El Barcelona busca recuperar el trono de España en Cornellà. Como en la temporada 2022-2023, cuando Xavi mandaba en el Camp Nou, el conjunto azulgrana necesita los tres puntos en casa de su histórico vecino —ahora, otra vez con un ojo (y por momentos con los dos) en el fondo de la tabla— para cantar campeón, después de que el Madrid derrotara in extremis al Mallorca (2-1). Un partido que Hansi Flick no quiso desvelar si iba a ver. “Tiene que ver con si me da suerte o no, debo decidirlo. Pero sabré lo que pase. Para nosotros lo más importante es el partido de mañana y en esto estamos centrados”.
Lo que sí tiene claro el técnico alemán es que no quiere que el Barcelona se ilusione con los festejos, arruinados hace dos años cuando los radicales del Espanyol invadieron el campo mientras los azulgranas bailaban una sardana en el círculo central.
“No creo que sea buena idea hablar o pensar en celebraciones. Vi lo que pasó hace dos años por televisión. Las cosas se hacen con respeto. Hay que luchar por los tres puntos y luego haremos lo que sea correcto”, expuso Flick.
Más allá de la posible sardana, el derbi catalán puede coronar a un equipo fantástico, dirigido por un técnico tan revolucionario como ortodoxo dentro del gen azulgrana, y liderado por un niño-futbolista de 17 años llamado a marcar una época en el Camp Nou y en el planeta fútbol.
Tras levantar la Eurocopa con España, Lamine Yamal ya amagaba con convertirse en la referencia del Barça. Flick, en cambio, era una incógnita: multicampeón con el Bayern en el año de la pandemia, pero estrellado con Alemania en Qatar. Desde entonces, se había quedado en el paro. Sin embargo, Joan Laporta —enamorado de la escuela alemana— y Deco —en busca de un técnico con capacidad de trabajo— se dejaron seducir por Flick: dos temporadas.
La primera consigna de Hansi Flick para sus muchachos fue clara: “En el inicio de la Liga será el momento de apretar. El Madrid tardará en encajar a Mbappé en su juego, y nosotros tenemos que estar vivos. Después ya se verá qué pasa”. Y su equipo respondió: el Barça ganó los siete primeros partidos de la Liga, hasta que, en una tarde de rotaciones masivas, Osasuna le venció en Pamplona.
El Madrid, como había anticipado Flick, tardó en encajar a Mbappé y, cuando lo logró, perdió primero el rumbo y después a Vinicius. “Creo que Ancelotti hizo un trabajo fantástico en el Real Madrid, con mucho éxito. Es un caballero y uno de los mejores y más exitosos entrenadores del mundo. Le deseo lo mejor. Encontrará un gran equipo y puede seguir con sus éxitos en Brasil”, expuso Hansi Flick. Tampoco encontró oposición en el Atlético: Simeone amaga con reinventar un equipo que nunca se reinventa a pesar de los millones invertidos (185). Mientras tanto, el Barça sorteaba incluso los pecados de juventud de la plantilla más novata de España (23,4 años), ahogada entre noviembre y diciembre.
Y cuando parecía que el Barcelona había tocado el techo de su fútbol tras golear al Real Madrid en el Santiago Bernabéu (0-4) en octubre, el equipo se hundió. Ganó el derbi en Montjuïc (3-1) y después se pasó siete partidos en Babia: una victoria, dos empates y cuatro derrotas, algunas sorprendentes —como ante Las Palmas (1-2) y Leganés (0-1)—, otra injusta, como ante el Atlético (1-2).
Desde entonces, el Barça no volvió a aflojar: ganó 14 de sus últimos 16 duelos en Liga; los otros dos, los empató. Además, antes de visitar Cornellà —lo hará sin Ferran Torres, operado anoche de urgencia de apendicitis— acumula 95 goles a favor y 36 en contra. “Es un derbi. El Espanyol ha hecho muy buen trabajo en la segunda parte de la temporada. Tiene varios jugadores nuevos que son claves en su fútbol. Saben cómo jugar. Debemos estar centrados y tener claro que queremos ganar”, remarcó Flick. Solo quiere mirar al presente y no hablar de su posible renovación: “No es el momento. Tuve una cena y vino el presidente y nos lo pasamos muy bien”.
Con la Supercopa y la Copa ya en el bolsillo, el Barça quiere coronarse como el mejor equipo de España. Y quiere hacerlo frente al Espanyol, después de quedarse con los cuatro clásicos de la temporada, el último el domingo pasado en Montjuïc.
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