Las conversaciones entre los negociadores iraníes y estadounidenses para resolver las disputas sobre el programa nuclear de Teherán concluyeron este domingo una nueva ronda en Omán. Ambas partes prevén continuar las negociaciones y expresaron un moderado optimismo tras el cuarto encuentro, si bien Teherán ha insistido en que rechaza abandonar su programa nuclear y el enriquecimiento de uranio.

Aunque Teherán y Washington han dicho que prefieren la diplomacia para resolver la disputa nuclear que dura ya décadas, siguen profundamente divididos sobre varias líneas rojas que los negociadores tendrán que sortear para alcanzar un nuevo pacto, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, se saliera en su primer mandato del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA en sus siglas en inglés) —entre Irán, Estados Unidos, tres potencias europeas (Francia, el Reino Unido y Alemania), además de Rusia y China—, que fijaba límites al programa nuclear iraní.

El ministro de Asuntos Exteriores, Abas Araqchi, y el enviado de Trump para Oriente Próximo, Steve Witkoff, celebraron la cuarta ronda de conversaciones en Mascate a través de mediadores omaníes.

El ministro iraní de Exteriores, Abas Araqchi, afirmó que Irán y Estados Unidos han acercado posturas, pero insistió en que el desmantelamiento de su programa atómico no es negociable. “Los temas son más complejos, pero la ronda fue útil. Ambas partes comprenden mejor la magnitud de las diferencias. Las posturas se han acercado”, dijo el diplomático a la televisión estatal iraní tras el encuentro indirecto de más de tres horas con la delegación estadounidense en Mascate.

Araqchi dijo que en este cuarto encuentro se alejaron de las generalidades y han pasado a los “detalles”, lo que hace las negociaciones “difíciles”. “La cuestión del enriquecimiento no es negociable de ningún modo y debe continuar”, insistió. Araqchi afirmó, no obstante, que es posible que Teherán acepte “limitaciones en algunos aspectos, como su cantidad, nivel o capacidad”.

Poco antes, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, había dicho en la red social X que las conversaciones fueron “difíciles, pero útiles para comprender mejor las posiciones de cada uno y encontrar formas razonables y realistas de abordar las diferencias”.

Estados Unidos, por su parte, calificó de “alentadora” esta ronda de negociaciones y apuntó que se “alcanzó un acuerdo para avanzar en las conversaciones y seguir trabajando en los elementos técnicos”. Una fuente de la Administración de Donald Trump precisó a la prensa que el diálogo fue de nuevo tanto directo como indirecto y duró más de tres horas. “Nos sentimos alentados por el resultado de hoy y esperamos con interés nuestra próxima reunión, que tendrá lugar en un futuro próximo. Agradecemos a nuestros socios omaníes su continua facilitación”, dijo.

Las dos partes mantienen las diferencias públicas en torno al programa atómico de Teherán, que defiende el enriquecimiento de uranio con fines pacíficos, mientras Washington pide su total desmantelamiento. Witkoff, afirmó el viernes en una entrevista con el portal estadounidense Breitbart News que Teherán debe abandonar el enriquecimiento de uranio por completo. “Un programa de enriquecimiento nunca más podrá existir en el Estado de Irán. Y esa es nuestra línea roja. Ningún enriquecimiento. Eso significa desmantelamiento”, aseveró.

El estadounidense había hablado antes de limitar el programa nuclear iraní y no de su desmantelamiento. Irán y Estados Unidos comenzaron el 12 de abril las conversaciones y hasta ahora habían mantenido tres rondas en Omán y Roma, que ambas partes calificaron como positivas. Estaba prevista la cuarta ronda el pasado 4 de mayo en Roma, pero Washington descartó participar el jueves anterior, y se ha celebrado ahora.

Trump ha repetido las amenazas militares contra Irán en caso de no cerrar un acuerdo y ha reimpuesto la llamada “política de máxima presión” contra Teherán, después de abandonar el pacto nuclear de 2015. Tras la salida de EE UU del pacto en 2018 y el restablecimiento de las sanciones, Teherán enriquece uranio con una pureza del 60%, muy cercano al 90% necesario para fabricar armas nucleares.



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