Donald Trump intenta contener los efectos de su caótica política económica y comercial sobre la economía mediante presiones e intimidación a las empresas. Este sábado, el presidente de Estados Unidos puso en el punto de mira al gigante de la distribución Walmart, la empresa con mayor facturación de Estados Unidos, que advirtió recientemente de que se veía abocada a subir los precios de algunos de sus productos como consecuencia del incremento de costes derivado de los aranceles impuestos por Trump a las importaciones. Trump le pide que “se coma” los aranceles, que los asuma en su margen y no traspase el aumento de costes a sus clientes.

“Walmart debería DEJAR de culpar a los aranceles como motivo del aumento de precios en toda la cadena”, escribió el presidente en Truth, su red social. “Walmart ganó MILES DE MILLONES DE DÓLARES el año pasado, mucho más de lo esperado. Entre Walmart y China deberían, como se dice, ‘COMERSE LOS ARANCELES’ y no cargarles NADA a sus valiosos clientes. ¡Estaré atento, y sus clientes también!“, añadió.

Trump capitalizó en las elecciones el descontento de la clase trabajadora con las subidas de precios durante el mandato de Joe Biden, en lo que fue un fenómeno global en el periodo de recuperación de la pandemia. Sin embargo, al declarar la guerra comercial al mundo entero, ha provocado que las expectativas de inflación se disparen y la confianza de los consumidores se hunda.

Walmart, un termómetro del consumo de los estadounidenses, hizo frente a la crisis inflacionaria posterior a la pandemia con ganancias de cuota de mercado gracias a su política de precios bajos, pero esta semana advirtió en la presentación de sus resultados trimestrales de que tendría que subir los precios por culpa de los aranceles, a pesar del acuerdo entre Estados Unidos y China para rebajarlos, una vez que el Gobierno de Trump asumió que el nivel que habían alcanzado era insostenible, por lo que decidió rectificar y dar marcha atrás sin que China hiciese concesión alguna de apertura de su mercado, más allá de retirar las represalias que había tomado contra Washington.

Bicicletas en el interior de un hipermercado de Walmart en Pleasanton (California).

“Haremos todo lo posible por mantener nuestros precios lo más bajos posible, pero dada la magnitud de los aranceles, incluso con los niveles reducidos anunciados esta semana, no podemos absorber toda la presión dada la realidad de los estrechos márgenes minoristas”, indicó el consejero delegado de Walmart, Doug McMillon, a los analistas en la conferencia sobre los resultados del primer trimestre de su ejercicio fiscal, cerrado el 30 de abril.

Walmart asegura que dos tercios de lo que vende en Estados Unidos se fabrica, monta o cultiva en el país, pero que también tiene muchos proveedores extranjeros. “Los productos que importamos proceden de todo el mundo, de docenas de países. Aparte de Estados Unidos, los otros grandes mercados son China, México, Vietnam, India y Canadá. China, en particular, representa un gran volumen en determinadas categorías, como la electrónica y los juguetes”, desarrolló el jefe del gigante de la distribución. “Todos los aranceles suponen una presión sobre los costes para nosotros, pero los aranceles más elevados impuestos a China son los que tienen un mayor impacto. La presión sobre los costes procedente de todos los mercados afectados por los aranceles comenzó a finales de abril y se aceleró en mayo”, añadió.

Walmart mantuvo sus estimaciones de ventas y beneficios para todo el año, pero decidió no ofrecer previsiones sobre los beneficios operativos y netos del segundo trimestre debido a la imposibilidad de predecir con certeza “las negociaciones comerciales, que cambian cada semana y, en algunos casos, cada día”, según declaró la empresa en un comunicado emitido el jueves. “La falta de claridad que existe en el dinámico entorno operativo actual hace que sea extremadamente difícil realizar previsiones a muy corto plazo”, se justificó.

En la conferencia con analistas, la empresa explicó cómo está gestionando el impacto de los aranceles. “Queremos mantener los precios de los alimentos y los productos de consumo tan bajos como sea posible. Los precios de los alimentos en Estados Unidos han subido en los últimos años y nuestros clientes lo han notado. No permitiremos que la presión de los aranceles sobre algunos artículos generales ejerza presión sobre los precios de los alimentos. Sin embargo, en lo que respecta a los alimentos, los aranceles impuestos a países como Costa Rica, Perú y Colombia están ejerciendo presión sobre productos importados como los plátanos, los aguacates, el café y las rosas. Haremos todo lo posible por controlar lo que está en nuestras manos para mantener los precios de los alimentos lo más bajos posible”, explicó McMillon.

El ejecutivo explicó que entre las medidas que está tomando Walmart está controlar la cantidad de residuos de alimentos frescos. En algunos casos, aseguró, está manteniendo los precios minoristas a pesar de la presión de los aranceles. Puso como ejemplo el caso de las flores del Día de la Madre en su club de compras Sam’s Club. En cuanto a las categorías de productos generales que se ven afectadas, la compañía tratará de trasladar la producción cuando sea posible.

“En algunos casos, absorberemos los costes dentro de una categoría o departamento y no repercutiremos simplemente el coste de los aranceles atribuible a cada artículo individualmente. Gestionaremos la combinación de artículos, categorías y negocios”, explicó McMillon.

Walmart también tiene proveedores que están cambiando materiales de componentes afectados por los aranceles, como el aluminio, por fibra de vidrio, que no está sujeta a aranceles. “Nuestros comerciantes, el equipo de abastecimiento y los proveedores están siendo creativos. Ha sido impresionante ver cómo nuestro equipo identifica oportunidades y se adapta”, dijo.

“Estamos en condiciones de gestionar la presión de los aranceles tan bien o mejor que nadie. Pero incluso con los niveles reducidos, los aranceles más elevados provocarán un aumento de los precios”, aseguró el directivo. La palabra arancel, que Trump dijo en su día que era la más bonita del mundo, se pronunció 53 veces en la conferencia de presentación de los resultados a los analistas.

Al tiempo que Trump presiona a las empresas para que no suban los precios, insiste en atacar al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, para que baje los tipos de interés, pese a que eso podría precisamente provocar que la inflación se descontrolase. No queda claro si lo hace por sus limitados conocimientos económicos o tratando de buscar un chivo expiatorio para los males que él mismo ha infligido a la economía estadounidense.

“EL CONSENSO DE CASI TODOS ES QUE ‘LA RESERVA FEDERAL DEBERÍA BAJAR LOS TIPOS DE INTERÉS LO ANTES POSIBLE’. Demasiado Tarde Powell, un hombre famoso por llegar siempre demasiado tarde, probablemente volverá a meter la pata, pero ¿quién sabe?“, escribió Trump en Truth, su red social, distorsionando de nuevo los hechos.



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