Page: “Pedro Sánchez y Ábalos eran uña y carne. No se puede ver de otra manera”
Emiliano García-Page no se ha mostrado sorprendido por el tono crítico que Pedro Sánchez le dedicó en unos mensajes con José Luis Ábalos en noviembre de 2020, cuando era secretario de Organización y ministro de Fomento. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE pidió a su entonces número tres que llamasen tras una entrevista en La Razón “para que dejara de tocar los cojones”. “Esto es muy desagradable. A cualquiera le gusta llevarse bien con sus direcciones. Me sonroja cuando la oposición o el PP siempre nos dice que esto es un puro teatro, que a la hora de la verdad… Esto se lleva mal”, ha afirmado el presidente de Castilla-La Mancha a la llegada a un acto en Toledo donde ha remarcado que las conversaciones que mantuvo tanto con Ábalos fueron “mínimas” y las que ha mantenido con su sucesor, Santos Cerdán, han sido “en un tono bastante amable”.
“Tener discrepancias es algo feo, porque no es lo normal en la condición humana. Y lo más razonable es poder entendernos bien. Pero realmente desde 2015 se abre una brecha muy considerable, muy considerable de fondo, que no está superada y que unos días a lo mejor se cifra en mejores relaciones, porque ha habido más templanza, o lo contrario. Pero la tensión, negarla, es absurdo”, ha asentido el barón socialista. “No lo calibro en términos de dolor. A lo mejor hay gente que no se lo cree, pero en realidad no le hago mucho caso a las descalificaciones ni a lo que tenga que ver con insultos ni con apreciaciones de ese tipo. Hace ya mucho tiempo que las adjetivaciones, las calificaciones o las descalificaciones las paso bastante más por alto que los problemas de fondo. Yo aceptaría de buen grado cualquier tipo de descalificación, incluso diría que semipersonal, si a cambio de aguantar eso se dejara de pactar con independentistas o con quienes desnaturalizan al PSOE”, ha añadido.
Page también ha destacado que los mensajes de wasap publicados por El Mundo ponen de manifiesto “algo que ya sí sabíamos y de lo que nadie se ha engañado nunca, por mucho que pase o llueva en estos momentos, y es que Pedro Sánchez y Ábalos eran uña y carne”. “Yo creo que no se puede ver de otra manera, ni siquiera con un aspecto negativo. Y por eso Ábalos era el encargado, supuestamente, de capitanear, digamos, la labor de disciplina”, ha abundado. “Si hay algo evidente en estos mensajes, sobre todo los que son, al comienzo, los primeros de la primera época [tras la reelección de Sánchez en las primarias de 2017], es que se estaba demostrando en una dosis muy alta una cierta intolerancia a la crítica o al que pudiera opinar de otra manera. Y en esa dinámica ya estábamos presidentes autonómicos que estábamos dispuestos a seguir diciendo no nada negativo, sino lo mismo que decíamos (…) Seguimos en esa dinámica porque yo realmente en estos diez largos años yo no he cambiado mi posición porque no es una posición, es un código de valores. No estoy dispuesto a dar lecciones a nadie ni ser el maldito de la clase. Lo que digo es que esa es mi posición. Por tanto, yo soy bastante inmune a las descalificaciones personales”, ha concluido.
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