El líder de Vox, Santiago Abascal, se ha presentado este Primero de Mayo como víctima de una persecución política a la que ha atribuido la multa de 862.496 euros que el Tribunal de Cuentas ha impuesto a su partido por financiación ilegal. “Nos hemos convertido en el enemigo a batir. Vox es víctima de una persecución sin precedentes. Acabamos de padecerla con una decisión insólita, que no tiene parangón, del Tribunal de Cuentas, que busca hacer inviable a Vox. No se atreven todavía a ilegalizar a Vox, pero van dando los primeros pasos”, ha enfatizado en declaraciones a la prensa.
Abascal no ha llegado a acusar expresamente de prevaricación a los consejeros del Tribunal de Cuentas, alegando que aún no ha analizado jurídicamente su decisión, pero ha asegurado no tener “ninguna duda de que está políticamente orientada”. Visiblemente irritado, ha tachado de “francamente acojonante” y de “insulto a la inteligencia” que se acuse a su partido de financiación ilegal “por vender pulseras en las carpas en las que nuestros militantes se juegan su integridad física. Y no solo en el País Vasco y Cataluña”, ha apostillado. Tras dar por sentado que su formación ganará el recurso que presentará ante el Tribunal Supremo, ha asegurado que la sanción “en absoluto afecta a la credibilidad” de Vox, que está “intacta”. “El Gobierno y las instituciones que maneja se han equivocado de plano con nosotros”, ha concluido.
El Tribunal de Cuentas ha sancionado a Vox por una infracción continuada muy grave contra la Ley de Financiación de Partidos Políticos por ingresar, durante los ejercicios de 2018 a 2020, más de 400.000 euros supuestamente procedentes de la venta de artículos de propaganda y promoción, tales como pulseras, gorras y bolígrafos. Sin embargo, subraya el tribunal, el partido no ha presentado contabilidad alguna que acredite la realidad de tales ventas, por lo que sospecha que se trata en realidad de donaciones. El dinero se cobraba en efectivo y, siguiendo una instrucción interna del partido, se ingresaba en las cuentas de Vox siempre a través de cajeros automáticos y en entregas inferiores a 300 euros, para no tener que identificar a los impositores. Tras recordar que la ley no permite recibir donaciones en efectivo ni anónimas, el tribunal impone una multa equivalente al doble de la cantidad ilegalmente recibida; es decir, 862.496 euros. Ya en julio pasado el Tribunal de Cuentas impuso una primera sanción de 233.324 euros a Vox por prácticas irregulares de financiación, por lo que la suma total alcanza 1.095.820 euros.
El pago de estas multas pone en una situación económica comprometida a Vox. Las últimas cuentas que el partido ha hecho públicas, correspondientes a 2023, reflejan que su patrimonio asciende a 6,8 millones de euros. Ese mismo año tuvo un déficit de 2,6 millones, de los que 1,1 correspondieron a gastos ordinarios (es decir, sin contar los electorales), tras haber trasvasado 2,5 millones a la fundación Disenso, que preside el propio Abascal.

El líder de Vox ha sido el protagonista del mitin celebrado por su brazo sindical, Solidaridad, con motivo del Día del Trabajo. El escenario elegido, Fuenlabrada, no ha sido casual. Ya eligió esta localidad del casi 200.000 habitantes del llamado cinturón rojo de Madrid para el mitin final de su campaña para las elecciones europeas de 2024. Fuenlabrada alberga desde finales del año pasado un macrocentro para menores inmigrantes en La Cantuesa al que se opone el ayuntamiento, gobernado por el PSOE. La Comunidad de Madrid amenaza con llevar allí a los menores extranjeros que sean traslados desde Canarias, pese a que el centro está al 100% de su capacidad y no reúne condiciones adecuadas para acoger a niños y adolescentes, según los técnicos.
La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Isabel Pérez Moñino, vecina de Fuenlabrada, ha coqueteado con la teoría conspiranoica de la gran sustitución, elaborada por la extrema derecha francesa, asegurando que se está produciendo una “invasión programada” y una “sustitución meticulosa” de españoles por inmigrantes. Tras asegurar que Fuenlabrada no puede convertirse en el “basurero de la política migratoria” del PSOE y el PP, ha calificado de “fábrica de criminales” al centro de La Cantuesa. Aunque el anterior secretario general de Solidaridad, Rodrigo Alonso, ha asegurado que las puertas del sindicato están abiertas para “todo el que trabaje legalmente en España”, su sucesor, Jordi de la Fuente, ha rezumado un tufo racista cuando se ha quejado de que los jóvenes españoles tengan que pagar 600 euros “por una habitación en un piso compartido que huele a cuscús”; lo que ha provocado risas entre el público. El negacionismo de la responsabilidad humana en el calentamiento global ha corrido a cargo de Alonso, quien ha sentenciado: “Dios creó el mundo en seis días, el séptimo descansó y el octavo ya estaba cambiando el clima”.
La estrella del mitin ha sido Abascal, quien ha atribuido a Pedro Sánchez no solo los daños económicos por el apagón ibérico del pasado lunes sino también la “responsabilidad criminal” por las muertes que se produjeron a causa del corte de suministro eléctrico. El líder de Vox ha utilizado el término “régimen previgente” para aludir a la dictadura franquista y ha copiado del presidente argentino, Javier Milei, el calificativo de “ensobrados” para cargar contra los medios de comunicación que no le son afines. Jordi de la Fuente ha asegurado que el sindicato que lidera “dice no a los aranceles” del inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, contra los productos europeos, pero Abascal los ha justificado alegando que “es normal que [los presidentes de] otros países defiendan sus intereses, no van a defender los nuestros”.
Las alrededor de 300 personas que han asistido al mitin ha repetido lemas contra los sindicatos CC OO y UGT y contra los partidos de izquierdas, pero el eslogan coreado con más entusiasmo ha sido “Pedro Sánchez, hijo de puta”. Abascal se ha referido al presidente del Gobierno como “cretino” y “capullo”.
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