Cuatro jornadas después del regreso de Joaquín Caparrós al Sevilla el equipo no ofrece señales de reanimación. El equipo que no hace tanto acumuló en sus vitrinas siete Europa League se deberá de fajarse el próximo martes en una final que no vio llegar, un duelo contra Las Palmas en el Sánchez Pizjuán con la permanencia en Primera División como objetivo. Dos empates en casa y dos derrotas a domicilio tras el volantazo dado con la destitución de García Pimienta han acabado de complicarle la vida al equipo que en Balaídos cayó (3-2) tras disputar más de medio partido con un hombre más que el Celta, que se instala en la séptima posición, la última que da derecho a entrar en la competición fetiche del sevillismo.

3


Vicente Guaita, Óscar Mingueza (Franco Cervi, min. 75), Yoel Lago, Marcos Alonso, Carlos Domínguez, Damián Rodríguez (Fran Beltrán, min. 45), Pablo Durán (Iker Losada, min. 88), Williot Swedberg (Mihailo Ristic, min. 69), Ilaix Moriba, Hugo Álvarez (Borja Iglesias, min. 82) y Iago Aspas (Javi Rodríguez, min. 45)

2


Ørjan Nyland, Loïc Badé (Isaac Romero, min. 45), Kike Salas, Nemanja Gudelj, Ramón Martínez, Juanlu Sánchez, Saúl Ñíguez (Chidera Ejuke, min. 84), Adrià Pedrosa (Suso, min. 52), Lucien Agoumé, Dodi Lukébakio y Peque Fernández (García Pascual, min. 66)

Goles
1-0 min. 18: Moriba Kourouma. 1-1 min. 52: Gudelj. 2-1 min. 64: Óscar Mingueza. 3-1 min. 90: Borja Iglesias. 3-2 min. 97: Kike Salas

Arbitro Pablo González Fuertes

Tarjetas amarillas
Isaac Romero (min. 72), Kike Salas (min. 93)

Tarjetas rojas
Marcos Alonso (min. 50)

El desastre se consumó cuando todo pintaba bien para los chicos de Caparrós, que al filo del descanso igualaron un gol inicial de Moriba gracias a un penalti que propició además la expulsión de Marcos Alonso. La paridad parecía hasta justa en un duelo de alternativas del que sacaba fruto el Celta gracias a sendas excelentes maniobras de Aspas y de Moriba. El primero trazó una cortina para desplazar a la zaga al borde del área y dejar el camino de la pelota expedito hacia Moriba, excelente en el control y la media vuelta en la zona de la verdad.

El Sevilla se avivó con la desventaja y encontró alivio con esa acción sobre la bocina cuando ya había tenido que hacer un cambio por lesión de Badé. Caparrós nutrió el ataque con Isaac Romero y justo después se encontró con el empate cuando en el área contraria Peque emuló a Moriba y le armó un cisco a Marcos Alonso, que cortó la pelota con el brazo. El VAR enfocó a González Fuertes hacia una tarjeta roja que de inicio había sido amarilla.

Claudio Giráldez intervino en el receso. El técnico local retocó la medular para dar entrada a Fran Beltrán por Damián y retiró del campo a Aspas para alimentar la defensa con Javi Rodríguez. Lo mejor que se puede decir sobre los cambios es que consiguieron que no se notase que un equipo jugaba con diez y el otro con once. Lo pagó el Sevilla, que cuando quiso reaccionar ya marchaba por debajo en el marcador, castigado por un gol de Mingueza cuando aún no iba ni mediado el segundo acto. Caparrós, que había empezado el partido con doble lateral en ambos costados, introdujo poco a poco hombres de ataque en el campo. Acabó con Kike Salas, el futbolista con más orgullo del equipo, en el área rival. De hecho marcó al final el defensor del Sevilla, pero su gol no valió de nada porque poco antes Gudelj con una mala cesión a su portero le regaló la sentencia a Borja Iglesias.



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