
El senador valenciano del PP Luis Santamaría ha comenzado su turno matutino en la comisión de investigación que indaga sobre la trágica dana de octubre en el Senado con un aviso —no muy habitual— a la ponente:
—Quisiera que se sintiera lo más cómoda posible.
La ponente este lunes ha sido Carmen González, operadora y documentalista del Sistema Automático de Información Hidrológica para la Confederación Hidrográfica del Júcar. González se encarga, entre otras cuestiones y desde hace más de 20 años, de vigilar el caudal y de enviar avisos cuando las cuencas y los arroyos del Júcar crecen por encima de lo normal, como aquella tarde del 29 de octubre.
El rodillo de la mayoría absoluta popular en el Senado es imbatible. Los senadores del PP deciden quiénes son los invitados a todas las comisiones. En el caso de la dana, por ejemplo, no se ha invitado a Carlos Mazón, el presidente de la Comunidad Valenciana. Tampoco a la máxima responsable de Emergencias durante la gota fría del 29 de octubre, la entonces consejera Salome Pradas. Ni a su número dos, Emilio Argüeso. A ningún político, en definitiva. Todos son técnicos de segundo nivel de responsabilidad.
“Nos tomamos nuestro trabajo muy en serio”, ha dicho el senador popular Santamaría durante su primera intervención. “Lo digo, porque en esta comisión, como en otras, estamos dispuestos de llegar hasta las últimas consecuencias. Que lo tenga usted claro”. Y ha preguntado por un teletipo de la agencia Europa Press publicado este domingo que hacía referencia a las crecidas del río Ebro.
—¿Hubo algún aviso de la confederación del Júcar, como en el Ebro?
—Sí. Prueba de ello es que se dio una alerta.
—No le he preguntado eso. ¿Se envió a la prensa un teletipo, como en el Ebro? ¿Sí o no?
—No tenemos por costumbre avisar a radios ni periódicos ni a nada. El protocolo marca que se envíe al centro de emergencias.
—Gracias. No se ponga a la defensiva, perfecto.
El senador del PP ha preguntado inmediatamente a González sobre la última nota que envió la confederación del Júcar el 28 de octubre, a lo que la compareciente no ha sabido responder. “Se lo digo yo, estaban muy contentos, uno sobre la almeja tigre y el 29 de octubre, silencio absoluto”, ha respondido el senador. La ponente ha dicho que el 29 tenían una alerta roja y que estaban trabajando en eso, no en emitir notas de prensa.
Santamaría ha preparado su intervención con preguntas muy técnicas y con avisos constantes a la ponente sobre la obligación de decir la verdad en una comisión, ya que de lo contrario podría tener consecuencias judiciales. Tanto, que hasta la propia ponente se ha sentido intimidada. “Está usted siendo muy agresivo conmigo”. Santamaría ha pedido disculpas de inmediato, para seguir con el mismo tono. Hasta la presidenta de la comisión, del PP, ha tenido que intervenir varias veces para pedirle por favor que dejara contestar a la ponente.
—¿Echó de menos los sistemas de ayudas que tiene el Ebro?
—No.
—¿Estos sistemas sirven para salvar vidas?
—Creo que sí, lo que pasa en las cuencas mediterráneas es que son subidas y bajadas muy rápidas del caudal.
La ponente ha justificado su trabajo aquella tarde. “Estuvimos avisando de la lluvia todo el día”. Un dato que Santamaría no ha considerado oportuno: “Me contesta a cosas que no le pregunto”. El senador del PP ha hablado del pliego de licitación de la empresa en la que trabaja la invitada a la comisión, que ha afirmado que no se lo sabe. Ha sacado fotos del barranco del Poyo con comentarios como “verá como no le resulta tan gracioso”. “Hay un medidor que la confederación nos ha estado escamoteando”. La operadora ha dicho que ese medidor al que se refería Santamaría estaba en pruebas.
Tras el interrogatorio del PP, la oposición ha pedido disculpas a la ponente por el tono empleado. Un tono que, a juicio de la presidenta, no se sale de lo habitual: “Cada senador tiene su estilo”. Tras el turno popular, González ha comentado más datos relevantes sobre la jornada del 29 de octubre. Ha dicho que se enviaron hasta 30 correos entre las ocho de la mañana y las siete y media de la tarde. Que aquella tarde trabajaron seis personas. Que recibió ocho llamadas de la Delegación de Gobierno de Valencia y ninguna de la consejera de Emergencias de la Comunidad Valenciana.
Minutos después, el senador de Compromís, del Grupo Mixto, le ha preguntado a la ponente si a la hora de comer también mandaron correos, justo cuando el presidente Mazón se encontraba en el restaurante El Ventorro. La ponente, sin dudar, ha dicho que sí:
—Yo no sé dónde se encontraba. Nosotros trabajando.
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