y peligrosas y lo ejemplificó con estas palabras: “Están persiguiendo a las personas por usar su derecho a la libertad de expresión y expresar su disidencia. Esto está sucediendo ahora. En Estados Unidos, los hombres más ricos se complacen en abandonar a los niños más pobres del mundo a la enfermedad y a la muerte”.

​Después de la traca energética de bises, calcada a la de sus conciertos de la gira de 2023 y 2024, remató con otra pieza que hacía muchísimos años que no interpretaba: su versión del clásico Chimes of Freedom de Bob Dylan. Si la cantó en su mítico concierto de 1988 en el Berlín Oriental y al cabo de pocos meses cerraba la mítica gira global de Amnistía Internacional en la que actuó con otros colosos (Tracy Chapman, Peter Gabriel y Sting), ahora ha decidido recuperarla para mirar y escuchar de nuevo las campanas de la libertad.



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