Andie MacDowell ha impresionado en la alfombra roja del Festival de Cannes sin necesidad de saltarse la nueva normativa de la organización, que este año, en su edición número 78, ha prohibido el uso de vestidos voluminosos (que pueden crear problemas en el acceso a las proyecciones y al sentarse en las salas) y los vestidos desnudos tan habituales en los últimos años, por una cuestión de “decencia”. Aunque muchas invitadas han desoído esas normas, la intérprete y modelo estadounidense las ha acatado, sabiendo destacar con dos estilismos muy diferentes en la alfombra roja. El primero, que lució para el estreno de la nueva entrega de la saga Misión Imposible de Tom Cruise, Mission Impossible-The Final Reckoning, era un traje de chaqueta negro de Mugler, con una gran pajarita y tacones de vértigo. Pero lo que más llamó la atención de su look fue su pelo: en lugar de llevar la melena rizada suelta que se ha convertido en su sello, la actriz lució un recogido que a simple vista simulaba un corte de pelo con flequillo largo. Al darse la vuelta, la intérprete dejaba ver un moño bajo, que ayudaba a ese juego visual de falso corte al verla de frente.

Como subraya la edición británica de Vogue, en los últimos años MacDowell se ha convertido en toda una hairinfluencer (influencer capilar). En 2021, con 63 años, apareció por primera vez mostrando su gran melena canosa, precisamente en la misma alfombra roja, la del Festival de Cannes. “Pensé que ya era hora. Para mí, cuando tu rostro alcanza una cierta edad resulta raro verte con el pelo teñido. Es mi visión estética, no me gusta tampoco cómo le queda el pelo teñido a un hombre de 60″, explicaba unos meses después en esta entrevista a S Moda, señalando qué la había llevado a tomar esa decisión. “Creo que vivir temiendo envejecer es terrible. No puedo tener miedo a lo inevitable, a la verdad, no puedo fingir. Y creo que todo el mundo está preparado para permitir que las mujeres se sientan hermosas a cualquier edad. Nuestra sociedad está creada para glorificar a las mujeres jóvenes, y para hacer que las mayores se sientan mal consigo mismas. Ahora miro Instagram y me fascina ver que hay más apoyos hacia mí y mi aspecto actual de los que ha habido en los últimos 20 años. Es casi como si la gente se sintiera aliviada por ver a una mujer cómoda con su verdadera edad, siendo honesta sobre quién es”, añadía.

Para su segunda aparición en la alfombra roja del festival —este 15 de mayo en la presentación del thriller Dossier 137, dirigido por el francés Dominik Moll— MacDowell abandonó el recogido para mostrar su melena, pero en vez de por sus habituales rizos marcados (que sí dejó ver en una fiesta celebrada en el festival y a su llegada al mismo) apostó por llevar el cabello suelto con ondas y raya al lado. En cuanto al estilismo, tampoco se saltó las normas: lució un vestido lencero de acabado satinado y con puntilla negra en el escote diseñado por Alberta Ferretti, según reveló su estilista, Marc Eram. En esta ocasión destacó por lo natural de su look de belleza, sin apenas maquillaje.

MacDowell, originaria de Carolina del Sur, ha sido imagen de L’Oréal Paris durante más de tres décadas, con 21 ya tenía un contrato con la agencia de modelos Elite y ha protagonizado campañas para Versace o Calvin Klein y participado en películas como Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos y Atrapado en el tiempo, o en series como La asistenta, en la que compartió protagonismo con su hija, Margaret Qualley, que el año pasado triunfó con La sustancia, película dirigida por Coralie Fargeat que precisamente se presentó en Cannes. De momento, madre e hija no van a volver a coincidir en la pantalla, pero MacDowell tiene tres proyectos pendientes de estreno: el drama Wildfire, de Stephen Herek; la película romántica The Temptation of Gracie, de Claire McCarthy, en la que compartirá reparto con Isabella Rossellini, Rupert Everett e Isla Fisher, y la comedia The Token Groomsman, dirigida por Natalie Simpkins.

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