La Formación Profesional (FP) vive un renacer que, como en su momento supusieron las universidades para mayores de 25 años, la ha convertido en una oportunidad para que muchos trabajadores puedan prepararse, especializarse y optar a nuevos puestos dentro de sus propias empresas. Esta alternativa de futuro, favorecida por la colaboración entre centros educativos y compañías, permite apostar por el talento interno, la fidelización de los propios empleados con su compañía y, lo más importante, la oportunidad de acceder a puestos hasta ahora inalcanzables.

Un ejemplo de esa colaboración (y de nuevas oportunidades) es el de Pascual que, a través de un acuerdo entre su fábrica en Aranda de Duero (Burgos) y el cercano Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) San Gabriel, selecciona, desde el año pasado, a tres empleados para que accedan a un grado superior de FP de automatización y robótica industrial, dos procesos clave en esta fábrica. La inmersión en las nuevas labores es inmediata: a la par que comienzan sus nuevos estudios, empiezan también en su nuevo departamento, en este caso, el de Mantenimiento.

Conectar entorno rural con tejido industrial

Volver a hacer exámenes con más de 50 años y mientras se mantienen las obligaciones laborales es tan duro como satisfactorio. “Te llevas el aprendizaje, pero además compartes clase con gente de 20 años y eso te rejuvenece; es maravilloso”, cuenta Carolina Andrés sobre esta oportunidad. La empresa, mientras estudia, le permite hacer un horario reducido sin disminuir su salario.

Para los beneficiados es un escenario propicio para especializarse, mantener sus inquietudes frescas, medrar dentro de la compañía y ver su disposición recompensada. La fábrica de Pascual en Aranda resuelve a su vez un problema acuciante en zonas de la España despoblada: la ausencia de jóvenes en general y, en particular, que quieran dedicarse a trabajos más mecánicos y de gestión de maquinaria. Lo explica Marta García, responsable de Recursos Humanos del ​área industrial de Pascual: “Si el mercado y la sociedad no creaba a esos trabajadores formados, nosotros teníamos que hacernos cargo”.

La responsable de Recursos Humanos del área industrial de Pascual, Marta García (derecha), junto a los trabajadores Carolina Andrés y Pablo Sanz, en la fábrica de Aranda de Duero (Burgos).

A la par, forma parte del compromiso de la compañía. “Siempre hemos tenido una vocación muy decidida en hacer crecer a nuestra gente; el 65% de las posiciones que se cubren en Pascual se hacen internamente”, sostiene García sobre la estimulación del talento. La decisión de colaborar con el CIFP San Gabriel, activo desde 1965, significa para la responsable de Recursos Humanos aliarse a un centro que conoce de primera mano el mundo de la empresa: “Han creado una FP práctica, conectada a la vez con el entorno rural y el tejido industrial”.

A Carolina Andrés esta formación le ha permitido matar su gusanillo emprendedor. “Quiero mostrar que puedes cambiar de trabajo a cualquier edad. Mi lema de vida es: querer es poder”, apostilla. Inquieta y acomodada al cambio, ha trabajado en una fábrica de medicamentos, ha sido carnicera, tuvo una panadería durante 16 años y hace siete años entró en Pascual. Nacida en Villalba de Duero (a 10 minutos de Aranda en coche), esta mujer pudo quedarse en su comarca y, con esta oportunidad formativa, ha pasado de encargarse del envasado y la distribución en las líneas de producción a un dinamismo total manejando distinta maquinaria.

La motivación del alumnado de un grado superior de FP es rotunda porque ha madurado, sabe lo que quiere y aporta su esfuerzo. Así lo percibe Enrique García, director del CIFP San Gabriel: “Trabajamos con una metodología de 80-20, en la que emplean la mayor parte del tiempo en la práctica y el resto, en reforzar la teoría”, describe. El resultado de estudiar una FP como la que cursa Carolina Andrés aumenta las oportunidades laborales. La tasa de paro en personas entre 30 a 34 años con un FP superior es del 10,1%, por debajo de la media española, que es del 13,9%, según un estudio de 2024 elaborado por Fundación Universitaria San Pablo CEU y Randstad. Este porcentaje de desempleo crece aún más, al 20,3%, en personas de nivel educativo bajo.

Enrique García, director del CIFP San Gabriel (centro), en un aula junto a Sanz y Andrés, explica que el alumnado de FP alcanza el 100% de inserción laboral.

La FP que retiene el talento en Aranda

La Formación Profesional ayuda a que Aranda de Duero (33.757 habitantes) y localidades cercanas se haya convertido en una suerte de oasis profesional, pues Enrique García sostiene que el alumnado de su centro alcanza el 100% de inserción laboral: “Es un antídoto contra la España vaciada. Vivimos el momento de la FP”. El auge, además, es una tendencia generalizada. Las matrículas de FP han aumentado significativamente en los últimos cinco cursos en España, concretamente un 32,6%, según las Estadísticas de FP del sistema educativo de 2024 del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes.

Este acuerdo también ha permitido a Pablo Sanz explorar nuevas e inesperadas funciones en su carrera que, para este arandino de 36 años, va muy ligada a la empresa Pascual. Entró en ella a los 21 años para encargarse de tareas como las descargas de las cisternas, la producción de la leche entera y la pasteurización. “Me dedicaba al corazón de la fábrica”, rememora sobre una trayectoria que le ha permitido rotar en la empresa y quedarse donde nació, cerca de amigos y familiares, e incluso comprarse un piso. “Me gusta vivir aquí, es céntrico, tiene un tamaño justo de población… Es un lugar muy agradable”, subraya.

La alianza de Pascual y el centro de FP permite a los trabajadores cambiar de departamento dentro de la empresa y aplicar inmediatamente los conocimientos aprendidos sobre la gestión de las máquinas.

 

Su deseo de alcanzar “un futuro mejor” fue lo que le animó para formarse en mantenimiento. El aspecto que más le gusta es la programación, pero también han tocado la electricidad y la neumática. “A mucha gente le da miedo dar el paso, pero hay atreverse”, declara. Gracias a su determinación, Sanz se ha encontrado con un puesto en el que al principio sentía impotencia por su complejidad, pero la frustración dio paso a la satisfacción: “También ha sido gracias a las personas, hay mucho compañerismo”, indica. Se siente privilegiado por compaginar la formación con esos primeros pasos en el departamento; todo lo que aprende, lo aplica.

Tras los buenos resultados obtenidos, Pascual ha decidido que el próximo curso abrirán una nueva formación para el departamento de Calidad. “Es una apuesta por hacer crecer a los locales”, explica Marta García, y añade el fundamento del proyecto, la razón de su impacto: “Los seleccionados son personas absolutamente motivadas que viven esto como una oportunidad, y su disposición ha servido como efecto llamada dentro del Grupo. El mensaje que dejan es: ‘Si quieres, tienes formas de crecer”.



Source link