El caso de las denuncias cruzadas por los protagonistas de la película Romper el círculo sigue dando vueltas y complicándose de las maneras más sorprendentes posibles. Si hace menos de dos semanas el director y actor Justin Baldoni decidía citar como testigo del futuro juicio a la superestrella del pop Taylor Swift, amiga íntima de su archienemiga y coprotagonista Blake Lively, ahora ha decidido retirarla. Swift ya no tendrá que acudir a los juzgados; su amistad con Lively, eso sí, parece haberse resentido tras este vaivén judicial.
El pasado 9 de mayo los abogados de Baldoni confirmaban a la prensa la citación a Swift como parte de su enfrentamiento, para comprobar cuánto sabía de la película y de la relación entre sus protagonistas: Blake Lively acusa a Justin Baldoni de acoso y de haber creado una campaña en su contra; él lo niega y asegura que ha sido al revés. Sin embargo, este jueves 22, Deadline ha adelantado en exclusiva que Baldoni ha retirado esa citación de manera inesperada. Según ese medio especializado, el director y su equipo ya “han obtenido los detalles que buscaban”. Los portavoces de la actriz han confirmado a la revista People que así es, y que están “encantados” con la decisión, que desde el primer momento se vio como una maniobra publicitaria por parte del equipo de Baldoni, una llamada de atención mediática dado el poderío de Swift para generar titulares.
“Apoyamos los esfuerzos del equipo de Taylor para anular estas citaciones inapropiadas dirigidas a su abogado, y seguiremos defendiendo a cualquier tercero que sea injustamente acosado o amenazado en el proceso”, ha explicado dicho portavoz. “El equipo de Baldoni y [la productora de cine] Wayfarer han intentado poner a Taylor Swift, una mujer que ha sido una inspiración para decenas de millones de personas en todo el mundo, en el centro de este caso desde el primer día”, han afirmado los representantes, que aseguran que “explotar la fama de Taylor Swift era el plan original“ del equipo de Baldoni, “y continúa hasta el día de hoy”. “En algún momento se les acabarán las distracciones de las demandas reales de acoso sexual y represalias a las que se enfrentan”, remachan.

Los representantes de Swift no han hablado por el momento, pero sí lo hicieron cuando se presentó la demanda hace dos semanas. Entonces, apuntaron a que efectivamente era un modo de que Baldoni llamara la atención sobre su caso. “Taylor Swift jamás puso un pie en el set de esta película, no estuvo involucrada en ninguna decisión con respecto a su casting o creativa, no creó la partitura de la película, nunca vio una versión previa de la misma ni hizo ningún apunte sobre la película”, aseguraron. “La conexión que Taylor tenía con esta película era permitir el uso de una canción, My Tears Ricochet», explicaba entonces una portavoz de la multimillonaria cantante, de 35 años. “Dado que su participación fue la concesión de licencias de una canción para la película, algo que otros 19 artistas también hicieron, esta citación judicial está diseñada para utilizar el nombre de Taylor Swift y con ello atraer el interés público mediante la creación de clickbait por parte de los tabloides, en lugar de centrarse en los hechos del caso”.
Blake Lively y Taylor Swift son amigas desde hace años; de hecho, la cantante es incluso madrina de las tres hijas mayores de la actriz y el también actor Ryan Reynolds. Es habitual verlas juntas en cenas, vacaciones o disfrutando de partidos de la Super Bowl —el novio de Swift, Travis Kelce, es un célebre jugador de fútbol americano— con otros amigos como el propio Reynolds, Hugh Jackman o la cantante Ice Spice. Sin embargo, hace meses que no se las ve juntas en público, ya sea porque no ha coincidido (algo poco habitual) o porque Swift, desaparecida hace meses, ha preferido tomar una cierta distancia de este complejo caso que, como se ve, finalmente sí la está salpicando.
Los abogados de Baldoni llevan tiempo intentando sacar a relucir el nombre de Swift en sus denuncias y comunicaciones. En una demanda hace meses, el actor y director de la película explicó que se reunió con Lively en Nueva York para hablar de una escena que pensaban reescribir. Era la casa de ella, contó, y allí apareció Reynolds y otra celebridad (que más tarde se supo que era Swift), y ambos defendieron la versión de la escena reescrita por Lively. En uno de los momentos más virales de todo el proceso, Baldoni ha explicado que tras ese momento de reescritura la propia Lively le envió un mensaje de texto. En él bromeaba afirmando que era Khaleesi y que, como ella, tenía “unos cuantos dragones”, en una referencia a la serie Juego de tronos. “Para bien o para mal, pero en general para bien. Porque mis dragones también protegen por lo que lucho. Así que todos salimos ganando con estos monstruitos míos. Tú también, prometido”, escribía en el mensaje, junto a emoticonos de caritas sonrientes.

También la actriz Isabela Ferrer, que en la película interpreta a Lively en su adolescencia, dio alguna pista. Preguntada por el medio Extra acerca de si “Taylor tuvo alguna influencia a la hora de obtener el papel”, respondió que sí: “Fue de ayuda en el proceso de la audición, algo que descubrí después de conseguir el papel. Me encantó. No tengo palabras”.
Todo arrancó a finales de diciembre, cuando Blake Lively demandó a Justin Baldoni por acoso sexual y le acusó de haber creado una enorme y millonaria campaña de desprestigio público contra ella. La actriz, de 37 años, lo contó a través de un largo artículo publicado en The New York Times, donde afirmaba que el director y coprotagonista de Romper el círculo (It Ends With Us, en el original) intentó destrozar su autoestima y su confianza, burlándose de ella y de su físico. Pero también contándole intimidades, como supuestas infidelidades o le contaba su adicción a la pornografía en una relación en la que ella, según contaba el artículo, tuvo que poner límites por contrato. Por ejemplo, le pidió que ya no añadiera más escenas de sexo al rodaje. Además, aseguró que él y su productora habían creado una campaña para cargarse su reputación en Hollywood.
Apenas 10 días después, era Baldoni quien decidía contrademandar tanto a Lively como a The New York Times, por nada menos que 250 millones de dólares. Les acusaba de dar los hechos de manera “descontextualizada y manipuladora”. A ella, por su parte, la acusaba de lo mismo que ella a él: de crear una campaña para hundirle con “falsas alegaciones de abuso para tomar de manera unilateral el control de la producción”.
Por el momento, las partes, y especialmente Baldoni, han ido filtrando documentos que no dejan en ningún buen lugar a la otra parte. Los letrados del director quisieron, incluso, crear una web para colgar todos los mensajes públicamente, algo que el juez les impidió. Por el momento, el magistrado ha pedido una pausa y les ha citado para el 9 de marzo de 2026. Si no llegan a un acuerdo antes, ahí se verán las caras en los tribunales.
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