El niño de 11 años secuestrado hace 18 días en el suroccidente de Colombia ha recuperado su libertad en la tarde de este miércoles tras una mediación de la Defensoría del Pueblo. Así lo ha confirmado la encargada de esta entidad de derechos humanos, Iris Marín, en un video en el que también señala que el menor de edad se encuentra en buen estado de salud. “Hago un llamado para que todos los grupos armados respeten el derecho internacional humanitario (…) de todas las personas, pero especialmente el de los niños y las niñas, que deben estar fuera de la guerra”, ha declarado.

El menor de edad fue secuestrado en la noche del sábado 3 de mayo en su casa en Jamundí (Valle del Cauca). Unos cinco hombres armados se lo llevaron junto a una empleada doméstica, liberada unas horas después. La escena, registrada en video, conmocionó al Valle del Cauca y al resto del país. Desde un primer momento, la Policía señaló a las disidencias de las FARC de estar detrás del secuestro y de haberlo llevado a cabo para extorsionar a los padres del niño, dueños de unas joyerías.

Los captores solo dejaron trascender en los primeros días que el menor de edad se encontraba bien y que había voluntad de liberarlo, cuenta por teléfono Diego Guzmán, director de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali. “Siempre fueron enfáticos en decirnos que el niño estaba en buenas condiciones, pero no nos definían nada [de su liberación], tal vez por situaciones internas de ellos”, señala. Después, se produjo “un gran silencio” que aumentó la angustia por la integridad del niño. “Nos dijimos que tocaba concentrarnos en buscar voces más voces y generar un clamor por la liberación”, relata Guzmán.

Hombres armados ingresan a la casa donde se encontraba el niño y su familia, en Jamundí.Vídeo: Cortesía

Funcionarios, organismos internacionales y oenegés pidieron por la liberación del niño en las últimas semanas. La oficina de Derechos Humanos de la ONU exigió que fuera liberado “sin condiciones” y con vida: “Reiteramos a los grupos armados no estatales su obligación de respetar el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos y la prohibición de privar de la libertad a la población civil, incluidos niñas, niños y adolescentes”. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se sumó este mismo miércoles. “Quienes convierten un niño en mercancía ya no son sino tratantes de personas: esclavistas. Quienes lo retienen, desobedezcan a sus superiores. Libérenlo ya”, dijo en X.

El rapto conmocionó a Colombia: hay abusos permanentes contra la niñez en el conflicto armado (reclutamiento forzado, asesinatos, desplazamiento), pero el secuestro no es uno de los delitos habituales. Tras la liberación de este miércoles, varias personalidades han expresado su alivio y satisfacción, al tiempo que han recordado que los grupos armados no deben volver a superar los límites que impone el derecho internacional humanitario. “Su cautiverio jamás debió ocurrir”, ha resumido en X el director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Leonardo González. “Repudiamos este crimen y exigimos que ningún grupo armado vuelva a recurrir a esta práctica infame”.



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