La periodista Rosa Maria Calaf ha recibido este jueves la Creu de Sant Jordi, la máxima distinción civil que otorga la Generalitat de Cataluña. Calaf ha sido condecorada por su “trayectoria periodística ejemplar, referente para generaciones de periodistas”, en una gala conducida por el periodista Marc Calderó y que ha tenido lugar en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Junto a Calaf, otras 20 personalidades y diez entidades han recibido la distinción en una ceremonia que ha contado con la presencia de varias autoridades, entre las que se encontraban el presidente del gobierno catalán, Salvador Illa, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, la consejera de Cultura, Sònia Hernández, y varios expresidentes autonómicos y consellers.

La ceremonia ha sido inaugurada por Mishima, que ha ofrecido una interpretación musical antes de la primera intervención de la noche, a cargo de la consellera de Cultura, Sònia Hernández. En su discurso, la consellera ha querido destacar que, desde el ejecutivo catalán quieren “seguir acompañando a todos aquellos que contribuyen al bien común”, refiriéndose a los galardonados como “una de las fortalezas de este país”. Tras su intervención, la titular de Cultura y el president Illa han hecho entrega de la Creu de Sant Jordi a las diez entidades reconocidas en esta edición. Nasser Kamel, exdiplomático egipcio y secretario general de la Unión por el Mediterráneo —una de las entidades galardonadas—, ha tomado la palabra en nombre de todas ellas, elogiando a la capital catalana como “una encarnación del espíritu mediterráneo y de los valores del diálogo y la cooperación”. Kamel ha hecho un llamamiento a la unidad, expresando su deseo de que “juntos”, se puedan “construir sociedades que saquen fuerza de sus retos compartidos y exhiban todo su potencial”. La ceremonia ha continuado con la actuación de la compositora y cantante Maria del Mar Bonet, quien ha interpretado ‘El pi de Formentor’, un poema del mallorquín Miquel Costa i Llobera.

Tras esta segunda actuación musical, la consellera y el president han hecho entrega de las Creus de Sant Jordi a las 21 personalidades reconocidas en esta edición. La periodista Rosa Maria Calaf ha sido la encargada de tomar la palabra en nombre de los galardonados, con un discurso reivindicativo del papel de la mujer en el ámbito periodístico: “Este galardón es para las mujeres que abrieron camino a las de mi época y a las de ahora, conquistando nuestros propios miedos y los impuestos por el patriarcado”. Calaf ha subrayado: “Gracias a la tozudez de nuestra mirada, hemos logrado que la información sea completa, construyendo un relato en masculino y en femenino”. También ha recordado cómo en los años setenta le decían que era imposible que una mujer fuera reportera y corresponsal internacional. Además, ha reivindicado el valor de las personas mayores, en referencia a su participación junto a Joan Manuel Serrat en un diálogo sobre la vejez en el ‘Saló de la Gent Gran de Catalunya‘. “Una sociedad que borra a las personas mayores es injusta y muy poco inteligente, ya que la edad no es una carga: es un activo social”, ha afirmado tajantemente.

La periodista barcelonesa también ha expresado su preocupación ante “el riesgo de que el fanatismo ocupe el debate, el pluralismo se estigmatice, se debiliten las instituciones y la polarización destruya el dialogo”. Ha dedicado un breve homenaje a las víctimas de Gaza, Sudán y a quienes han perdido la vida en el Mediterráneo. “Los periodistas independientes se ven amenazados por predicadores y agitadores digitales, que intimidan al periodismo honesto y crítico”, ha denunciado Calaf, dejando claro que “ni la libertad de expresión ni la libertad de prensa amparan la mentira”.

Finalmente, Salvador Illa ha clausurado el acto con un discurso de tono reivindicativo. “En los tiempos que corren, existe el riesgo de valorar más las opiniones negativas que las positivas, dando prioridad a la crítica destructiva frente al reconocimiento del mérito”, ha señalado, aludiendo directamente al impacto de las redes sociales. Illa ha defendido el papel de la Unión Europea ante “un mundo que ha entrado en una nueva era, marcada por cambios acelerados y profundos”, advirtiendo que está en juego “el modelo europeo: democrático, de prosperidad, libertad y estado del bienestar”.

Confiado en los fundamentos de la sociedad catalana, ha afirmado que “una Cataluña sin desigualdades es la mejor garantía de prosperidad”, para evitar que “ni las mentiras ni el odio hacia quien es diferente se asienten en los barrios de nuestro país”. El presidente ha cerrado su intervención con un mensaje claro: “Sólo nos queda el compromiso, porque ni la indignación ni la inhibición cambian las cosas”.



Source link