No pudo el Girona resistir. Lo hizo hasta prácticamente el final del partido. En Montilivi, después de romper la mala racha de once encuentros sin ganar, el equipo catalán volvió a conocer la derrota ante un Villarreal que asedió la portería de Gazzaniga, héroe en múltiples ocasiones, hasta conseguir la ansiada victoria con un tanto de Etta Eyong un minuto antes del tiempo de descuento (0-1). El resultado permite al Villarreal afianzar la quinta plaza de la tabla liguera y su acceso a la Champions. Pero deja al Girona más desprotegido, decimoquinto con 38 puntos, a tan solo seis del descenso y con nueve por disputarse. Y también certifica al Villarreal como un rival maldito en Montilivi: de sus cinco visitas, cinco victorias para ellos.

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Paulo Gazzaniga, Arnau Martínez, Daley Blind, Ladislav Krejcí, David López (Abel Ruiz, min. 90), Arthur, Yangel Herrera, Iván Martín (Jhon Solís, min. 91), Portu (Alejandro Francés, min. 72), Viktor Tsygankov (Yáser Asprilla, min. 65) y Cristhian Stuani (Bojan Miovski, min. 72)
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Luiz Júnior, Pau Navarro (Willy Kambwala, min. 72), Juan Foyth, Logan Costa, Sergi Cardona (Alfonso Pedraza, min. 73), Nicolas Pépé, Santi Comesaña, Álex Baena, Pape Gueye (Dani Parejo, min. 45), Yeremy Pino (Gerard Moreno, min. 65) y Ayoze Pérez (Etta Eyong, min. 84)
Goles
0-1 min. 88: Etta Eyong
Arbitro Isidro Díaz de Mera Escuderos
Tarjetas amarillas
Ladislav Krejci (min. 0), Pape Alassane Gueye (min. 14), Ayoze Pérez (min. 21), Yangel Herrera (min. 68), Parejo (min. 86)
Fue un partido anómalo desde la previa, con Míchel hospitalizado por problemas de salud y en observación médica. “T’esperem, míster”, se leyó en una pancarta desplegada por la afición. Ambos equipos partían con objetivos opuestos. El Girona, que el año pasado disfrutaba del éxito, necesitaba esta temporada los tres puntos para asegurar su permanencia en la categoría. Es por ello que, este sábado, el club catalán apostó por el mismo once del último partido contra el Mallorca, la que fue la primera victoria del conjunto gironí en tres meses, en los que acumuló siete derrotas y cuatro empates. Entre los titulares, Stuani, que finalmente no vio portería en Montilivi, y eso que encadenaba tres partidos anotando y sumaba cinco de los últimos siete goles del Girona. El Villarreal, por su parte, partía con la necesidad de amarrarse al quinto puesto liguero y a la plaza de Champions —el “premio gordo”, según Marcelino—, acechados por el Betis, a un punto.
El cielo aguantó la lluvia que avisaban las oscuras nubes. Y Gazzaniga las arremetidas del Villarreal. El encuentro, con un ritmo alto e incluso cierto descontrol de primeras, empezó equilibrado para ambos conjuntos, luchando por ser protagonistas con el balón. Los gironins salían de atrás controlando la pelota y con pases horizontales, pero los visitantes estaban bien posicionados, con Marcelino pidiendo más y más presión desde la banda. Les costaba a los locales encontrar algún resquicio por el que colarse, moviéndose frente al balcón del área, pero sin ver portería. Todo lo contrario que el Villarreal, más afilado y directo, buscando los espacios y encontrándolos con transiciones rápidas que construían con facilidad y asediaban la portería de Gazzaniga.
El portero argentino se configuró como el héroe en Montilivi: salvó el marcador con una doble parada —con un primer impacto en la cara— ante los disparos Ayoze a apenas un metro de distancia, y el estadio ovacionó a su guardameta. El Girona se encontraba contra las cuerdas, incapaz de generar ningún peligro, mientras que el Villarreal, con Yeremy, Pépé y Ayoze, encontraba diferentes alternativas rematadoras. Al descanso, las estadísticas evidenciaron el asedio del Villarreal: 14 remates de los visitantes frente a cinco de los locales.
El marcador no se movía. El Girona apretó y mejoró con un disparo de Stuani que Pau Navarro bloqueó. El Villarreal bajó la intensidad, aunque siguió generando peligro cuando menos se lo esperaban los gironins, que continuaron sin encontrar su puntería. Cuando Montilivi saboreaba y firmaba el empate que acercaba al equipo a la permanencia, llegó el gol del Villarreal tras un remate de cabeza de Etta Eyong completamente solo dentro del área pequeña en una acción mal defendida por el Girona. Los aficionados empezaron a marcharse. La derrota dejó congelado Montilivi.
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