La necesidad del periodismo entre cada día más decibelios por el ruido de las noticias falsas y ante la creciente pérdida de derechos y el auge del autoritarismo. Ha sido un clamor en los discursos de este lunes durante la gala de entrega de la 42ª edición de los premios Ortega y Gasset de periodismo que organiza EL PAÍS. Una celebración del buen oficio y las buenas y profundas historias, más allá de los formatos y contextos, por duros y difíciles que sean. Como la que ha contado en un podcast Isabel Coello sobre el proceso de reconstrucción de las mujeres víctimas de la violencia machista. O la guerra de Gaza y sus consecuencias sobre la población civil narrada por Mikel Ayestaran en fotos diarias en Instagram con la imagen de un plato de comida y un breve texto sobre la situación en la franja. O la ya icónica fotografía de Óscar Corral que sintetiza la devastación, pero también la reconstrucción de Alfafar tras el paso de la dana por Valencia. O escuchar la voz de un veterano del periodismo como el mexicano Jorge Ramos, llamando a los jóvenes a no callarse, a incomodar y ejercer de contrapoder.

La gala ha repetido escenario en la solemnidad del Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, presentada en esta ocasión por el periodista y subdirector del programa Hoy por Hoy de la Cadena SER, José Luis Sastre, y presidida por el alcalde Jaume Collboni, y con la presencia del president de la Generalitat, Salvador Illa, y del presidente del Grupo PRISA y de EL PAÍS, Joseph Oughourlian, entre otras personalidades del mundo político, cultural, periodístico y empresarial. La colorista novedad de la ceremonia ha sido el grabado iluminado a mano de Miquel Barceló que han recibido los galardonados. El artista de Felanitx toma el relevo a la imagen de los premios que el escultor Eduardo Chillida creó en 1984 y cuyas últimas reproducciones se entregaron en la pasada edición. El premio tiene, además, una dotación económica de 10.000 euros.

La directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, ha recordado que el diario cumplió este domingo 49 años y que el próximo celebrará el 50º aniversario. Bueno ha lamentado el retroceso en derechos que se está produciendo en algunas democracias y ha reivindicado el oficio. 49 años después del nacimiento del diario, “antes incluso que la Constitución española”, es necesario, ha alertado, “volver a defender las cosas básicas de este oficio”, cuando ”democracias que creíamos muy consolidadas, que pensábamos que nunca iban a vivir un retroceso en libertades civiles” las están sufriendo. La directora ha reivindicado “el periodismo del hecho contrastado, de las preguntas exigentes, y el periodismo del respeto al diferente, a la pluralidad de nuestras sociedades”. “El periodismo recobra con fuerza su papel como una de las herramientas de las sociedades democráticas para aproximarse con honestidad a la realidad”, ha añadido.

Durante la celebración ha actuado la artista canaria Valeria Castro. Los Premios Ortega y Gasset de Periodismo de 2025 están organizados por EL PAÍS, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Cataluña y la Diputación de Barcelona; el patrocinio de Agbar, Iberdrola y El Corte Inglés; y con la colaboración de la Fundación La Caixa.

El premio en la categoría de historia o investigación periodística ha sido para Isabel Coello (Madrid, 52 años), por el podcast La casa grande, donde explica el proceso de recuperación de víctimas de la violencia machista a través de las voces de mujeres del primer centro que abrió en España, el Centro de Recuperación Integral. Ante la amenaza de cierre del centro en el que grabó las voces, Coello ha manifestado: “Necesitamos más casas grandes, no menos”. Y ha agradecido que se haya premiado el formato podcast, ha puesto en valor su “capacidad de conectar y contar de manera profunda”. La periodista ha reivindicado “la escucha, casi un ejercicio de resistencia cuando necesitamos el periodismo y la escucha”. La galardonada también ha recordado que se formó en la Escuela de Periodismo de EL PAÍS.

El reconocimiento a la fotografía ha sido para el fotógrafo de EL PAÍS Óscar Corral (Santiago de Compostela, 44 años), por una imagen tomada en noviembre pasado, días después del paso de la dana por Alfafar (Valencia), donde un grupo de bomberos sostienen un poste de señalización y que evoca la histórica imagen de 1945 de Joe Rosenthal en la que seis soldados en Iwo Jima clavan una bandera estadounidense sobre el terreno japonés. Corral ha dedicado extensamente el premio a sus compañeros del diario y también “a los valencianos”. “A todos los afectados por la dana, y a los vecinos que durante casi un mes y medio me hicieron la vida más fácil, porque en momentos muy duros para ellos nunca dejaron de brindarnos una mano a los foráneos que contábamos la tragedia”, ha agradecido.

