Escribir sobre lo que ha significado Bruno Hortelano para el atletismo español no es tarea sencilla. Bruno no solo fue un pionero —el primer campeón de Europa en una prueba de velocidad al aire libre—, sino también el que nos hizo soñar, de verdad, con romper barreras que parecían inalcanzables para nuestro país: los 10 segundos en 100m, los 20 en 200m, una final olímpica en velocidad.
Su manera de entender el deporte iba más allá del cronómetro. Bruno representaba una visión diferente: la del atleta que convierte cada entrenamiento en una oportunidad de crecimiento, cada dificultad en una lección, y cada meta en una plataforma para inspirar a los demás. Su entrega total, su inteligencia emocional, su disciplina, sensibilidad y humanidad han dejado una huella imborrable en quienes tuvimos la suerte de compartir camino con él.
Como entrenador e investigador especializado en sprint, puedo decir que sus cualidades físicas eran excepcionales y su técnica, de las mejores que hemos presenciado. Los registros que logró —y los que pudo haber alcanzado sin las lesiones— quedaron confirmados en muchos de los entrenamientos que compartimos, sesiones que nos reafirmaban en el desafío que perseguíamos, convirtiéndose ahora en un tesoro que perdurará y nos hará esbozar con una sonrisa esas vivencias sobre una pista. Pero más allá de sus marcas, lo que realmente define su legado son los valores que transmitió: resiliencia, pasión, profesionalidad y una extraordinaria capacidad de superación. Las lesiones y contratiempos impidieron que alcanzara todo su potencial, pero nunca condicionaron la grandeza de su mensaje.
Bruno es y será siempre mucho más que un atleta de élite: es un referente dentro y fuera de la pista. Hoy, al cerrar su etapa como deportista profesional, lo hace con la misma grandeza con la que compitió. Con ese mismo corazón lleno que pone ahora al servicio de lo más importante: su familia.
Gracias, Bruno, por inspirarnos, por hacernos mejores y por recordarnos que lo verdaderamente grande, siempre, empieza desde dentro.
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