La victoria del Deportivo Alavés frente al Valencia este miércoles ha puesto fin al periplo de la UD Las Palmas en Primera División, tras una agónica temporada en las que ha sufrido la falta de profundidad en la plantilla y una segunda vuelta desastrosa. A lo largo de los meses, el equipo ha encadenado sonadas victorias (F. C. Barcelona o Atlético de Madrid) y estados de euforia con bajones de juego y depresiones que han terminado por condenarlo. Dos años ha durado esta vez la estancia del conjunto en la élite.
La UD empezó con mal pie bajo la dirección de Luis Carrión. En las primeras nueve jornadas no logró sumar ninguna victoria y apenas tres empates. Esta dinámica llevó al equipo a la última posición de la tabla, a cinco puntos de la zona de salvación, lo que derivó en la salida del entrenador en octubre de 2024.
El club confió el banquillo al vigués Diego Martínez, y su llegada marcó un punto de inflexión inmediato. En sus primeros nueve encuentros al mando, el equipo sumó 19 puntos, con victorias ante un Barça que en esos momentos atravesaba un declive de juego. Fueron momentos plácidos que encumbraron a jugadores como Alberto Moleiro, que ya suena para el Villarreal, o Fabio Silva (10 goles, propiedad del Wolverhampton).
Sin embargo, a partir de diciembre, el panorama volvió a cambiar. El equipo entró en una nueva crisis de resultados: encadenó nueve partidos sin ganar, igualando la racha que había provocado la salida de Carrión. La solidez defensiva mostrada en los primeros meses de Martínez desapareció, con 18 goles encajados en ese tramo.
En la parte final, la UD ha sido incapaz de vencer a ninguno de sus rivales directos, con dos derrotas seguidas ante Valencia y Rayo Vallecano. El 1-0 ante el Sevilla en el Sánchez-Pizjuán dejó al equipo en el alambre. El Alavés ha dado este miércoles el empujón final.
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