En todas las quinielas estaba a principios de temporada que el Barcelona, el actual dominador de Europa —tres Champions de las últimas cuatro—, estuviera este sábado en la final de la Liga de Campeones en el Estádio José Alvalade de Lisboa (18.00; Dazn, La1 y Movistar), pero casi nadie contaba con que su rival fuera a ser el Arsenal de Mariona Caldentey. Las gunners levantaron la orejona en 2007, cuando el torneo todavía se denominaba Copa de la UEFA Femenina, pero en las últimas 11 temporadas se quedaron fuera siete veces de la mayor competición continental de clubes. El equipo ha progresado de la mano de la futbolista española —elegida mejor jugadora en su primer curso en Inglaterra—, de la técnica Renée Slegers —llegó en octubre al banquillo— y de una inversión sostenida en el femenino desde que hace una década profesionalizaron la sección, pero el duelo de hoy a priori se presenta desigual entre un equipo que ha pisado seis de las últimas siete finales y otro que está de regreso en la élite europea. “Puede ser normal que nos pongan el cartel de favoritas por todo lo que llevamos haciendo los últimos años, pero para nosotras no es un partido fácil y no lo damos por hecho”, explicó Aitana Bonmatí, la actual Balón de Oro, el viernes en la rueda de prensa en la capital portuguesa.

El dominio del Barcelona en Europa se ha enfatizado estos últimos años con los títulos levantados, pero en España es abrumador: desde la temporada 2018-19, las azulgranas solo han perdido seis partidos y empatado otros seis de los 205 que han jugado en Liga. El Barça ha ganado el 93,5% de los encuentros en todas las competiciones, mientras que el Arsenal ha logrado triunfos el 68% de las veces. En estos últimos siete cursos, las gunners han caído en 23 encuentros y han empatado otros 14 de los 145 disputados en la Women’s Super League. La diferencia entre ambos equipos se debe en parte al nivel de sus competiciones locales.

Los números tan apabullantes de victorias también tienen su reflejo en los goles que marca y recibe cada equipo. Desde la temporada 2018-2019, el Barcelona ha anotado 1.244 tantos en 307 partidos en todas las competiciones —4,05 por encuentro—, mientras que el Arsenal ha sumado 689 en 245 enfrentamientos —una media de 2,81—. En la Champions la diferencia este curso también es relevante: las azulgranas han visto puerta en 44 ocasiones y han encajado en 7, mientras que las gunners llevan 36 goles y han recibido 15.

En la efectividad goleadora del Barça ha dado este año un paso adelante Claudia Pina. La joven delantera —23 años— lleva 10 tantos y es la máxima artillera de la Champions. La futbolista de Montcada i Reixac está cuajando su mejor temporada. Ha aprovechado tanto la salida de Mariona el pasado junio como la baja de Salma Paralluelo entre finales de agosto y mediados de diciembre. Caldentey y Alessia Russo, una de las mejores delanteras de Europa, son segundas en la tabla con siete goles, uno más que Ewa Pajor, el gran refuerzo azulgrana el pasado verano y pichichi en la Liga F (25). El poderío goleador del Barcelona es tan formidable que entre las máximas anotadoras del torneo también aparecen la propia Salma (4) y Aitana (4).

El Barcelona marca la diferencia con su centro del campo, donde este año ha regresado un tridente que jugó como titular por última vez en una final de Champions en 2022: Aitana Bonmatí como interior derecha, Patri Guijarro como pivote y Alexia Putellas como interior izquierda. La marcha de Keira Walsh y el mejor nivel de Alexia volvieron a configurar esta formación, popularizada como APA, impulsada por una Patri que es fundamental para ordenar la salida de balón. “Patri es imprescindible, nos ayuda a jugar bien. Hace que Aitana y Alexia generen su mejor fútbol”, compartió ayer Pere Romeu. Con ellas en la sala de máquinas, el Barcelona sobresale en la Champions en casi todas las estadísticas ofensivas por encima del resto de equipos. Las azulgranas son las que más tiempo mueven el balón en toda la competición —72% del tiempo—, por encima del Bayern de Múnich y del Arsenal —ambos con el 61%—. También son las que más precisión tienen en el pase—89%, por 84% de las gunners— o las que más disparan a puerta —23,3 veces por partido, por 13,3 de su rival—.

En defensa, el Barcelona también es uno de los equipos más destacados, con Irene Paredes y Mapi León como tándem y seguro en el centro de la zaga. Este curso solo ha encajado siete goles en todo el torneo y es el conjunto que más lejos de su portería realiza las acciones de presión para recuperar el balón. Las azulgranas tratan de robar a 55,92 metros de la portería de Cata Coll, mientras que el Arsenal —que ha encajado 15 tantos— lo hace a 47,56 metros de su guardameta. Las gunners realizan más acciones agresivas que el Barça —91,2 por 73,9— tras perder el control de la pelota, pero también se debe a que las catalanas tienen mucho más tiempo el balón que sus rivales y no necesitan robarlo con tanta frecuencia como las inglesas.

La plantilla del Barcelona, según la web especializada soccerdonna, es la más valiosa de Europa con 6 millones de euros, muy por encima de la del Arsenal (4,2), que también tiene por delante al Chelsea (5,2), al Olympique de Lyon (4,7) y al Bayern de Múnich (4,4). El Barça, de hecho, cumple este sábado en la final su partido número 100 en la Champions. El primero de su historia fue contra las gunners en 2012, cuando perdieron 0-7 en el global de la eliminatoria. 13 años después, la otra Balón de Oro del club, Alexia, es la única jugadora que queda de aquella plantilla. “Todo te lleva a ser lo que realmente eres ahora. En aquel primer partido era impensable imaginar todo lo que ha venido después”, compartió ayer la capitana. Aitana lo resumió con sencillez: “Ahora somos el equipo a batir”.



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