Ambos eran jóvenes entusiastas, disciplinados, inteligentes y trabajadores que cumplían uno de sus sueños de vida: viajar dentro del Buque Escuela Cuauhtémoc, ese sueño que recorrería 15 países en 254 días. Una travesía en los mares a la que muy pocos en el mundo pueden aspirar. Y, sin embargo, América Yamilet Sánchez, de 20 años, originaria de Xalapa, Veracruz, y Adal Jair Marcos, de 22, de San Mateo del Mar, en Oaxaca, lo lograron. Sus muertes, tras estrellarse el buque contra el puente de Brooklyn, este sábado, han causado conmoción en México y un sentimiento de injusticia y frustración en sus familias. “Ellos lo manejan como un accidente, pero yo no sé”, dijo en una entrevista este lunes Rocío Hernández, madre de América Yamilet, apuntando a una negligencia.

A orillas del emblemático puente de Brooklyn, en Nueva York, un mariachi canta Cielito lindo la mañana de este lunes. De fondo se escuchan las voces de algunos mexicanos que tararean, entre lágrimas, una de las canciones más populares de la tradición mexicana. Forman parte de un grupo de personas que se han acercado a rendir un sentido homenaje a los dos jóvenes fallecidos y a los heridos del accidente. Cartulinas con mensajes de pésame y varios ramos de flores y veladoras enmarcan la valla de metal.

A unos 4.000 kilómetros de distancia, la madrugada de este lunes, los padres de algunos de los cadetes que iban a bordo del buque, y que resultaron heridos, esperaban a sus hijos en Veracruz. La madre de una de las compañeras que compartía camarote con América Yamilet confiesa a las cámaras de medios locales que en el momento en el que sucedió el accidente la mamá de América le llamó para preguntarle si sabía lo que acababa de ocurrir. “Ella sí sabía dónde iba a estar su hija, ella sí le dijo dónde le tocaba estar: en la parte de arriba”, dice.

Una persona en un altar a América Yamilet Sánchez, en Xalapa (México).

De acuerdo con los primeros testimonios, América Yamilet se encontraba en uno de los mástiles del buque justo cuando la nave impactó con el puente. Desde las primeras horas posteriores al incidente, su familia reclamaba que la Secretaría de Marina (SEMAR) les ayudara a trasladarse para recuperar el cuerpo de su hija y aseguraron que se enteraron de la tragedia a través de medios de comunicación.

América Yamilet era el orgullo de su familia. Estaba a punto de cumplir 21 años, y desde pequeña, cuando se convirtió en una excelente nadadora, quiso ser ingeniera naval, una carrera que ya desempeñaba y de la que solo le restaba un año para concluir. En la casa donde creció, en la colonia Emiliano Zapata, en la capital veracruzana, sus familiares colocaron fotos de cuando cumplió 15 años, y encendieron velas mientras esperaban la llegada de su cuerpo. “Estaba en lo que deseaba, siempre tuvo claro ese sueño, y con la ayuda de sus padres y sus abuelos se le concedió. Era donde quería estar”, dice una de sus tías.

Adal Jair Maldonado Marcos tenía 23 años. Ya era marino, y desde hace algunos meses viajaba como parte de la tripulación en el buque escuela. Era originario de San Mateo del Mar, una población ubicada en el istmo de Tehuantepec, en la que la mayoría de la población pertenece a los grupos originarios autonombrados como ikoots, huaves o mareños.

Bajo esas tradiciones será recibido en una ceremonia privada, según le ha comunicado la familia al presidente municipal de San Mateo del Mar, Raúl Rangel: “Nos tiene a todo el municipio consternado… [la muerte] de un joven que apenas inicio su sueño de ser marinero”, dijo este lunes para la cadena Telemundo. También la mañana de este lunes, el gobernador de Oaxaca, en sesión con su gabinete, ha pedido guardar un minuto de silencio ante la muerte del joven marino y ha asegurado que está en contacto con su familia para llevar a cabo las gestiones necesarias.

Maldonado Marcos, según relatan medios locales, seguía su sueño de ser marino, como su padre. Estudió en la Escuela Secundaria Federal del Istmo (ESFI) de Salina Cruz, en Oaxaca, y en 2021 ingresó a la Heroica Escuela Naval Militar. “El mar lo vio nacer y el mar fue testigo de su entrega de vida… Todos quienes lo conocimos lo recordaremos por su ejemplo de un joven inteligente”, publicaron sus compañeros.

La SEMAR ha reportado oficialmente que 22 tripulantes resultaron lesionados, 19 de ellos reciben atención médica en hospitales locales, y de ellos, tres presentan “heridas de consideración”. “Ningún elemento cayó al agua, por lo que no fue necesaria la activación de operaciones de rescate”, publicaron este domingo.

A bordo del Cuauhtémoc se trasladaban 64 mujeres y 213 hombres. El barco zarpó del puerto de Acapulco, en Guerrero, el pasado 6 de abril, con la misión de “exaltar el espíritu marinero” y “llevar el mensaje de paz y buena voluntad del pueblo mexicano” al mundo. En su travesía iba a visitar 22 puertos en 15 países. Antes de llegar en Nueva York había estado en Jamaica y Cuba. El viaje incluía 170 jornadas en la mar y 84 días en puertos.



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