El pasado jueves, unos 220 inversores de la memecoin $TRUMP cenaron con el presidente de Estados Unidos, tras ganar un concurso que consistía en acumular cuántos más activos posibles. Esta imagen es, además de un flagrante conflicto de interés, la culminación del creciente poder de activos especulativos y sin ningún fundamento. $TRUMP, $MELANIA, la memecoin del papa y las de los cardenales…2025 ha desatado la fiebre de las criptomonedas meme que, pese a su alta volatilidad y su carácter inestable, siguen acaparando el interés de los inversores. De hecho, el informe 2025 Global State of Crypto de la plataforma Gemini, de los hermanos Cameron and Tyler Winklevoss, revela que estos activos se han convertido en una puerta de entrada para los inversores en el mercado cripto.

El patrón que siguen las memecoins es común: se disparan al calor de las redes sociales, siguiendo las tendencias de los usuarios y su sentimiento. En la mayoría de los casos, tras el hype inicial, su valor cae en picado y suele desplomarse tan rápidamente como repuntó. Pese al riesgo de perderlo todo, estos activos impulsan una adopción más amplia. En EE UU, el 31% de los inversores que posee memecoins y criptoactivos tradicionales afirma haber comprado primero las monedas meme. En Australia y en el Reino Unido este porcentaje se sitúa en el 28%, en Singapur en un 23%, mientras que en Italia y en Francia en un 22% y un 19% respectivamente. Entre los países que más adoptan estos activos destaca Francia, donde un 67% de los ahorradores en cripto poseen memecoins, seguido por el 59% en Singapur, el 58% en Italia, el 57% en el Reino Unido, el 55% en EE UU y el 45% en Australia.

Las memecoins no han sido el único factor que ha impulsado la adopción de activos digitales. La vuelta de Trump a la Casa Blanca y su política procripto ha generado más confianza entre los inversores en este ecosistema. La creación de una reserva estratégica de bitcoin, el desarrollo de una regulación sobre stablecoins y el nombramiento de funcionarios procripto en la administración estadounidense parecen haber convencido incluso a quienes no invierten.

El 23% de inversores que no poseen activos digitales en EE UU ha asegurado que el anuncio de la reserva estratégica les ha dado más confianza en el mundo cripto y en el valor; igualmente, en el Reino Unido y en Singapur fueron un 21% y un 19% respetivamente. A los ojos de la industria, el magnate ha contribuido a dar legitimidad a los activos digitales, a través de la adopción institucional.

La actitud más aperturista hacia las criptos y la adopción del reglamento MiCA en Europa han sido los catalizadores para impulsar la adopción de activos digitales en la región: en Francia, el 21% de los encuestados afirma mantener criptos en su cartera frente a un 18% de 2024. No obstante, se trata de una tendencia generalizada: en el Reino Unido, el 24% de los encuestados está invertido en cripto, frente al 18% del año pasado. Y la City todavía está desarrollando un marco legislativo, que se asemejará más a la disciplina más laxa de EE UU que a la normativa de la Unión. “Un gran número de gestores de inversión en el Reino Unido buscan asignar una parte de sus carteras a las criptomonedas, lo cual está impulsando aún más la inversión”, afirma Mark Jennings, director de la compañía en Europa.

Este nuevo entorno regulatorio y político ha cambiado la manera de invertir en las criptomonedas: siempre más inversores ven estos activos, y especialmente bitcoin, como una reserva de valor en cualquier entorno de mercado. Prueba de ello son las ventas de criptoactivos, que han disminuido significativamente respecto a 2024: “A nivel global, uno de cada diez antiguos inversores afirma haber vendido en los últimos seis meses”, se lee en el informe. En EE UU, un 15% de los ahorradores vendieron en los primeros meses del año respecto a un 17% del año anterior, en Reino Unido, un 12% frente a un 15%, y en Francia un 11% frente a un 15% de 2024.



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