El que se suponía debía ser el momento culmen del concierto de Andrés Calamaro este sábado en Cali, con la interpretación de Flaca, terminó con un desencuentro entre el intérprete y su público. Durante el coro, el cantante argentino hizo una pausa para dedicarle su canción a “todos los toreros, ganaderos, banderilleros y aficionados que se quedan sin trabajo”, en un mensaje en defensa de las corridas de toros, que en Colombia fueron prohibidas en 2024, aunque la medida entrará completamente en vigencia en 2027. “Votaron por eso, por dejarlos en la calle”, añadió. Parte del público del Arena Cañaveralejo —anteriormente Plaza de Toros de Cañaveralejo, donde en diciembre aún se realiza una temporada taurina— respondió con gritos en rechazo a esa postura. Calamaro reaccionó: “Lo siento, están cancelados y bloqueados. Hasta nunca”.

Tras esta declaración, el cantante salió del escenario unos minutos. Mientras tanto, sus músicos seguían coreando: “No me duele, no me hace mal”. El choque no quedó allí. Varios asistentes narraron la experiencia en sus redes sociales, y muchos calificaron de grosera y displicente la actitud de Calamaro a lo largo del concierto. Según relatan, el momento de tensión que se ve en el video que ha circulado no fue el único. El solista, quien fue miembro de Los Rodríguez y de Los Abuelos de la Nada, se ha defendido a través de una publicación en sus redes sociales: “Dimos el recital completo, dejé dos minutos en el escenario en un pasaje instrumental y ejecutamos las 22 canciones del repertorio”. Era el segundo concierto en Colombia de los seis que están programados en el país —el primero fue el jueves en Bucaramanga— dentro de la gira Agenda 1999, que incluye destinos europeos como París, Dublín o Girona.

«Colombia es taurina como es musical, es tradicional, cultura, trabajo y libertad. Eso no va a cambiar», añade el cantante en su mensaje. “No sé si los aficionados [a las corridas de toros] son mayoría en Colombia pero tampoco la literatura es mayoritaria y de momento no se queman libros y la biblioteca sigue abierta (…) Los animalistas no saben hacer otra cosa que insultar y desear sangrientas consecuencias para quienes elegimos libremente qué hacer con nuestro tiempo”.

Calamaro cuestionó que “Cali jamás votó ni fue a referendo para cerrar la plaza, esto ocurre con la complicidad de la ignorancia adolescente de una minoría y luego son movidas políticas para tejer alianzas y sumar una mayoría”, dice. No obstante, en Colombia la prohibición fue producto de una decisión del Congreso tras varios años de debate público, e incluye un periodo de transición para que las plazas se conviertan en escenarios artísticos o de emprendimientos.

Aunque Cali es una ciudad de tradición taurina, en la que la plaza de toros solía llenarse en la temporada anual en el marco de la Feria de Cali, las nuevas generaciones se han ido desmarcando de esa cultura. De hecho, la principal ciudad del Pacífico colombiano fue de uno de los lugares en los que el estallido social de 2021 se sintió con más intensidad, y también un bastión clave de la victoria del presidente Gustavo Petro en las elecciones de 2022, un político de izquierda que siempre se ha pronunciado en contra de las corridas de toros.

Terry Hurtado, activista por la liberación animal y exconcejal de Cali, sostiene en una entrevista que para él las declaraciones de Calamaro no son una sorpresa: “Hace años salía en conciertos con capote”, comenta. Durante sus declaraciones en el concierto del sábado, el cantante sostenía con su mano una chaqueta roja, que fue considerada una alusión a las muletas de los toreros, y su canción Media Verónica no se refiere a una mujer, sino a uno de los remates clásicos del toreo de capote.

Lo que ha cambiado es la reacción del público, comenta Hurtado. Y aunque asegura que Cali nunca ha tenido una tradición tan fuerte de toreo, reconoce que sí “se había construido un simbolismo alrededor de las corridas de toros que las vinculaba a la feria, como un evento que generaba estatus social, donde iban los poderosos, tanto de la economía legal como ilegal”. Hurtado, quien organizó la primera protesta antitoreo de la ciudad, en 1996, y quien intentó que avanzara en el Concejo un proyecto para prohibir el ingreso de menores de edad a las corridas, considera que “el trabajo de concientización durante estas décadas ha hecho que la gente se repiense lo que se había naturalizado”.

En contraposición, Calamaro se ha mostrado crítico de los movimientos animalistas. En un fragmento del texto que publicó en su defensa, los califica de cobardes, y apunta a que bajo el “mentiroso manto de piedad” se “esconde un egoísmo imperdonable y un claro desdén por los derechos de los humildes. Es posible que los aficionados seamos una minoría, pero estamos en una época donde se respetan los derechos y las libertades de las minorías”.

En otro aparte del texto, el músico equipara a los animalistas con los nazis: “Hace siglos que apoyo la existencia de la tauromaquia y nunca fui increpado en la calle, ni una vez. No soy torero ni asesino ni maltrato animales pero sí que como animales a diario. La gastronomía tampoco es maltrato perverso, advierto si es desapego de las nazi animalista para con los ciudadanos y no a favor de una fantasía incluso absurda para Walt Disney. Claro que en manada y apenas hilando dos palabras se atreven a todo pero en persona no tienen dignidad para decirme nada [sic]”.

“Finalmente, yo solo lamenté estar en una plaza de toros sin toros, y soy solidario con la gente que se queda sin trabajo en el campo y en la plaza”, concluye. Tras el malestar del público, mientras el cantante estaba fuera del escenario los músicos seguían cantando, en una extraña coincidencia, el coro de una canción cuya letra podría relacionarse precisamente con la tauromaquia: “Flaca/no me claves/tus puñales/por la espalda/ tan profundo/no me duelen/no me hacen mal”.



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