El cantante Justin Bieber, de 31 años, no pasa por su mejor momento. Tras meses sin sacar música, con un proyecto de ropa que no termina de arrancar, y observado por medio mundo por sus erráticos mensajes en redes y sus comportamientos llamativos, ahora se ha sabido que, además, tampoco le va bien económicamente. Varios informes a los que ha tenido acceso en exclusiva el medio TMZ desvelan sus graves problemas financieros. Tuvo una deuda de 24 millones de dólares con su promotora y se vio obligado a pedirle a su descubridor y entonces manager, Scooter Braun, que le pagara; sin embargo, no fue capaz, o no quiso, hacer frente a las cuotas. Aquello hizo que la relación entre ambos, colegas y amigos, se deteriora y, finalmente, Bieber buscó como salida la venta de su catálogo musical, que colocó en el mercado a principios de 2023 por 200 millones de dólares. Y ahora se ha sabido, además, que le debe aun más dinero a Braun, hasta nueve millones de dólares.

El problema estalló en 2022, un año que no fue bueno para Justin Bieber. Ahí salió de gira con su tour Justice, donde no le fue del todo bien. A mediados de año tuvo que cancelar todos los conciertos a causa de una parálisis facial. La promotora de los espectáculos, AEG, le había adelantado 40 millones de dólares, pensando que iba a ganar ese dinero o incluso más. Pero tras la fallida gira, se vio obligado a devolver 24 millones. Sin embargo, parece que no disponía de la liquidez para hacerlo y tuvo que pedir un préstamo.

Ahí entra en juego la figura de Scooter Braun, su descubridor en la adolescencia y también antiguo manager de clientas como Demi Lovato y Ariana Grande. Fue la empresa del gestor de talentos, llamada Hybe, quien pagó la deuda del cantante. “Él dio un paso adelante para ayudarle”, ha dicho una fuente cercana al entorno de ambos al medio Page Six. El cantante firmó un contrato privado con él por el que prometía pagarle de vuelta durante 10 años. Sin embargo, según TMZ, Bieber cumplió con uno solo de esos pagos y ya nunca volvió a devolver más dinero. Según fuentes cercanas a Scooter, como informa TMZ, personal de Bieber —que no él— llamó para decir que no tenía ese dinero. Las fuentes del cantante dan otra versión: explican que su administradora revisó todos los libros de cuentas y descubrió que durante años Braun había ganado más dinero del que debía, hasta 26 millones de dólares, de ahí que decidieran no realizar más pagos.

Justin Bieber

Ahí fue cuando Braun y Hybe encargaron un primer informe que concluyó que en realidad Braun había obtenido menos dinero del debido en sus años con Bieber: en total, un millón de dólares menos. Según las fuentes de parte de Braun, él decidió condonar esa deuda; según las de Bieber, se sintieron engañados y no confían en esa auditoria, que creen que Hybe ha hecho solo para cubrirse las espaldas. Por eso, la empresa de Braun decidió contratar a PriceWaterhouseCooper (PWC) como consultora independiente. Ellos realizaron una inspección en profundidad que ha durado seis meses y concluido hace pocas semanas, en abril. El resultado ha sido aún peor para Bieber: le debe a Braun casi nueve millones de dólares, exactamente 8.806.000 (unos 7,8 millones de euros al cambio). Ahí el equipo legal de Bieber no confrontó a PWC, aunque decidió encargar una auditoría independiente cuyo resultado no han hecho público.

Sorprende que un artista de la talla de Justin Bieber, que lleva media vida desde los escenarios y ha cosechado enorme éxito, no tenga dinero para pagar sus deudas. Cierto es que 24 millones es mucho dinero, pero había recibido 40 poco antes. Sin embargo, acabó vendiendo su catálogo musical, con casi 300 canciones, al fondo Hipgnosis Songs Capital. Eso le dio una gran cantidad de dinero rápido, pero también le hizo perder el control sobre sus canciones.

Justin Bieber y Scooter Braun

La gestión de su capital está en entredicho. Ya el pasado octubre, el medio TMZ dejó caer que Bieber estaba ponderando demandar a sus administradores y gestores porque habían esquilmado su fortuna, que se calcula en unos 300 millones de dólares. En Page Six, entonces, una fuente cercana a él explicó que el músico también tenía enormes gastos, que estaba “fuera de control”. Algo que genera incluso preocupación en su entorno, por sus lujosos caprichos. Por ejemplo, contaban que se había gastado 300.000 dólares en el restaurante Nobu del festival Coachella.

También en abril, un largo y completo artículo en el medio especializado The Hollywood Reporter recogía testimonios de gente cercana a él, y ya adelantaba que efectivamente había tenido que devolver la mitad o más de ese adelanto de 40 millones y que lo había hecho con dificultades. Un antiguo miembro de su equipo afirmaba: “Verle desintegrarse así es ver la encarnación de alguien que no está viviendo según su propósito. Está perdido. Nadie le protege porque no hay nadie que se atreva a decirle que no. Si le dices que no, te han reventado”.



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