La ausencia de Kilian Jornet, el mesías de la Zegama-Aizkorri con once triunfos, sitúa el protagonismo de la 24ª edición de la maratón por montaña más cotizada del mundo en la odisea de dos guipuzcoanas, Sara Alonso y Malen Osa, por convertirse este domingo en profetas en su tierra. Buscan, junto a otras corredoras con cartel merecido de aspirantes, la primera victoria española desde que lo hiciera Maite Maiora en 2017. Un barbecho que ilustra cómo el trail ha crecido exponencialmente por todos los lares. Tras competir en los últimos años con las mejores del mundo en el calendario de las Golden Trail World Series, en Japón, China o EE UU, quieren volar por los senderos de siempre, en los que empezó todo, por esos dos kilómetros empinados con el ambiente de un puerto del Tour de Francia.
Zegama es Zegama, la frase acuñada por Jornet que el pueblo, de apenas 1.500 habitantes censados, enarbola como bandera para defender su tradición. Ir al monte no es solo un deporte, es su filosofía de vida, por eso sobran voluntarios para subir víveres al Aizkorri, el pico centinela. “Zegama es un sueño para mucha gente, pero sobre todo para alguien de Euskadi. Sería como para un francés ganar UTMB [el Ultra Trail del Mont Blanc]”, subraya Sara Alonso, tercera en 2022 para perderse después las dos últimas ediciones por una fractura por estrés y una neumonía. Por eso no se fía de las molestias en el tibial o en la costilla. “Tengo pánico a no poder empezar, nunca me había pasado. Sé que en el Mundial o en la OCC [una de las carreras de UTMB] me juego mucha más pasta o los bonus, pero es tan grande la motivación y el foco de atención que tengo unos nervios… Si consigo estar en la salida, será una gran victoria. Y si sale una buena carrera, puede ser un día muy loco”.
Alonso ganó la primera carrera de las Golden el mes pasado en Kobe y llega con los mejores entrenamientos de su vida. Este año ha sido Malen Osa, un prodigio de regularidad desde que llegara al circuito en 2023 que rozó el cielo el año pasado con su plata en Zegama, la que pudo caerse de la salida por una salmonela. “Estaba muy débil, no me veía en Zegama, pero una vez que empecé a entrenar he podido meter dos semanas bastante buenas. Sin olvidarme de cómo ha sido todo, ni tan mal”. Está, por lo menos, a un 90% de prestaciones. Suficiente para un deporte que se basa en gestionar la imperfección. “Soy muy buena en eso”, avisa con una sonrisa.
En el caso de Osa no es solo una vasca ganando Zegama. “Es que soy de ahí [Oñati]. Solo correr ya es especial; ganar, ni te cuento. Es la carrera de las carreras”. Su impropia madurez con 22 años ha convertido esa presión en gasolina. “Te da alas, me sentí súper arropada. Si te pones en modo positivo, lo disfrutas el doble. La presión es más en los días previos porque la gente quiere que lo hagas bien”. Tras ser segunda en su debut —fue, además, su primera maratón— relativiza. “¿Qué es ganar y qué es perder? No me he planteado ganar como objetivo, soy muy joven, tengo muchas Zegamas todavía. Si hago un puesto peor, que hay muchas papeletas, no sería perder. Mi objetivo es mejorar mi última versión, eso me da esperanza de que algún año será el mío. Y si tengo el cuerpo como algunos días de estas semanas, estoy para hacerlo bien”.

El problema de ambas se llama Judith Wyder: la suiza, una de las mejores corredoras de la última década, insuperable en terrenos técnicos, llega por primera vez a Zegama. “La mayor baza que tenemos Sara y yo es ser locales. Es verdad que Judith tiene mucha experiencia, pero creo que le puede penalizar bastante. No me sorprendería que ganara, pero no sabe lo que le espera”. La duda es que no ha competido recientemente, pero ya ganó el año pasado la Marathon du Mont Blanc a la primera. “No sé cómo llega, pero ahora mismo, por nivel, si alguien le puede arrebatar la victoria es una Sara que le salga todo perfecto. Es la favorita, pero no creo que Sara vaya a estar muy lejos”. La donostiarra recoge el guante: “Es verdad que no la he ganado en mi vida, pero creo que puedo. Si en algo soy mejor que ella es subiendo, intentaré sacar ahí mis ventajas porque sé que me las recortará en las bajadas y en las zonas más técnicas”.
Ante la dictadura de Kilian en hombres, las mujeres han alumbrado ganadoras inesperadas en los últimos años. El dorsal número 1 es para la noruega Sylvia Nordskar, el peso de la historia reciente, la que dice que después de ganar Zegama sigue una época gris en las chicas. Otra candidata con voz propia es Marta Martínez, bronce el año pasado, a unos segundos de Osa. Pero puede ganar cualquiera: la suiza Theres Loboeuf, la china Miao Yao o las españolas Rosa Lara, Julia Font o María Pineda.
El destino ha preparado la carrera masculina para el marroquí Elhousine Elazzaoui, segundo en 2023 y 2024, que llega como ganador de la última general de las Golden. Ama Zegama y es su diana de esta temporada. Tendrá enfrente a Manuel Merillas, su verdugo por 26 segundo hace dos años, el referente de una delegación española con Andreu Blanes —ganador de la Sierre-Zinal 2022—, Antonio Martínez o Alain Santamaría, campeón del mundo de skyrunning en 2024. Ojo a los italianos Luca del Pero, cuarto el año pasado, y Daniel Pattis. La gran incógnita es el noruego Stian Angermund, ganador en 2017 con récord de la prueba que vuelve tras una suspensión de dopaje de la que sigue declarándose inocente.
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