¿Tú también estás escuchando últimamente Uzbekistán? ¿Quieres saber por qué este destino se está convirtiendo en uno de los destinos de moda de estos últimos años? Ubicado en Asia Central, el país cuenta, no solo con un clima formidable casi todo el año, sino que también presume de parques nacionales impresionantes para amantes de la naturaleza y del senderismo, y de ciudades con un rico patrimonio cultural, histórico, arquitectónico y gastronómico.
La República de Uzbekistán, que nació el 30 de septiembre de 1991, no cuenta con mar, pero sí con maravillosos embalses y lagos, como el embalse de Charvak, el lago Aydarkul y los lagos de Jade. También con ciudades antiguas, como Tashkent, Samarcanda, Bujara, Jiva y Shakhrisabz. Estas vibrantes ciudades son conocidas porque en su día formaron parte de la Gran Ruta de la Seda y tienen más de 1.000 años de historia. Por lo que respecta a sus regiones, el país se divide en 14 divisiones territoriales y administrativas (regiones), y en cada una de ellas tiene peculiaridades únicas, por ejemplo, la mayoría de uzbekos utilizan el kipas, pero este tocado tiene una decoración diferente en cada región; es verdad que a todos los uzbekos les encanta el pilaf, pero también es cierto que en cada rincón del país lo preparan con su propia receta; y lo mismo ocurre con el té, que esta ceremonia es distinta en cada una de las regiones. Así que el folclore es muy diverso. Entonces, ¿qué deberías visitar en tu primer viaje a Uzbekistán? Aquí encontrarás algunos de los lugares imperdibles, pero si deseas profundizar más te recomendamos que te unas al próximo viaje que realiza EL PAÍS Viajes junto a la escritora y guía de excepción Espido Freire, el próximo 1 de septiembre de 2025. Durante 10 días, el grupo de viajeros que la acompañe visitarán Tashkent, con sus monumentos históricos y bazares llenos de vida, la majestuosa Samarcanda, donde las madrasas y mausoleos cuentan historias de imperios y conquistas; la magia de Khiva, con sus minaretes y madrasas que se alzan como guardianes del tiempo, y la serenidad de Bukhara, una ciudad sagrada que ha sido testigo de siglos de devoción y grandeza. “Este viaje no es solo una oportunidad para explorar un destino exótico, sino una invitación a vivir una aventura que enriquecerá tu alma y despertará tu curiosidad”, subrayan. Si deseas más información, puedes acceder en este enlace.

Las principales ciudades de Uzbekistán que no debes perderte
Tashkent, Samarcanda, Bujara y Jiva son las tres ciudades más visitadas, pero, obviamente -y dependiendo de los días que dispongas-, hay muchas más, como Shakhrisabz, Muynak, Zaamin, Termez o Namangan.
Si nos quedamos en la primera de ellas, hay mucho por hacer y por ver en esta metrópolis moderna. La capital del país, que cuenta con más de 37 millones de habitantes, es la mayor ciudad de Asia Central, además del centro comercial y cultural más importante de Uzbekistán. Es, por tanto, imprescindible dedicarle más de dos días. Pero no nos dejemos llevar por las apariencias, aunque se trate de una ciudad moderna, Tashkent tiene, según los arqueólogos, unos 2.200 años de antigüedad. Una de las primeras menciones de la ciudad se encontró en las crónicas escritas en el siglo II antes de Cristo. En las antiguas fuentes chinas, Tashkent se llamaba Shi, que significa piedra, y a principios de la Edad Media, Shash o Chach.
El primer contacto con la ciudad seguramente sea en la plaza de Independencia y Eternidad, habrá que visitar también el Palacio de Romanov, del siglo XIX, la plaza de la Ópera y el Ballet, y la plaza de Amir Temur. En la parte antigua de la ciudad destaca el monumento del Terremoto y el complejo arquitectónico Hasti Imam, donde la historia se entrelaza con la espiritualidad. La Madrasa Barak Khan y la Madrasa Kafal Shohi nos hablan de tiempos pasados, mientras que la Mezquita Tilla Sheykh y el Museo del Corán de Usman nos conectan con la fe y la devoción de siglos anteriores. El bazar Chorsu, con su vibrante vida, nos sumerge en la cotidianidad de Tashkent.

