Algunas zonas de Latinoamérica y el Caribe sufrieron especialmente el calor extremo en el año más cálido desde que se tienen registros, 2024. México vivió inéditas olas calor a lo largo de semanas. Guatemala y Honduras superaron récords mensuales de altas temperaturas. Y, en el Caribe, las típicas rachas de calor intenso que se experimentan por 15 o 20 días en islas como Puerto Rico, Barbados y las Bahamas, se dispararon a temporadas de entre 30 y 50 días. La crisis climática, confirma un informe realizado por World Weather Attribution (WWA), Climate Central y el Centro del Clima de la Cruz Roja, ha duplicado el número de días de calor extremo en todo el mundo, y esta región se ha llevado una buena parte de las consecuencias.

De los 14 territorios que atravesaron más jornadas de altísimas temperaturas entre mayo de 2024 y mayo de 2025, 13 son islas ubicadas en el Caribe. Aruba, señala el reporte, fue el país que soportó el mayor número de días de calor extremo en ese periodo de tiempo, con 187 jornadas. Sin embargo, si el mundo no se estuviera calentando por el cambio climático generado por las actividades humanas, como sucede actualmente, una persona que habita en esta isla solo habría vivido 45 días bajo estas condiciones. En otras palabras, debido a la crisis actual, hubo 142 días más de desproporcionado calor.

El estudio hace una tarea minuciosa: atribuir cuántos de los días en los que cada país registra olas de calor sucedieron por el cambio climático. Desde este punto de vista, por ejemplo, Panamá es el país de América Latina y el Caribe más impactado, ya que, aunque solo tuvo 86 días de calor extremo, 83 fueron impulsados por el cambio climático. Le siguen El Salvador (con 113 días de altas temperaturas, de los cuales 105 son atribuibles al calentamiento global), Venezuela (98/91), Colombia (88/81) y Barbados (171/155).

En Sudamérica, aunque menos alarmante, las olas de calor también fueron fortalecidas por el cambio climático. Perú, por ejemplo, padeció 66 días de altas temperaturas y 59 son atribuibles al cambio climático. En Ecuador la proporción fue de 105/93, seguido de Bolivia (69/61), Brasil (57/47) y Uruguay (67/39).

“Estos datos nos permiten ver cómo estaríamos viviendo en un mundo sin cambio climático”, afirmó durante una rueda de prensa Kristina Dahl, vicepresidenta de Ciencia de Climate Central. Según explicó, para realizar el reporte, los investigadores clasificaron los datos de temperatura de cada país, registrados entre 1991 y 2020. Basándose en promedios, definieron la temperatura que es más cálida que el 90% de lo observado como calor extremo y, después, aplicaron un índice que ya han utilizado para otros estudios para calcular el número de días de calor extremo que se habrían producido sin el aumento de la temperatura actual – que es alrededor de 1,1 °C más alta que en la era preindustrial – y los compararon con la situación actual.

Bajo este mismo reporte, también analizaron 67 eventos de calor extremo a lo largo del mundo y en el mismo periodo entre 2024 y 2025, y concluyeron que todos fueron exacerbados por el cambio climático. En el caso de la ola de calor que afectó a México, Centroamérica y el suroeste de Estados Unidos en junio de 2024, la científica de WWA, la doctora Mariam Zacharian, confirmó que el calentamiento del planeta hizo que este evento fuera 24 veces más probable de ocurrir. En México, específicamente, se registraron 82 días de calor extremo, de los cuales 51 se asociaron al cambio climático.

LATAM-INCREMENTO TEMPERATURA-CAMBIO CLIMATICO

Los trópicos, incluyendo el Caribe y Centroamérica, se alzaron como zonas de alerta debido a que el rango en el que oscilan las diferencias de temperaturas es menor. “Cuando se trata de cambio climático, sabemos que son las altitudes más altas las que se están calentando más rápido, así que podría parecer contraintuitivo”, agregó Dahl. Pero debido a que este estudio se fijó en la temperatura más cálida que el 90% de la que suele tener un país, el trópico, al ser una región que nunca llega a bajísimas temperaturas, de alguna manera no tuvo cómo compensar esos periodos de calor desproporcionados.

Experimentar una temperatura récord que no puede tolerar el cuerpo humano es una cuestión de salud pública, afirmaron las expertas. Karina Moreno, de la Cruz Roja, recordó que, ante próximos escenarios similares, es importante que las personas se hidraten, tomen duchas de agua fría y dosifiquen sus jornadas de trabajo o movimiento: que eviten hacerlo en horas cuando la temperatura es más alta. También llamó a los países y ciudades a crear planes de acción ante el calor extremo. “Aunque estos planes se adoptan cada vez más en ciudades de Asia Meridional, América del Norte, Europa y Australia, siguen existiendo importantes lagunas en África, Oriente Medio, América Latina y los pequeños Estados insulares”, concreta el reporte.



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