Doce cajas de madera arrinconadas durante más de 80 años en el subsuelo del Palacio de Tribunales de Buenos Aires abren una nueva puerta al pasado nazi de Argentina. Contenían cientos de libretas de afiliados al partido nazi en el exterior, pasaportes y documentos y material de propaganda del régimen de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. La Corte Suprema de Justicia informó este lunes a través de un comunicado que el hallazgo ocurrió “de manera fortuita” durante las obras de preparación del futuro museo de este organismo judicial.

Según la reconstrucción realizada por el máximo tribunal argentino, las cajas fueron enviadas por la embajada alemana en Tokio a bordo del buque japonés Nan-a-Maru e ingresaron al puerto de Buenos Aires el 20 de junio de 1941. La representación diplomática declaró su contenido como “efectos personales” para evitar la inspección, pero fracasó. La Aduana frenó el cargamento y avisó a la Cancillería “sobre la naturaleza del material, que podría afectar la neutralidad argentina ante el conflicto europeo”.

Al revisar las cajas, los funcionarios argentinos encontraron material propagandístico del régimen alemán, fotografías, postales y miles de libretas: algunas pertenecientes a la Organización del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en el exterior y otras a la Unión Alemana de Gremios, simpatizante con el nazismo. Estas últimas, de color rojo, tenían una esvástica rodeada de un engranaje en la tapa. También aparecieron sobres con documentos con el mismo logotipo y fichas con nombres, apellidos y números de afiliación.

La investigadora Marcia Ras, el rabino Eliahu Hamra, el director ejecutivo del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Jonathan Karszenbaum, el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, y Pablo Lamounat, director del Centro de Asistencia Judicial Federal, inspeccionan documentos asociados con el régimen nazi.

El Museo del Holocausto de Buenos Aires está a cargo de digitalizar la información encontrada e investigar sobre ella. “Lo más relevante es el volumen de material documental encontrado”, dice por teléfono el director ejecutivo del Museo, Jonathan Karszenbaum. Este politólogo especializado en derechos humanos presenció la apertura de las primeras cajas el pasado viernes. “Hay que esperar a que se termine la digitalización”, agrega con cautela. Aunque la hipótesis más aceptada sobre el origen de la documentación es la de la embajada alemana en Tokio, Karszenbaum no la considera definitiva por ahora.

En 2020, el investigador Pedro Filipuzzi encontró un listado con los nombres de 12.000 simpatizantes nazis en Argentina. Es posible que muchas de las libretas encontradas en las cajas correspondan con ese listado. “Los nombres se conocían, la información nueva es la propia libreta”, subraya el director ejecutivo del Museo del Holocausto.

Apoyo entre la comunidad alemana

“Eran afiliados al partido nazi, que entendemos que eran germano parlantes residentes en el país, descendientes de alemanes o austríacos”, señala Karszenbaum. El apoyo al Führer en esa comunidad se plasmó en actos multitudinarios como el celebrado en 1938 en el estadio Luna Park de Buenos Aires, al que asistieron cerca de 20.000 personas. Ese respaldo, sin embargo, no era unánime. “El mismo día del evento en el Luna Park hubo una contramarcha en la Plaza San Martín”, pone como ejemplo.

Karszenbaum duda que las libretas pertenezcan a criminales de guerra por el momento histórico al que pertenecen: “En 1941 la perspectiva en Alemania era de triunfo, no estaban escapando”. El contexto cambió tras la derrota del Eje, en 1945. A finales de esa década, varios jefes nazis cruzaron el océano Atlántico escapando de la Justicia. Entre los criminales que se ocultaron en Argentina destacan Adolf Eichmann, considerado el cerebro del Holocausto, y el despiadado médico Josef Mengele.

Documentos asociados con el régimen nazi en cajas encontradas por el personal en los archivos de la corte en Buenos Aires.

Entre el material encontrado hay sellos que indican aportes económicos y los investigadores creen que podría arrojar luz sobre la conocida como ruta del dinero nazi en Argentina. “Es muy pronto para saber si hay evidencias, por ahora es una conjetura que se viene sosteniendo”, dice Karszenbaum.

Según la Corte Suprema, los representantes diplomáticos alemanes intentaron recuperar las cajas incautadas en Argentina. Solicitaron que fueran devueltas a su embajada en Tokio, pero la Comisión especial investigadora de actividades anti argentinas de la Cámara de Diputados los frenó en la Justicia. La Comisión sostuvo que se trataba de “propaganda antidemocrática y lesiva para las naciones aliadas de Argentina en el material ya examinado” y advirtió que la embajada alemana ya había mentido con anterioridad al intentar ingresar un transmisor radiotelegráfico como correo diplomático.

La Justicia denegó en ese momento la repatriación del material, pero la investigación cayó en punto muerto tras el golpe de Estado ocurrido en Argentina el 4 de junio de 1943 contra el presidente, el militar Ramón Castillo. El régimen liderado por el Grupo de Oficiales Unidos, entre quienes estaba Juan Domingo Perón, cerró el Congreso y la Comisión investigadora dejó de existir. La pista sobre el contenido de las cajas se perdió hasta reaparecer este 2025 por azar.



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