Llegar a ser ciclista profesional es un objetivo muy difícil y que está a la altura de muy pocos, más aún si hablamos de la categoría femenina. Sin embargo, el ciclismo español femenino avanza cada año y con paso firme en su profesionalización. Hasta el año 2023 más del 70% del pelotón femenino fuera del World Tour cobraba menos de 10.000 euros anuales y el 78% tenía que recurrir a un segundo trabajo para sumar un sueldo digno, según la encuesta anual de la organización laboral ciclista The Cyclists Alliance. Ahora, la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) impone a todos los equipos españoles la obligatoriedad de un salario mínimo para las ciclistas para poder participar en las competiciones femeninas.

Antes de la entrada en vigor de esta medida el 1 de enero de 2024, los equipos femeninos fuera del World Tour no eran reconocidos como profesionales, lo que hacía que no constara como un trabajo, por lo que la obligatoriedad de este salario mínimo se corresponde con una profesionalización de los equipos. Estos tienen que pagar el Salario Mínimo Interprofesional impuesto por el Gobierno —actualmente de 1.184 euros mensuales—.

Para hacer mención a este cambio en las reglas del ciclismo español, Skoda lanzó un corto documental llamado Doble trabajo en el que cuenta las historias de cuatro ciclistas que, aun siendo profesionales, tenían un segundo trabajo. Estas son Usoa Ostolaza, actual campeona de España y fisioterapeuta; Yurani Blanco, subcampeona de España y educadora infantil; Isabel Martín, ciclista y teleoperadora; y Marta Romeu, ciclista y política. A través de esta pieza de cinco minutos, las ciclistas exponen las dificultades que han tenido que superar hasta llegar al nivel actual de profesionalización y cómo la combinación de dos trabajos condicionaba su rendimiento deportivo.

Esta medida se había aplicado con anterioridad, pero solo a los equipos que participaban en el World Tour. Ahora, se incluye a la categoría Continental —la segunda del ciclismo—. La nueva encuesta de 2024 realizada por The Cyclist Alliance muestra una pequeña mejora en cuanto al porcentaje de mujeres que cobran menos de 10.000 euros anuales y se sitúa en un 55%. Pese a que aún queda camino por recorrer en este sentido, Mavi García, ciclista del equipo australiano Liv AlUla y ganadora de varios campeonatos de España, señala que desde que comenzó en el ciclismo en la categoría femenina se han dado pasos de gigante. “Desde que empecé creo que he vivido la evolución, por suerte, muy de cerca. En mis inicios las cosas no tenían nada que ver con cómo están ahora y han cambiado mucho”, explica a este diario.

El principal cambio que García destaca es que se ha incrementado la visibilidad del ciclismo en el que compiten mujeres. “Se ha creado más expectación y creo que lo más importante es que se han empezado a televisar las carreras. Ahora están dando prácticamente todas las carreras World Tour y hay muchísima gente que tiene la posibilidad de verlas cuando antes no se podían y eso creo que ha sido un paso muy importante para hacernos crecer”, afirma. También remarca la importancia de la imposición de un salario mínimo y la subida de los sueldos, además de las condiciones de las ciclistas en los equipos. “En mi equipo, el año pasado se añadieron tres doctores más, tres nutricionistas, fisios… Todo lo tenemos compartido con los chicos. Incluso hay auxiliares que se van rotando, unas carreras están con ellos y en otras con nosotras”.

Sin embargo, la imposición de ese salario mínimo es un arma de doble filo, según apunta García. “Estoy a favor de que se imponga un salario mínimo, pero es peligroso también para algunos equipos porque pueden desaparecer, como por ejemplo mi primer equipo, el Bizkaia Durango”, apunta. Donde todavía hay que poner muchos esfuerzos es en reducir la diferencia de los premios entre el masculino y el femenino de algunas pruebas. “El premio depende un poco de la organización. Hay veces que hay una diferencia abismal y en otras que es más igual. Poco a poco van mejorando, pero hay algunas carreras que es ridículo lo que nos dan a nosotras comparado con lo que le están dando a ellos”.

Mavi García (derecha) durante una etapa del Tour de Romandía Femenino 2024, en Suiza.

En 2024, La Vuelta femenina premió con 35.000 euros a la ganadora de la carrera y con 1.300 euros cada victoria de etapa —con una bolsa de 137.380 euros—. Estos números están muy lejos de los 150.000 euros que se lleva el ganador de La Vuelta masculina y los 11.000 euros que gana el vencedor de una etapa. Además, en la carrera femenina tan solo se disputaron ocho etapas, por las 21 de la edición masculina, lo que hace más complicado conseguir una victoria.

También el año pasado, el Tour de Francia femenino —la carrera mejor pagada del World Tour femenino— tuvo una bolsa de premios de 250.000 euros. La ganadora absoluta gana 50.000 euros, la segunda clasificada 25.000 euros y la tercera 10.000 euros. Los premios de la categoría masculina, sin embargo, son mucho mayores con una bolsa de 2,4 millones de euros. Tadej Pogacar, ganador de la carrera el pasado año, se llevó 500.000 euros, el doble de toda la bolsa de premios de las ciclistas. Y no solo la diferencia está en el ganador de la carrera, en las victorias de las etapas la diferencia es grande también. Por ejemplo, una victoria de etapa individual en el Tour de Francia Femenino le da a una corredora 4.000 euros. En el masculino, los hombres ganan 11.000 euros por una victoria de etapa.

Aunque Mavi también añade que actualmente en el ciclismo hay cada vez más oportunidades para las mujeres: “Hay muchísimas más oportunidades para las chicas porque también muchos equipos World Tour tienen otros de desarrollo que antes tampoco existían para las chicas más jóvenes o para gente que tiene un nivel inferior”.

Pese a que la situación del ciclismo tiene que seguir avanzando, García asegura que ahora mismo no echa en falta cosas tan esenciales, aunque no se conforma con lo conseguido. “Todo esto está mejorando cada vez más, pero siempre hay un trasfondo que nunca parece que llega a ser igual una cosa con la otra, pero bueno, supongo que falta tiempo todavía”, concluye.

Este domingo, Día de la Madre, comienza la Vuelta a España femenina en Barcelona —del 4 al 10 de mayo— y la diferencia entre la bolsa de premios sigue siendo igual. Y a pesar de que el ciclismo femenino sigue avanzando, pasito a pasito, con cautela y lentamente, esos pasos son firmes y seguros.



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