Los maestros de la Coordinadora Nacional (CNTE) se mantienen en pie de guerra y encaran la cuarta jornada de huelga indefinida ocupando las principales casetas de entrada a la capital. Los contingentes de Ciudad de México y Guerrero se encuentran en la carretera de ingreso desde Cuernavaca; los de Oaxaca y Chiapas, en la caseta de San Marcos, que viene de Puebla; y los de Zacatecas y Michoacán, en la que conecta la ciudad con Querétaro. Los sindicalistas se han desplazado hasta allá a primera hora de la mañana y planean quedarse hasta la una del mediodía, aproximadamente, forzando el paso gratuito de los vehículos, que normalmente deben pagar un peaje para atravesar esos tramos. Las protestas de este lunes se suman al bloqueo de carreteras del viernes y la ocupación de algunas estaciones de metro durante el fin de semana, con una fórmula similar a la de las casetas, dar vía libre a los transeúntes, “cortesía de la Coordinadora”. El objetivo es claro e inamovible: la derogación de la ley del ISSSTE de 2007.

El Gobierno se ha mostrado conciliador y les ha propuesto reunirse con ellos este martes a las 10 de la mañana. A la mesa acudirían la secretaria de Gobernación, el secretario de Educación, el director general del ISSSTE y un representante de la Secretaría de Hacienda, según ha indicado a este periódico Pedro Hernández, uno de los portavoces sectoriales de la Coordinadora. Será esta tarde, en la Asamblea Nacional, cuando decidan si aceptan o no la invitación, pues ellos insisten en que sea la propia presidenta, Claudia Sheinbaum, quien los reciba.

Desde que comenzaron las protestas en marzo, la mandataria ha puesto sobre la mesa varias propuestas, todas insuficientes hasta el momento. Primero retiró la polémica reforma del ISSSTE; más tarde propuso recuperar a través de un decreto, las medidas más beneficiosas para los trabajadores, como la congelación de la edad de jubilación en 56 y 58 años para mujeres y hombres, respectivamente, una medida que afectaría a en torno al 24% del sector, según los cálculos de la Coordinadora, aquellos que pudieron mantenerse bajo el anterior sistema cuando se aprobó la reforma de 2007. Los de nuevo ingreso quedarían fuera de este supuesto. Finalmente, la semana pasada anunció una subida “global” de los salarios del 9%, con efectos retroactivos desde enero, con un 1% adicional desde septiembre y una semana más de vacaciones. En total, la medida representa unos 36.000 millones de pesos.

Docentes de la CNTE permiten el libre acceso al metro a modo de protesta, este sábado en Ciudad de México.

El sindicato reconoce el esfuerzo, pero lo considera “insatisfactorio”, pues ninguna de las medidas planteadas por el Ejecutivo de Sheinbaum contempla modificar el sistema de pensiones, su principal caballo de batalla. La ley del ISSSTE de 2007 sustituyó las pensiones solidarias e intergeneracionales por las cuentas individuales gestionadas por las afores. Los maestros piden ahora volver al modelo anterior, pero desde el Gobierno alegan que no hay dinero suficiente para modificar de golpe este sistema, y están intentando compensarlo con una batería de propuestas que no requieren un aumento tan grande del presupuesto, como la ampliación de las vacaciones, que no estaba entre las peticiones del magisterio pero con la que pensaban aplacar los ánimos, todavía sin éxito.

Los maestros forman el grueso principal de los trabajadores públicos amparados bajo el ISSSTE, que suman en total unos 3,2 millones de trabajadores en activo y 1,33 millones de pensionados, según los cálculos del Ejecutivo. A todos ellos les afectará en última instancia la reforma de una ley que lleva vigente más de 20 años y que se ha convertido en la piedra en el zapato de la presidenta. Ella mantiene la cabeza fría y la mano tendida. “Va a haber diálogo con la CNTE”, dejó claro el viernes. Resta saber si habrá alguien al otro lado.



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