Donald Trump ha declarado la guerra a la participación de las mujeres trans en el deporte femenino. El presidente de Estados Unidos firmó en febrero un decreto con el propósito de evitarlo, aunque los casos problemáticos no son frecuentes. Ahora, el Departamento de Educación ha cerrado una investigación abierta a la Universidad de Pensilvania en relación precisamente con uno de los casos más polémicos: el de la nadadora trans Lia Thomas. El Gobierno de Trump quiere que se le retiren los premios y marcas que logró en 2022 y que la Universidad pida perdón a las mujeres.
En un comunicado difundido esta semana, la Oficina de Derechos Civiles (OCR) del Departamento de Educación anunció su conclusión de que la Universidad de Pensilvania (UPenn) infringió el Título IX de las Enmiendas a la Educación de 1972, una norma redactada en su día como conquista del movimiento de derechos civiles para combatir la discriminación y garantizar la igualdad de oportunidades, sobre todo en relación con la raza de los estudiantes.
La OCR notificó al presidente de la UPenn, J. Larry Jameson, que las políticas y prácticas de la universidad vulneraban el Título IX por “negar la igualdad de oportunidades a las mujeres al permitir que los hombres compitieran en competiciones deportivas interuniversitarias femeninas y ocuparan instalaciones íntimas exclusivas para mujeres”, según afirma el Departamento de Educación, que en su comunicado no cita específicamente a Lia Thomas.
La OCR emitió una propuesta de acuerdo a la universidad para llegar a un acuerdo. De no aceptarlo, el Departamento de Educación amenaza con llevar el caso al Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) para que se inicien procedimientos de ejecución.
El acuerdo de resolución propuesto exige a la UPenn emitir una declaración a la comunidad universitaria en la que se indique que “la universidad cumplirá con el Título IX en todos sus programas deportivos”, o que debe traducirse como que no dejará participar a mujeres trans en el deporte femenino.
Además, la universidad deberá “restablecer a todas las deportistas femeninas todos los récords deportivos individuales, títulos, honores, premios o reconocimientos similares de las competiciones de natación de la División I que se hayan apropiado indebidamente deportistas masculinos que compiten en categorías femeninas”, lo que en la práctica supone retirárselos a Lia Thomas.
La nadadora trans compitió por última vez para la universidad de la Ivy League en Filadelfia en 2022 y fue la primera deportista abiertamente transgénero en ganar un título de la División I, la máxima categoría universitaria. UPenn ha declarado en el pasado que siempre ha seguido las políticas de la NCAA, la organización nacional de deporte universitario, y la Ivy League, el grupo de universidades de élite al que pertenece, en lo que respecta a la participación de los estudiantes en equipos deportivos, tanto cuando Thomas nadaba como en la actualidad.
En 2022, la NCAA adoptó un enfoque deporte por deporte para permitir la participación de los atletas transgénero, remitiéndose a la organización nacional que regula cada deporte, a la federación internacional o a los criterios previamente establecidos por el Comité Olímpico Internacional. Thomas compitió bajo esas directrices, que permitían competir a las nadadoras trans que hubieran completado un año de terapia hormonal sustitutiva.

La NCAA cambió su política al día siguiente de que Trump firmara un decreto el 5 de febrero con la intención de prohibir a las deportistas trans competir en deportes femeninos. Adoptó una política general que solo permite participar en deportes femeninos a las atletas identificadas como mujeres al nacer.
De aceptar el acuerdo, la Universidad de Pensilvania también deberá enviar una carta a cada deportista femenina a la que se le restablezca su reconocimiento individual expresando “una disculpa en nombre de la Universidad por permitir que su experiencia educativa en el deporte se viera empañada por la discriminación sexual”.
“Las niñas que admiran a Riley Gaines y Paula Scanlan pueden encontrar esperanza en la medida adoptada hoy: la Administración Trump no permitirá que los atletas masculinos invadan los espacios privados de las mujeres ni compitan en categorías femeninas”, declaró el subsecretario interino de Derechos Civiles, Craig Trainor, en el comunicado.
Riley Gaines es la nadadora que compitió con Lia Thomas y se convirtió luego en una activista en contra de la participación de mujeres trans en el deporte femenino. Participó con Trump en numerosos mítines y acudió en febrero a la firma del decreto.
“La UPenn tiene que tomar una decisión: hacer lo correcto por sus alumnas y cumplir plenamente con el Título IX de inmediato o seguir adelante con un proyecto político extremista que viola la ley federal contra la discriminación y pone en peligro la financiación federal de la UPenn”, añadió Trainor.
La administración de Trump suspendió en marzo aproximadamente 175 millones de dólares en fondos federales destinados a la Universidad de Pensilvania por su decisión de permitir que Thomas compitiera, según informó la Casa Blanca. Esos fondos procedían del Departamento de Defensa y del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
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