La guerra continúa en Sinaloa, ignorante de las urgencias que asedian al Gobierno. Las autoridades siguen contando muertos, mientras los bandos en pugna del Cartel del Pacífico buscan la forma de imponerse. Este fin de semana, decenas de hombres armados aparecieron en un vídeo, distribuido ampliamente en redes sociales, confirmando un rumor algo antiguo: la presunta alianza de la facción de Los Chapitos y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Antes, enfrentamientos a balazos en las zonas serranas al norte de Culiacán anunciaban el posible fortalecimiento del grupo contrario, que comandan los secuaces de Ismael El Mayo Zambada, por alianzas con bandas locales.

El vídeo del fin de semana enriquece la tradición de grabaciones alusivas al mundo del hampa, habituales ya en México. Una voz en la sombra lee una especie de comunicado, luego los hombres armados gritan y disparan al aire. La voz en la sombra señala en esta ocasión que “los rumores son ciertos, la alianza del CJNG y la Chapiza está confirmada, la limpia ha comenzado. ¡Pura gente del señor Mencho y el señor Iván!”. Luego empiezan los disparos y, justo después, lo que parecen gritos imitando el canto de los gallos. El vídeo se corta durante los gritos. Antes, la voz ha apuntado al destinatario, “todos los volteados que se marranearon”, esto es, todos los aliados de Los Chapitos que han cambiado de bando.

Es imposible saber qué parte de la propaganda del vídeo es cierta y cuál no. Desde octubre, semanas después de que empezara la guerra, los rumores sobre el pacto entre Chapitos y CJNG empezaron a surgir en redes sociales. Entonces, el periodista Luis Chaparro, especializado en el mundillo criminal mexicano, señalaba, a partir de una fuente de Los Chapitos, que la alianza era cierta, y que se vertebraba alrededor de Adrián Alonso Covarrubias, El Ocho, ahijado del líder del CJNG, Nemesio Oseguera, alias Mencho. Por algún motivo, no hubo mayores noticias del pacto en varios meses, hasta ahora.

Ignorar los dichos de un presunto integrante de Los Chapitos, que habla con reporteros, o la información vertida en un vídeo propagandístico de presuntos criminales, podría parecer razonable, principalmente por la opacidad de sus motivaciones. Pero este caso es distinto. A finales de la semana pasada, la agencia antidrogas estadounidense, DEA por sus siglas en inglés, dio por buenos los rumores, para señalar que “una alianza estratégica entre el CJNG y Los Chapitos tiene el potencial de expandir los territorios, recursos, poder de fuego y acceso de estos grupos a funcionarios corruptos, lo que podría resultar en una alteración significativa del equilibrio existente de poder criminal en México”.

Autoridades auxilian a personas heridas de bala en Culiacán, el 19 de mayo.

Mayo aparece así como una especie de parteaguas en la guerra. Desde el día 5, los enfrentamientos entre uno y otro bando, que habían sucedido sobre todo en la capital de Sinaloa, Culiacán, y los municipios del sur, se han expandido a la zona serrana al norte de la ciudad. Camionetas con gente armada han circulado a plena luz del día por municipios como Guamuchil, pistoleros se han atacado a tiros en Choix y Badiraguato. Los tiros han llegado al otrora tranquilo municipio de Mocorito, conocido por su actividad minera. En redes, los rumores han sido que algunas de las bandas dominantes de esos municipios, cercanas hasta entonces a Los Chapitos, se han arrimado al lado contrario. En el vídeo, la sugerencia es la misma: “Todos los volteados que se marranearon”.

De nuevo, es difícil saber si esto es cierto o no, pero parece la explicación más sensata. El viernes, el canal de Youtube Ocran Leaks, especializado en las cuitas del mundo criminal en México, particularmente en Sinaloa, señalaba que los grupos “volteados” responden a la estructura de “Los Cholos”, comandada hasta hace unos años por Iván El Cholo Gastelum, antiguo lugarteniente de Joaquín El Chapo Guzmán, padre del líder de Los Chapitos, Iván Archivaldo, mencionado igualmente en el vídeo, “¡pura gente del señor Mencho y el señor Iván!”. Ocran señala que Los Cholos habrían recibido el apoyo de los grupos que comanda Isidro Meza, alias El Chapo, desde Guasave y Los Mochis, algo más al norte.

Todos estos movimientos coinciden además con los rumores que vuelan desde febrero, de la huida in extremis de Iván Archivaldo Guzmán de las autoridades, en Culiacán, ese mismo mes. La semana pasada, The Wall Street Journal informaba del escape, que ocurrió en una casa del norte de la ciudad, gracias a un túnel oculto en un baño. Iván emulaba así su padre, antiguo capo criminal, maestro de la fuga en Norteamérica –huyó de cárceles, en plural, además de algunas de sus casas–, ahora preso en Estados Unidos, donde acabará presumiblemente sus días.

La huida de Iván Archivaldo, de la que informaron primero los periodistas mexicanos Luis Chaparro y José Luis Montenegro, dibujaba las dificultades de su grupo. Por un lado, Los Chapitos centraban sus esfuerzos en contener a los secuaces del Mayo, por otro, intentaban esconderse de las autoridades, que si bien han detenido a integrantes de ambos grupos, y han decomisado drogas y armas tanto a unos como a otros, han castigado más a Los Chapitos estos meses, en cuestión de presuntos integrantes detenidos.

La incertidumbre se cierne sobre el futuro del conflicto. Estas presuntas nuevas alianzas recuerdan a las establecidas durante el ciclo anterior de la guerra entre facciones del Cartel del Pacífico, hace ahora 17 años. Entonces se enfrentaron los grupos del Chapo y El Mayo con la hermanos Beltrán Leyva, batalla originada, como ahora, porque los primeros entregaron a uno de los integrantes de los segundos. La diferencia es que el entregado ahora fue el viejo socio del Chapo. Los Beltrán Leyva se aliaron para la guerra entonces con los sanguinarios Zetas, una de tantas batallas que explican el país de entonces. Y también el de hoy.



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