El galardón a la mejor cobertura multimedia ha sido para Mikel Ayestaran (Beasain, 49 años) por su original relato en Instagram de la guerra de Gaza. A través de imágenes de los platos que a diario come la familia del intérprete palestino con el que trabajó durante años, Kayed Hammad, acompañados de textos que son una dura crónica de su realidad. La mujer de Kayed, Amal, es quien cocina y una de sus hijas, Dalia, saca la foto. Este lunes Ayestaran no ha faltado la cita en su cuenta: “Arroz con toque de col es el plato de este día en el que el Menú de Gaza recibe el Premio Ortega y Gasset de Periodismo. ¡Gracias a toda la familia del menú y viva Amal!“.

En su discurso, Ayestaran ha denunciado que “lo que está ocurriendo en la franja de Gaza es tan horrible que se acaban las palabras, no nos dejan entrar porque no quieren testigos”. El periodista ha admitido la “impotencia de tener que hacer esta cobertura en la distancia”, pero al mismo tiempo ha puesto en valor poder hacerla a través de Instagram, porque “lo importante es el contenido, no el formato y se puede hacer en las redes, ¿por qué no?”. Y ante una cobertura que, ha recordado, es “un trabajo en equipo”, ha finalizado su discurso dándole voz a Kayed. En un breve pero contundente mensaje, su voz se ha colado en el salón más noble del consistorio barcelonés: “Hola Mikel, diles que Gaza será una vergüenza para la humanidad, porque quien no se muere de bombas, se muere de hambre en el año 2025. Nosotros hemos llegado a una conclusión: es mejor morir con una bomba, más rápido que el hambre. Eso es todo”.

En la categoría de Trayectoria profesional, el premio ha sido para el periodista Jorge Ramos (Ciudad de México, 67 años) por sus casi cuatro décadas de carrera en la cadena televisiva Univisión. Desde su veteranía, Ramos ha lamentado “los serios peligros para la democracia y la libertad” en un “mundo ahogado por las falsas noticias”, y “el increíble incremento del autoritarismo”. Su receta, “ser un contrapoder; si no es contrapoder no es periodismo”. Ha animado “a incomodar aunque luego no nos den entrevistas”. “El silencio no es una opción”, ha avisado, y ha celebrado el cuadro de Miró que vio el domingo en Barcelona, donde en un lienzo blanco hay pintado un punto azul: “El ruido más mínimo en el silencio es enorme, dijo Miró. Desde esta tribuna quiero pedir a todos los jóvenes que seamos el punto azul, que nunca nos callemos”.

El jurado de esta edición lo formaron el periodista y escritor Martín Caparrós; la astronauta Sara García; el filósofo y escritor Santiago Alba Rico; la directora del periódico, Pepa Bueno; la defensora del lector de EL PAÍS, Soledad Alcaide, y la periodista Brenda Valverde, en representación del Comité de Redacción de EL PAÍS.

El alcalde Collboni ha asegurado que Barcelona es una ciudad comprometida con el periodismo, “porque la historia de la ciudad se ha escrito desde las páginas de los periódicos”, y ha agradecido el trabajo de “los periodistas que trabajan de forma incansable para explicarnos y entender lo que pasa en el mundo” y “los que arriesgan”, en referencia a los premiados. “En un momento en el que hay dirigentes que utilizan fake news necesitamos contar con los que explicáis la verdad contrastada, con compromiso con la democracia y la paz”.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha agradecido al diario que haya celebrado por segunda vez la gala de los premios en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona y ha aludido a la “necesidad de establecer todos los puentes posibles entre Barcelona y Madrid: conocernos más, reconocernos más”. Illa ha reivindicado el periodismo y ha recordado lo importante que fue el lunes del apagón masivo. “No existen verdades y medias verdades, existen verdades y mentiras”, ha afirmado y ha apostado por “reivindicar el periodismo que va más allá del titular, que no renuncia a la profundidad y tiene la verdad como faro y la valentía como motor”.





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