El Día E por fin ha llegado: este sábado, 26 países europeos y del continente que se tercie participarán en la final de la 69ª edición de Eurovisión. Las claras favoritas en el evento, que se celebrará en Basilea (Suiza), son Suecia y Austria. Por España, compite la incombustible Melody, que poco a poco ha ido subiendo en las apuestas con su Diva valiente y poderosa (veremos si su vida es un jardín de espinas o de rosas después de las votaciones). Y de fondo, la difícilmente soportable presencia de Israel, un país que está exterminando a base de hambre y de bombas a la población de Gaza y ya va por las 53.000 personas asesinadas, más de 15.000 de ellos, niños.
Para los que quieran desconectar durante un par de horas de la realidad e intentar disfrutar de la parte buena del festival –las canciones imposibles, los looks estrambóticos, las puestas en escena delirantes y el eterno ritual del 12 points-, aquí van una serie de platillos fáciles de preparar y de comer de otros tantos países participantes, más un postre de homenaje a otra nación que sufre la agresión de un tirano: Ucrania.
Italia: Scarpaccia
La scarpaccia —pronúnciese más o menos como “las Cardachians” pero con p y sin ns al final— es una especie de torta típica de la provincia de Lucca, en la Toscana. Ejemplo de la mejor cocina popular italiana, apenas lleva cuatro ingredientes —calabacín, cebolla, harina y aceite de oliva—, y su facilísima preparación es de las que hacen felices a los zánganos de la cocina.
Bélgica: Mejillones a la crema con patatas fritas
Bélgica no estará en la final, pero nada nos impide llevar a la mesa sus mejillones. Estos bivalvos son tan agradecidos –salen baratos y prometen mucho placer mientras acumulas sus valvas vacías en el plato– que lo único que nos piden es que les prestemos un poco de atención, maqueándolos para dejarlos presentables y sin barbas. Frente a los puristas del mejillón que siempre repiten “a mí dámelos al vapor, sin cosas raras”, aquí los cocinamos con crema al estilo belga.

España: Montaditos de solomillo al whisky
Melody es de Dos Hermanas (Sevilla), y por eso elegimos una receta de su tierra para este menú: el solomillo al whisky, que también se puede preparar con brandy. Este contradictorio plato, que se empezó a elaborar en la capital andaluza en los sesenta, se ha convertido con el paso del tiempo en una de las tapas más representativas de la gastronomía sevillana. Hoy día no existe bar castizo en la ciudad que no sirva esta carne, bastante sencilla de preparar y que puedes tomar perfectamente entre pan y pan en formato montadito.

Reino Unido: Coronation quiche
Hasta entonces el pollo había sido el protagonista de casi todas las celebraciones relacionadas con la monarquía inglesa, pero Carlos III y Camila eligieron para su coronación una quiche de verduras. Se trata de una sencilla y sabrosa tarta salada del chef real Mark Flanagan, que lleva queso cheddar, espinacas y habas, con relleno de crème fraîche, leche, huevo y estragón (si no puedes conseguirlo fresco, puedes usarlo seco, pero siempre con moderación).

Escandinavia y países bálticos: surtido de ahumados
Tanto si te toca llevar la batuta en la cocina como si quieres comer bien sin tocarla, esta selección de ahumados de mar, tierra y aire que hicimos en Navidad pueden llevarnos ahora a Noruega, Suecia, Finlandia, Estonia, Lituania o Letonia. Deja que se ablande la mantequilla, prepara los pepinillos y el pan o las tostaditas, porque no necesitarás mucho más para gozarlo. Si te sientes un poco Roro y lo quieres hacer todo desde cero, también puedes preparar salmón ahumado casero.

Alemania: Kartoffelsalat
La kartoffelsalat o ensalada de patata alemana es un preparado con una muy buena relación precio-esfuerzo-resultado (eficiencia alemana). Los ingredientes son todos de andar por casa y se puede comer como entrante o acompañando cualquier plato. Esta es la receta básica y tradicional, a la que se pueden añadir trocitos de salchicha, sobras de carne o, en realidad, cualquier ingrediente que tengas en la nevera.

