Los Cleveland Cavaliers cayeron fulminados este martes en las semifinales de la Conferencia Este de la NBA ante unos Indiana Pacers crecidos que remontaron una desventaja de 19 puntos. Liderados por Tyrese Haliburton, los Pacers llegan por segundo año consecutivo a la final del Este de la NBA, una repetición que no conseguían desde hace más de una década. Para los Cavaliers es un amargo final de curso tras una temporada regular brillante y una victoria contundente en primera ronda. Los playoffs no perdonan. Los Pacers despacharon a los de Cleveland con un 4-1 en la serie y esperan al rival que salga de la semifinal entre los Knicks y los Celtics, en la que los neoyorquinos cuentan con una clara ventaja frente a los vigentes campeones.
Los Cavaliers llegaban sin margen de error al quinto partido de la eliminatoria, que se jugaba en Cleveland, donde habían perdido por sorpresa los dos primeros enfrentamientos de la serie, lastrados por las bajas. Esta vez contaban con sus principales estrellas, aunque Donovan Mitchell no estuviera al 100%. Pero ni siquiera así fueron capaces de defender la ventaja que acumularon en el comienzo del partido.
El equipo de Cleveland nunca había perdido tres veces en casa en una misma eliminatoria en toda su historia. Por el arranque del partido, parecía que esta vez tampoco iba a suceder. Los Cavaliers se adelantaron 31-19 en un primer cuarto en el que los Pacers no veían aro. Ampliaron la ventaja hasta 19 puntos (44-25) cuando apenas se llevaban disputados cuatro minutos del segundo cuarto.
El de este martes, sin embargo, fue un partido de rachas y le tocaba el turno a los de Indiana y, en particular, a Haliburton. El base de los Pacers encestó cinco de los seis triples que intentó en el segundo cuarto y logró que los suyos se fuesen al descanso con una desventaja mínima (56-52).
Tras el descanso, los Cavaliers ampliaron la ventaja a nueve puntos antes de volver a apagarse. Los de Cleveland solo encestaron 7 de sus 26 tiros de campo en el tercer cuarto. Indiana, mientras, anotó 14 de 22, incluidos cuatro triples y un parcial de 2-17 que dio la vuelta al partido. Del 63-54 se pasó a un 65-71 en menos de cinco minutos. Y la racha visitante siguió hasta situar el marcador con ventaja de nueve puntos (76-85) para los Pacers a falta del último periodo.

Los Cavaliers llegaron a ponerse a un punto de distancia en un par de ocasiones en el tercer cuarto, pero nunca terminaron de recuperarse. Con 100-106 y 1:49 minutos en el marcador, la estrella local, Donovan Mitchell, falló tres tiros libres seguidos. Enmendó en parte su error con un triple en la siguiente jugada, pero tras ese 103-106, los Pacers no perdonaron. Anotaron ocho de los 10 últimos puntos, incluidos tres tiros libres que encestaron Haliburton y Andrew Nembhard.
Los Cavaliers, impotentes, estaban eliminados tras una temporada que empezaron con 15 victorias consecutivas y en la que aspiraban al anillo de campeones. Mitchell se despidió con 35 puntos y nueve rebotes, pero su serie de 8 de 25 tiros de campo (incluidos 4 de 13 triples) y 15 de 21 tiros libres dejó mucho que desear. Darius Garland falló sus seis tiros de tres puntos y solo encestó 4 de 16 lanzamientos de campo. Evan Mobley, con 24 puntos y 11 rebotes, fue el jugador más destacado de los suyos.
En Indiana brilló sobre todo Haliburton, con 31 puntos, ocho asistencias y seis rebotes. Su puntería desde la línea de tres (con 6 aciertos en 10 intentos) fue decisiva. Pascal Siakam, con 21 puntos, y Nembhard, con 18, le escoltaron. La mayor efectividad en los lanzamientos fue consecuencia de un juego más fluido y una mejor selección de tiro. Los Pacers han logrado la clasificación a base de remontadas.
Para Indiana, es segunda final de conferencia consecutiva, algo que el equipo no lograba desde las de los años 2013 y 2014. Hace un año, fueron barridos por los Celtics de Boston en cuatro partidos, un resultado algo engañoso, ya que los Pacers dejaron escapar dos partidos que tenían casi ganados y, además, sufrieron la lesión de su líder, Haliburton, lo que les lastró. Este año llegan dispuestos a desquitarse.
Tatum, descartado
Los Pacers se enfrentarán al ganador de la semifinal entre los Celtics de Boston y los New York Knicks, en la que los neoyorquinos llevan ventaja de tres partidos a uno.
Además, este martes se confirmó que Jayson Tatum, la estrella de los Celtics, sufrió una rotura del tendón de Aquiles derecho en su partido de este lunes, de la que ya ha sido operado. De ese modo, ha dicho adiós a la temporada (y a buena parte de la próxima, previsiblemente). Y sin Tatum, las probabilidades de remontada se diluyen.

Los Knicks sueñan con su primera final de conferencia desde 2000, un año en que cayeron precisamente frente a los Indiana Pacers, que serán sus rivales un cuarto de siglo después si los neoyorquinos logran la clasificación. Este miércoles tendrán la primera oportunidad de sentenciar una semifinal en la que han pasado a ser los claros favoritos. Los Celtics no parecen capaces de superar la maldición del campeón. Nadie ha repetido título en la NBA desde 2018.
Con los Cavaliers eliminados y los Celtics en el alero, los grandes favoritos para llevarse el anillo son los Oklahoma City Thunder, el mejor equipo de la temporada regular, que este martes se adelantó en su semifinal contra los Denver Nuggets al ganar el quinto partido de la serie en su campo (112-105). Liderados por Shai Gilgeous-Alexander, los locales remontaron la desventaja de ocho puntos con que llegaron al inicio del último cuarto. El serbio Nikola Jokić jugó otro gran partido, con 44 puntos, 14 rebotes y seis asistencias, pero su titánico esfuerzo no fue suficiente.
En la otra semifinal del Oeste, los Minnesota Timberwolves llevan una ventaja de tres partidos a uno frente a los Golden State Warriors. Este miércoles tendrán la primera oportunidad de certificar su pase a la final de conferencia por segundo año consecutivo.
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