El asesinato en pleno centro de Washington de dos empleados de la embajada de Israel en Estados Unidos, Yaron Lishinsky y Sarah Milgrim, ha provocado una conmoción en la comunidad judía de la ciudad. Algunos de sus miembros acudieron este jueves a las inmediaciones del Museo Judío, donde tuvo lugar el tiroteo por parte de un sospechoso que tras ser detenido gritó: “Palestina libre”. Allí se mezclaban mensajes de dolor, llamamientos al fin de la violencia y también sobre la necesidad de reforzar la protección y la seguridad. Yael Bromverg, abogada de derechos constitucionales, asegura que la comunidad está “angustiada, completamente angustiada”. “Los judíos somos solamente el 2% de toda la población del mundo y siempre somos el objetivo”, decía.
La policía retiró este jueves el cordón de seguridad que había establecido en torno al museo. Por allí pasaron a ofrecer sus condolencias miembros de la comunidad judía de Washington, desde el embajador de Israel, Yechiel Leiter, hasta congresistas del Partido Republicano y del Partido Demócrata, pasando por la fiscal general, Pam Bondi, y muchas personas anónimas. Algunos de ellos dejaban flores. Otros escribían mensajes con rotulador en folios de papel con llamamientos a la paz o palabras de homenaje a las víctimas.
“Que podamos plantar y cuidar las semillas de la paz, no las del odio”, decía uno de esos mensajes. “Rezo para que este crimen sea un grito que conduzca a la paz”, ponía en otro. “Que su recuerdo sea una bendición”, uno más. “Que un pacificador dé un paso adelante para construir el amor y no el odio”.
“Es muy triste sobre todo porque los que fueron atacados estaban comprometidos por la paz”, reflexionaba Bromverg, que señalaba que las víctimas estaban en favor de la paz y de llevar ayuda humanitaria a Gaza. “Tenemos que proteger a los pacificadores”, indicaba, calificando de “violencia sin sentido” el tiroteo de la víspera.
“Esto nunca va a parar si no empezamos a hacer las cosas de otra manera”, decía también frente al Museo Judío Scott Perlo, rabino de la Congregación Reconstruccionista Adat Shalom, la sinagoga local. “Estoy cansado de que la gente no piense en el futuro y piense de una manera tan fantasiosa, casi mesiánica, en la que creen que ellos solos, con suficiente violencia y esfuerzo, pueden acabar de una vez por todas con el problema de 14 millones de personas, siete millones de un lado y del otro”, indicaba en una referencia imprecisa a la población israelí y palestina.
“La idea de que acciones como estas vayan a resolver de alguna manera ese conflicto, de una forma u otra, me llena de una profunda rabia, me afecta profundamente”, añadía Perlo, que lamentaba que sin un cambio de mentalidad, “tanto israelíes como palestinos van a estar en esa situación prácticamente durante los próximos siglos”. “Es una situación completamente intratable, nada de esto tiene sentido. Hay terrorismo, hay dolor y hay sufrimiento, y nadie piensa en el futuro, y menos aún el tipo que anoche disparó a estos dos seres encantadores”. añadía.
Las puertas del museo, cuyo nombre oficial es Lillian and Albert Small Capital Jewish Museum, permanecían cerradas este jueves. Beatrice Gurwitz, su directora se declaraba este jueves “profundamente consternada” por los asesinatos, en lo que no dudaba en calificar como “un acto de horrible violencia antisemita”. “Esta tragedia es devastadora. Estos actos de terror intentan infundir miedo, silenciar voces y borrar la historia, pero nos negamos a permitir que lo consigan”, señaló en declaraciones enviadas por correo electrónico.
“El Capital Jewish Museum se construyó para contar la historia centenaria de la vibrante comunidad judía de la región metropolitana de Washington. Estamos orgullosos de contar estas historias de la vida judía. En nuestro trabajo, compartimos historias judías con el fin de tender puentes y abrir el diálogo en nuestra hermosa ciudad. Estamos trabajando para reabrir el museo en los próximos días, con todas las medidas de seguridad necesarias, para poder volver a contar la historia de la comunidad judía de Washington a miles de visitantes de todo el mundo”, añadió Gurwitz.
Yoni Kalin y Katie Kalisher estaban dentro del museo cuando escucharon disparos y un hombre entró con aspecto angustiado. Kalin dijo que la gente acudió en su ayuda y le trajo agua, pensando que necesitaba ayuda, sin darse cuenta de que era el sospechoso. Cuando llegó la policía, sacó un pañuelo palestino, y gritó repetidamente “Palestina libre”, según dijo Kalin a AP.
“Este evento era sobre ayuda humanitaria”, dijo Kalin. “¿Cómo podemos ayudar realmente tanto a la gente de Gaza como a la de Israel? ¿Cómo podemos unir a musulmanes, judíos y cristianos para que trabajen juntos y ayuden realmente a personas inocentes? Y aquí está él, asesinando a sangre fría a dos personas», añadió.
“Lo hice por Palestina”, dice el supuesto autor
El autor de los disparos fue identificado por la policía como Elias Rodriguez, un hombre de 31 años procedente de Chicago, activista propalestino, cuya casa fue registrada este jueves por agentes de la autoridad. El hombre dijo a la policía tras su detención: “Lo hice por Palestina, lo hice por Gaza”, según los documentos del caso publicados este jueves, en los que se le acusa del ataque perpetrado el miércoles por la noche.
Los documentos indican que el tiroteo fue captado por las cámaras de vigilancia del exterior del museo, que según las autoridades muestran a Rodríguez disparando varias veces más a las víctimas después de que estas cayeran al suelo.
El supuesto autor gritó “Palestina libre” mientras se lo llevaban tras su detención y dijo a la policía que él era el autor del atentado, según los documentos de la acusación. Rodriguez declaró a los investigadores que admiraba al hombre que se inmoló frente a la embajada israelí en febrero de 2024 y lo describió como “valiente” y “mártir”. También declaró que compró las entradas para el evento en el museo unas tres horas antes de que comenzara, siempre según los documentos judiciales.
Rodríguez se enfrenta a cargos de asesinato de funcionarios extranjeros y otros delitos. Es probable que se presenten cargos adicionales, según informaron el jueves los fiscales, ya que las autoridades continúan investigando los asesinatos como un delito de odio contra la comunidad judía y como acto terrorista.
“La violencia contra cualquier persona por motivos religiosos es un acto de cobardía. No es un acto heroico”, afirmó Jeanine Pirro, fiscal federal del Distrito de Columbia. “El antisemitismo no será tolerado, especialmente en la capital del país”, añadió.
En las puertas del museo, el rabino Perlo se lamentaba este jueves: “Cuando se utiliza una retórica radical, la gente escucha. Y si se quiere llevar esa retórica al máximo cada vez, alguien va a coger un arma y empezar a disparar. Es irresponsable hablar sin reconocer que ese tipo de mensajes conducen a la acción. No entiendo cómo esto ayuda a Palestina”, decía.
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