Albania: Quifqui
Con muy pocos ingredientes puedes hacer esta sabrosa tapa. La clave aquí es la menta seca, menos usada en España que la fresca. No está en cualquier supermercado, pero sí en cualquier herbolario. Esta hierba se pone más intensa cuando está deshidratada, además, sus sabores se activan y multiplican cuando la fríes. Otra clave es comer los qifqis cuando están recién fritos, y no pasarse con el tiempo en la sartén para que no se sequen por dentro. Un poco dorados por fuera y ya está. Para servir, siempre se pueden mojar en un rico ajvar o tzatziki.

Grecia: Saganaki
El saganaki de feta es ni más ni menos que un bloque de queso feta rebozado y frito, algo que no puede tener más que virtudes. Se trata de un aperitivo típico griego que debe su nombre a una sartén pequeña y pesada, con dos asas, que tradicionalmente se usa para freír el queso. Quiere decir sartencilla de feta, resumiendo.

Georgia: Badrijani
La ex república soviética también cayó en las semifinales, pero su gastronomía es tan rica que no estamos dispuestos a saltárnosla. Una buena mesa georgiana -llamada supra– siempre cuenta con gran variedad de platos al centro de la mesa pensados para compartir. Hay uno en concreto que nos tiene embobados: el badrijani, unos rollitos de berenjena rellenos de una pasta de nueces especiada, uno de los símbolos de la cocina georgiana, a base de nueces machacadas/trituradas con ajo y semillas de cilantro, principalmente. Es una receta sencillísima de preparar, que se sirve en frío -que ya va tocando- y es perfecta para aperitivo.

Francia: Pissaladière
Si es la primera vez que lees la palabra pissaladière, imagina algo muy similar a una pizza o una coca. Pertenece al recetario de la Provenza, al sureste de Francia, aunque se vincula de forma más concreta con la cocina de Niza. La masa base se prepara principalmente con harina, levadura, aceite de oliva y agua y después de horneada es muy similar a una pizza algo gruesa. Encima de esta masa se añade cebolla casi caramelizada con hierbas provenzales deshidratadas –mezcla que puedes comprar ya lista–, filetes de anchoa formando un bonito enrejado y aceitunas negras.

Irlanda: Salchichas con Guinness
Eurovisión no es San Patricio, pero estas salchichas con salsa de cerveza pueden servir igual para representar al país que más veces ha ganado el festival (junto con Suecia), pero que este año se ha quedado fuera de la final. Para esta receta usamos butifarra, pero también podéis emplear salchichas de cerdo estándar. Lo suyo es maridar este plato con una cerveza negra, pero si sois más de vino, escoged un tinto robusto.

Portugal: Vinha d’alhos
Madeira fue, durante mucho tiempo, el puerto principal de un sinfín de rutas comerciales europeas y los marineros que pasaron por allí tomaron buena nota de una receta local que les permitía alimentarse de carne durante sus largas travesías marítimas: el vinha d’alhos, que no es otra cosa que cerdo marinado en vino blanco, vinagre y ajos. Nosotros os presentamos una versión muy sencilla, hecha con pocos ingredientes y rápida (si no contamos el tiempo de marinado).

Ucrania: Tarta Napoleón
La tarta Napoleón ucraniana, conocida localmente como Tort Napoleon, es una variante de un pastel muy popular en varios países de la antigua Unión Soviética. Se trata de una especie de milhojas con muchas capas de hojaldre y crema pastelera aromatizada con vainilla y mezclada con nata. Su origen es incierto: abundan las teorías a cual más dudosa, siendo la más extendida la que liga el nacimiento del pastel a la conmemoración en 1912 del centenario de la victoria de Rusia sobre la Francia napoleónica. En cualquier caso, tanto el nombre como la preparación apuntan a una clara influencia francesa: no deja de ser un mille-feuille, pero en el que el hojaldre debe quedar más blandito que crujiente tras un tiempo de reposo.
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