Después de una temporada frenética, primero por la amenaza del descenso y después por el renacimiento, gracias a Carlos Corbéran, de un equipo hundido, el Valencia se despidió de su hinchada, de los 40.000 fieles de Mestalla que jamás le dieron la espalda, con un partido sin riesgo ni alegría que abrazó el Athletic, que quería sumar su quinto partido seguido sin encajar un gol, algo que no sucedía desde los tiempos de Javier Clemente, y al final se marchó con una victoria gracias a un golazo de Álex Berenguer que le asegura la Supercopa.

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Giorgi Mamardashvili, José Gayà (Fran Pérez, min. 81), César Tárrega, Cristhian Mosquera, Mouctar Diakhaby (Max Aarons, min. 81), Enzo Barrenechea, Diego López (Iván Jaime, min. 55), Javi Guerra, Luis Rioja, Umar Sadiq (Rafa Mir, min. 73) y André Almeida (Hugo Duro, min. 73)
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Unai Simón, Íñigo Lekue, Dani Vivian, Aitor Paredes, Yuri Berchiche, Íñigo Ruíz de Galarreta (Mikel Vesga, min. 74), Alex Berenguer, Adama Boiro (Iñaki Williams, min. 63), Oihan Sancet (Unai Gómez, min. 63), Beñat Prados (Mikel Jauregizar, min. 73) y Gorka Guruzeta (Maroan Sannadi, min. 81)
Goles
0-1 min. 71: Berenguer
Arbitro Alejandro Muñiz Ruiz
Tarjetas amarillas
Adama Boiro (min. 14), Gayá (min. 41), Luis Rioja (min. 65), Rafa Mir (min. 92)
Parecía uno de esos partidos ligeros, sin grandes premios tras el último pitido del árbitro, pero se convirtió en todo lo contrario. Dos bloques rígidos mirándose a los ojos. Dos equipos más vigilantes que descarados, llenos de vigías y sin francotiradores. Dos bandos que se respetaban demasiado y no daban un paso de más por miedo a dejar una puerta abierta a su espalda. Y así, sin ceder ni un ápice en su planteamiento, fueron pasando los minutos de la primera parte sin grandes sobresaltos: un buen remate de Luis Rioja y otro de César Tárrega, o una bonita espuela de Guruzeta y una falta desde el balcón del área del Valencia. Nada más.
Esta genialidad de Guruzeta llegó justo antes de la pausa de hidratación, un tiempo muerto accidental que apenas dejó cambios en esos esquemas tan reservones. Ambos seguían siendo más agua que fuego y las defensas intuían cada movimiento de su oponente. Tampoco parecía que había ningún equipo especialmente disconforme o incómodo con el 0-0. El público no pensaba igual. La afición valencianista, después de su año más loco, primero por pura agonía y luego por el desahogo posterior, quería una despedida a la altura de las últimas semanas con Carlos Corberán, pero se llevaron 45 minutos de escaso ajetreo.
No ayudó que el Valencia ya había agotado su capacidad de sorpresa en la Liga y que el Athletic salió a Mestalla sin el picante de los Williams. Los dos delanteros, Sadiq y Guruzeta, rondaron el primer gol tras el descanso, pero la reacción de Yuri y Mamardashvili, en el día de su despedida, evitó la primera alegría.
Valverde no tardó en jugar la baza del mayor de los Williams. El partido siguió igual hasta que Álex Berenguer recibió el balón en la banda izquierda, avanzó hacia el centro por la frontal y soltó una parábola fantástica que acabó en la escuadra. Hacía falta un alarde técnico para arruinar tanto rigor táctico. Un portazo a la entrada del Valencia en Europa. Corberán rescató a Hugo Duro y Rafa Mir. Quedaba un cuarto de hora para desmelenarse, pero no era el día del Valencia.
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