De Tashkent pasamos a la legendaria Samarcanda. Dicen sobre ella, poetas y filósofos, que es el jardín del alma, la perla del Oriente, el espejo del mundo e incluso la faz de la tierra. ¿Sabías que tiene la misma edad que antiguas capitales del mundo como Roma y Nanjing? Concretamente, la ciudad fue fundada hace unos 2.750 años, lo que le da el derecho de ser considerada una de las ciudades más antiguas no solo de Asia Central, sino también del mundo. Su apogeo se produjo durante el reinado de Amir Temur (Tamerlán) y sus descendientes.
Como podría esperarse, el patrimonio cultural de Samarcanda es bastante grande; durante muchos siglos la ciudad ha sido un centro clave de la Gran Ruta de la Seda. A principios del siglo XXI, la ciudad fue incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco con el nombre de Samarcanda – Encrucijada de Culturas, por esa razón tiene muchos monumentos históricos. Lo que no te puedes perder, sin lugar a dudas, es la mezquita y mausoleo Bibi-Hanum, la necrópolis de Shahi Zinda, el mausoleo de Gur Emir, la enigmática plaza de Registán, la antigua ciudad de Afrasiab, el mausoleo de Ruhabad y, por supuesto, el complejo conmemorativo del Imán Al-Bujari.
Es verdad que, como en Tashkent, en Samarcanda hay que darle mucho protagonismo a los lugares religioso, pero también debe haber hueco para explorar comercios y gastronomía. En este sentido, uno de los bazares más recomendados es el de Siab, situado junto a la mezquita Bibi Khanum. Este mercado abunda en frutos secos, nueces y dulces, además de papel, ya que esta región es conocida por la fabricación del mismo. Y, si te encanta el pan, este es el lugar idóneo para probarlo.

Bujara, por su parte, es la ciudad de la cultura islámica. Su centro histórico está declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1993, y cuenta con alrededor de 140 monumentos de diferentes épocas, lo cierto es que es normal ya que tiene más de 2.500 años de antigüedad. También es conocida como la ciudad de la poesía y de los cuentos de hadas, y su casco histórico -que no debes perderte- está repleto de leyendas. Por eso se recomienda encarecidamente que lo visites con guía. En una visita a Bujara no debes perderte el complejo arquitectónico Poi-Kalon, que está reconocido por la Organización de Cooperación de Shanghái como el Octavo Milagro, los grandes minaretes, mezquitas y madrasas; las antiguas ciudadelas, mausoleos y tumbas; así como los antiguos centros de comercio y artesanía. Toma nota: la mayoría de las tiendas se encuentran en la plaza Lyabi-Hauz y en las zonas comerciales, junto al famoso Poi-Kalyan Ensemble.

Terminamos este paseo por cuatro de las grandes ciudades de Uzbekistán por Jiva. Khiva o Jiva es una hermosa ciudad oasis con antiguas murallas, minaretes y edificios de arcilla únicos. De hecho, fue declarada Capital del Turismo del Mundo Islámico en 2024. La antigua Jiva está incluida en la lista del patrimonio mundial de la Unesco, en especial destaca la fortaleza principal Ichan-Kala con el Minarete Kalta Minor, la Madrasa Mohamed Amin Khan, el Castillo Kunya Ark y la Madrasa Mohammed Rakhim Khan. Tampoco puedes perderte los antiguos caravasares y baños y el teatro estatal de marionetas y el museo Avesta.

Naturaleza en Uzbekistán
Como decíamos, Uzbekistán es hermosa en sus zonas naturales, un motivo de peso para visitar el país, sobre todo si te gustan los lugares poco masificados y tranquilos. La mayor parte del territorio son llanuras, una de las más extensas es la de Turan; también cuenta con dos populares desiertos, el de Kyzyl Kum y el de Karakum, que se extienden por varios cientos de kilómetros a lo largo del país hasta las faldas del Tien Shan. Si puedes, visítalos en primavera.
En sus montañas podrás encontrar pistas de esquí, praderas, reservas naturales, cañones, bosques, lagos, cuevas y asentamientos milenarios. Aquí se encuentran el Parque Natural Ugam-Chatkal y los bosques ribereños del delta del río Amu Daria, la recientemente abierta al turismo y la reserva geológica de Kitab, las montañas Nurata y el lago Aydarkul en la región de Jizzak, así como muchas otras maravillas, como los flamencos rosados. Estas elegantes aves se pueden avistar en la región de Karakalpakstán, especialmente en la zona de Moynak, cerca del mar de Aral. Los flamencos migran aquí cada año, creando un marcado contraste con los paisajes desérticos. ¡No te lo pierdas!
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